Saint Laurent echa el cierre a la Semana de la Moda Masculina de París

El 'skinny look' promovido por Hedi Slimane resulta un tanto chocante, y pone de manifiesto la edad de los modelos elegidos por la firma, apenas adolescentes, y que son quizá la declaración de intenciones más potente de la firma desde que el diseñador tomara las riendas de la 'maison'. Las prendas: un viaje al 'wild wild west' más glamouroso, con cazadoras western y ponchos bordados de lentejuelas, y 'looks' setenteros al más puto estilo Woodstock, con cazadoras de ante, chalecos bordados, bufandas de seda y joyería.

El belga Kris Van Assche es el nombre escondido detrás de la línea masculina de la 'maison' Dior, Dior Homme. Sus referencias esta temporada beben del 'look' marinero, algo que se ha repetido de manera incesante en esta edición de la 'fashion week' parisina, concediendo un giro al, quizás un tanto manido recurso de la raya en rojo y azul, con camisetas de tirantes en amarillo complementando los trajes en 'navy', 'blazers', pantalones cortos y denim.

En los días previos al pase de Kenzo, una misteriosa contrucción alzada al margen del Sena hacía presagiar la celebración de al menos uno de los desfiles de la 'fashion week' parisina en el famoso río que divide la ciudad. Un escenario sin igual, que sin embargo deslucía en una de las jornadas más lluviosas de toda esta edición: bajo un cielo gris plomizo y con la Torre Eiffel de fondo, la colección sacaba a pasear un estallido de estampados combinados, con topos y rayas alternos, en blanco y negro, rosa o verde menta, y referencias a Nueva York, con bordados de la Estatua de la Libertad en primerísimo plano, y estampados del famoso musical 'Los Miserables' de Broadway.

Quizá la colección más bella de todas las vistas en la recta final de la 'fashion week' haya sido la de Paul Smith, que dibuja un arco iris de colores pastel sobre fondo azul, manteniendo una estructura rayada que va de la demarcación casi geométrica al desteñido 'tie-dye' de inspiración 'seventies', con pantalones de seda de estilo pijamero, americanas, fulares y zapatos bordados a juego.

A pesar del inmenso protagonismo que han tenido las colecciones de hombre en las últimas temporadas (con la aparición de nuevas pasarelas y la ampliacion de calendarios en las pasarelas tradicionales), hay algo que sigue llamando la atención frente a la moda de mujer y es la falta de una propuesta de Alta Costura para el hombre. Una de las firmas que se acerca potencialmente a la costura masculina es Thom Browne, cuya visión del prêt-à-porter es la de un muestrario de formas y colores tan lejano de la moda comercial, que pertenece más a la Haute Couture que a la 'fashion week' convencional.

Con más de cien años de artesanía zapatera, Berluti se atrevía con su primera colección prêt-à-porter en 2012: una trayectoria breve, pero que a las órdenes de Antoine Arnault y Alessandro Sartori, se ha convertido en tiempo exprés en una de las propuestas más elegantes (y también de aire más italiano) de todas las que desfilan en París. Su colección para el próximo verano: prendas de colores sólidos, dignas del lado más estructurado del armario masculino, con algún destello texturizado, cahquetas de ante ligero o fulares de seda.

La recta final del desfile: una arriesgada y original visión de la herencia Dior, con estampados y bordados de reproducciones manuscritas del propio Christian Dior en sus bocetos, ganando color en camisas de hilo blanco, vaqueros y cazadoras gracias a rayones de 'crayons' multicolores.

Riccardo Tisci también recurre a los clásicos en su colección primavera-verano 2015 para Givenchy, bordando la fórmula militar reconvertida a 'streetwear' con una selección de prendas masculinas altamente gráfica, estructuras tridimensionales y contrastes bicolor, con abundancia de bolsillos hiperfuncionales y maxi cremalleras. La nota discordante: los estampados de flores, que brotan delicadamente desde el centro del pecho, expandiéndose por el cuerpo como un 'print' de camuflaje.

De la guerra... a la antiguerra: el 'look' militar ha tenido su particular respuesta 'guerrillera' en esta edición de la 'fashion week', con un grueso de desfiles-protesta que apuntan hacia la revolución social. El mensaje de Rei Kawakubo para Comme des Garçons es claro: cortes uniformados que se saltan las reglas mediante la introducción de estampado de leopardo o cebra, tejido en red que 'atrapa' a los hombres dentro de su vestimenta, y calzado de extraordinarias puntas curvas que miran hacia el cielo, impidiendo caminar con naturalidad.

Melinda Gloss

El estampado en todas sus formas (gráfico, floral, 'arty) es lo que domina la nueva colección masculina de Hermès, que rebaja la intensidad de sus prendas más llamativas combinándolas con paletas de color en crema, tiza o beis.

Las prendas de cabecera: chaquetas de botón grueso, bomber y prendas de punto, además de pantalones ligeramente holgados y dobles camisas remangadas.

Menos colorida y vibrante resultó la propuesta de Lanvin, que en la próxima primavera-verano llena el armario masculino de tonalidades apagadas, prendas de cuero y piel y cortes 'skinny'.

Una de las misiones de la moda, también la de hombre, es retomar ideas antiguas y readaptarlas al hombre contemporáneo sin que el mensaje rerulte manido o caiga en desuso tras una única temporada. Esto es lo que conseguía en París la nueva colección de Maison Martin Margiela, que recupera fórmulas de los años 80 y 90 y les insufla aires de nueva generación mediante tejidos tecnológicos y apropiaciones del armario femenino, como los amplios kimonos de seda amarilla, las camisetas 'nude' casi invisibles con bordados que se pegan a la piel o los pantalones que mezclan perneras diferentes.

Officine Generale es una de las firmas más jóvenes de la pasarela masculina parisina. Su propuesta para el año que viene no podría resultar más veraniega: la firma vuelve a los clásicos comenzando por la bermuda de hilo y la camisa a juego, que estructuran toda la colección, con básicos en azul y blanco, chinos, 'blazers' y alpargatas.

Otra colección presentada a cielo descubierto fue la de Henrik Vibskov, que también consiguió arrancar del cielo gris plomizo de París destellos de color gracias a una colección plagada de detalles, con llamativos estampados, troquelados, faldas masculinas, medias de hombre y botas-calcetín.

Su propuesta para la próxima primavera: trajes venidos de otra galaxia, estructurados en tres dimensiones, y que evolucionan del gris y el tartán a los estampados de flores y mariposas, los tonos pastel y los tejidos que brillan en la oscuridad.

Saint Laurent fue la encargada de echar el cierre a la pasarela masculina de París en la tarde del domingo, reuniendo a un buen número de curiosos a las puertas de su desfile, cuya organización (sitting de los invitados y cócteles previos a la puesta en escena) se desarrolló en la más absoluta oscuridad, al menos hasta que los modelos hicieron acto de presencia sobre la pasarela.