Marta Nieto deslumbra en cada alfombra roja que pisa. Tanto es así, que es una de las actrices españolas mejor vestidas. Con su fuerza y su carácter, ha alzado la voz en más de una ocasión en favor de la igualdad y el respeto hacia las mujeres, y entre sus pasiones se encuentra la naturaleza, el yoga, el cine y su gran amor, su hijo, León. Nos citamos en Venecia con esta actriz murciana, que no para de cosechar los éxitos de su trabajo y esfuerzo.

-¿Cómo surge tu carrera de actriz?

-Yo era una niña bastante tímida y miedosa y un día me apunté a clases de teatro. Recuerdo que, cuando me subí al escenario y el profesor me dijo que leyera algo, tuve como una especie de epifanía, de revelación, sentí unas cosas increíbles. De repente, era nitidísimo para mí que ese era mi camino, salí corriendo al recreo a decirles a mis amigas “ya sé lo que quiero, ya sé lo que quiero”. Tenía 13 años y, desde entonces, lo tuve muy claro.

“Vivimos en un momento donde no hay día para tantas causas sociales que me gustaría solucionar, desde lo climático, medioambiental o injusticias sociales”

-¿Qué sentiste cuando interpretaste El camino de los ingleses por Antonio Banderas?

-Ahí yo ya tenía la certeza de que quería ser actriz, costase lo que costase. Es verdad que en mi familia no había nadie que se dedicase a eso y, cuando acabé la escuela en Murcia, me fui a Edimburgo porque había teatro allí y tenía ganas de aprender inglés, pero no actué. Cuando volví a España me presentaba a los castings, iba a dos mil agencias... El casting de Banderas llegó pronto, la verdad que fue multitudinario, con unas tres mil personas, duró meses y, cuando finalmente estuvimos en el rodaje, fue todo un lujo.

-TRES es tu proyecto más reciente, todo un éxito. Cuéntanos un poco del proceso y del papel que interpretas.

-Es una película, para mí, con una idea muy original y diferente a todo lo que había leído antes. Escuché hablar a Juanjo –Giménez– de la película en un festival chiquitito que hay en Galicia y estuve siguiéndole la pista para que me hiciera una prueba para el papel porque me parecía muy valioso, complejo. La premisa de la película es una editora de sonido que, de repente, escucha todo con retraso, primero son unos segundos y luego va creciendo. Entonces, claro, es verdad que la experiencia de interpretar algo que no te pasa a ti ha sido todo un reto, porque requiere de muchísima imaginación y mucha concentración. La verdad es que pasé el rodaje aislada por motivos del personaje... Ella lo estaba, por lo tanto, yo lo tenía que estar para poder imaginar. Me pasaba el día en silencio, imaginando lo que estaba oyendo, cuando había ruidos incluso con tapones; mucha concentración.

-Si no fueras actriz, ¿a qué te dedicarías?

-No me imagino haciendo otra cosa, la verdad. Soy capaz de hacer muchas otras cosas, pero la interpretación es algo que me equilibra y me hace muy feliz. Podría escribir guiones, podría intentar dirigirlos, podría también dar clases de yoga, que me encanta… Pero no sería del todo feliz, creo.

“Haber sido nominada a un Goya es un honor. Es un privilegio poder interpretar personajes que te lleven a este lugar y quiero seguir haciéndolo”

-¿Cómo recuerdas tu primer casting?

-Era muy joven, esperé muchas horas. Recuerdo estar muy nerviosa y no tener la seguridad de que lo que estaba haciendo tenía sentido.

-¿A qué crees que se debe tu éxito en las alfombras rojas? 

-Tengo un asesor maravilloso que se llama Jesús Rodríguez. Él es el artífice de mi imagen. Tengo la suerte de que sea un amigo íntimo que me conoce muy bien. Es muy bonito. Es verdad que la última palabra la tiene él siempre, confió absolutamente en su criterio.

-Nominada al Goya como mejor actriz, ¿qué se siente?

-Es un honor, es un privilegio poder interpretar personajes que te lleven a este lugar y quiero seguir haciéndolo. Ese tipo de cine, que me llevó a estar nominada al Goya como mejor actriz, es el cine en el que quiero seguir actuando, en eso estoy esforzándome mucho.

“De niña era bastante tímida y miedosa y me apunté a clases de teatro. Recuerdo que, cuando me subí al escenario y el profesor me dijo que leyera algo, tuve una revelación”

-Tu hijo, tu gran amor, ¿qué representa?

-Para mí, ser madre ha sido mi punto de inflexión vital más importante. Me ha dado tierra y me ha dado una brújula, porque he llegado a entender que lo que es bueno para él es bueno para mí, y viceversa. He aprendido mucho y sigo aprendiendo, es un ser alucinante.

-Si tuvieras una varita mágica, ¿qué injusticia de la sociedad te gustaría solucionar?

-La desigualdad entre hombres y mujeres me parece un lugar por donde empezar, hay millones. Vivimos en un momento donde no hay día para tantas causas, desde lo climático, medioambiental o injusticias sociales.

-¿Qué son para ti los pequeños lujos?

-Estar con mi hijo abrazada viendo una peli, ver películas y analizarlas y pensarlas, inspirarme con ellas. Aprender me gusta muchísimo, que todos los días se me pongan los pelos de punta por algo, una canción, una conversación que me ha hecho emocionarme o darme cuenta de algo. Los amigos también, las cenas con ellos, con vino, con cerveza, comer rico, reírnos.

-¿Cómo es un día sin rodaje?

-Ahora mismo soy bastante más ordenada, como trabajo mucho, valoro más el tiempo libre. Si es entre semana y León va al cole, medito y así empiezo el día con buen pie, y luego siempre estoy intentando aprender cosas, la verdad. Relajarme, bajar al parque y ponerme una tumbona entre árbol y árbol. Leer o ver películas, comer o cenar con amigos. Básicamente, en esos parámetros se mueve mi vida. Disfrutar.

“Para mí, ser madre ha sido mi punto de inflexión vital más importante. Porque me ha hecho entender que lo que es bueno para él es bueno para mí, y viceversa”

-¿Qué huella te gustaría dejar en nuestra sociedad?

-Me gustaría ser la mejor actriz que puedo ser y la mejor persona. Con toda la humildad del mundo, pero trabajar en mi mejor versión para poder compartir el objetivo de todo.

-¿Qué consejo le darías a alguien que quiere empezar en el mundo del cine o la televisión?

-Que confíe en ella, que trabaje mucho, siempre disfrutando de ello. Hay un universo cerca al alcance de cualquier actor, cualquier actriz, empezando por coger hilos valiosos.

-¿Qué es lo más duro de ser actriz y lo que más disfrutas?

-No te sabría decir porque las cosas que no me gustaban tanto estoy consiguiendo integrarlas, como las esperas interminables en el set. Lo que más disfruto es la libertad de poder volar en todos los personajes, confiar en mí, en el director y directora y poder hacer personajes que me permitan disfrutar de esa libertad de creación.

-¿Algún proyecto de cara al futuro que te emocione? 

-Empiezo una nueva película, de Estefanía Cortés, con Israel Elejalde, Charlotte Vega y Ramón Barea. Después voy hacer teatro, un monólogo que creo que va a despertar muchas conciencias y visibilidades; nos va a emocionar con el testimonio. A finales de año, seguramente estrene una serie que he hecho con Netflix, que se llama Feria, y en enero estreno una película que he hecho en Italia, que es una comedia romántica, Lasciarsi un giorno a Roma, que va a estar fenomenal.