Té azul, café tostado y otras bebidas con las que adelgazar sin pasar hambre

Adelgazar puede ser más sencillo de lo que parece... y en muchos casos no requiere ni siquiera ponerse a dieta. Dicen los expertos que el paso número uno es no dejarlo "para el próximo lunes" y comenzar a cuidarte hoy mismo a través de pequeños cambios que te permitan mantenerlo como un estilo de vida. Esa es la filosofía que siguen las embajadoras de la vida sana -por ejemplo, Ariadne Artiles, Elsa Pataky y Malena Costa- y pasa por adoptar hábitos tan sencillos como seguir una alimentación basada en vegetales, practicar ejercicio durante todo el año (¡no solo en las semanas previas al verano!) o sustituir los refrescos y otras bebidas poco saludables (especialmente aquellas alcohólicas) por las siguientes con poderes quemagrasas y efecto saciante:

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Té azul

Oficialmente conocido como Oolong y originario de China, este té es, según la ciencia, el que más ayuda a perder peso. Se trata de una mezcla de té verde y té negro, dos bebidas muy saludables y que aceleran el metabolismo, con lo que quemarás más calorías y grasa. Según han demostrado varios estudios, el té azul beneficia especialmente a la zona abdominal y mejora la digestión, con lo que es perfecto para conseguir el ansiado vientre plano, además de ser muy rico en antioxidantes. Eso sí, dado su alto contenido en cafeína, deberías consumirlo con moderación y nunca superando las cinco tazas diarias, cantidad que los expertos recomiendan como máxima.

Café tostado

Siempre que no existan patologías que impidan tomarlo, el café es una de las mejores bebidas para perder peso ya que acelera el metabolismo. No en vano, la cafeína se utiliza en muchos tratamientos cosméticos contra la celulitis o contra la grasa localizada. Entre todas las variantes disponibles para esa deliciosa taza matutina, un estudio publicado en Molecular Nutrition & Food Research confirmaba el café tostado como el más efectivo si quieres adelgazar. La razón es que, al tostarlo, se crean iones N-metilpiridinio, vinculados con la pérdida de peso.

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Té de jengibre

Aunque en general todos los tés son opciones perfectas para reemplazar otras bebidas menos saludables, hay algunos con propiedades que ayudan concretamente a adelgazar. Es el caso del té de jengibre, una raíz famosa (y muy de moda) por su efecto termogénico, que es la cantidad de energía que el organismo consume al procesar un alimento. Cuando la termogénesis es elevada, el cuerpo gasta muchas calorías en asimilarlo; y eso es lo que sucede con el jengibre, que además es antiinflamatorio y mejora la absorción de nutrientes y las digestiones (¡hola, vientre plano!). Como beneficio añadido, se cree que este alimento impulsa los niveles de serotonina, un neurotransmisor relacionado con el control del apetito.

Zumo de pomelo

No nos referimos a un smoothie con (un poco) de pomelo, sino al zumo natural de esta fruta que, según varios estudios, adelgaza más que ninguna otra. Journal of Medicine Foods publicó una investigación que afirmaba que comer medio pomelo con cada comida o beber su zumo tres veces al día puede ayudarte a perder hasta 5 kilos en solo 12 semanas sin necesidad de seguir un régimen estricto, solo con comer de forma equilibrada. Los expertos han buscado la explicación en la composición del pomelo, que ayuda a estabilizar los niveles de insulina del organismo e impulsa la quema de grasa.

Té verde

Completamos esta selección de bebidas (muy) saludables con el té más recomendado no solo para perder peso, sino para tener buena salud ¡y vivir más! Así lo han confirmado muchas investigaciones: consumir té verde prolonga la vida. En concreto, según un estudio realizado por la Academia China de Ciencias Médicas y publicado en European Journal of Preventive Cardiology, quienes toman tres tazas de té verde por semana viven dos años más y tienen menos posibilidades de sufrir enfermedades cardiacas y derrames cerebrales. Igual que sucede con otros tés con teína, el verde ayuda a quemar más grasa, aparte de ser rico en antioxidantes y muy bajo en calorías: una taza apenas aporta 2 kcal, mientras que, por ejemplo, una copa de vino tiene como mínimo 100, una cerveza, alrededor de 140 y un refresco con azúcar, más de 150 kcal. Y esto sí que interviene directamente en adelgazar, que no es otra cosa que ingerir menos calorías que las que quemas.