Usar los alimentos para calmarnos
Según explica Pilar Conde, directora técnica de estos centros, todos hemos pasado en algún momento por estos distintos tipos de hambre, ya que culturalmente es muy habitual utilizar el efecto de calma que reportan ciertos alimentos para regularnos cuando tenemos estrés, ansiedad o preocupaciones.
La experta cuenta que las tipologías que se han detallado no son exclusivas de una edad determinada. Tal como explica la psicóloga, las reacciones emocionales empiezan desde que nacemos y en la adolescencia se van dotando de complejidad e intensidad, dependiendo de muchos factores como el carácter, la emotividad, la personalidad, etcétera, y de las herramientas que conozcamos para gestionarlas.
Sin éstas, no es difícil que seamos vulnerables a procedimientos inadecuados de gestión de las emociones. Y la comida es uno de ellos. Así, mientras que hay personas que saben diferenciar entre los distintos tipos de hambre y de las maneras de comer, la dificultad para otros reside en decidir de manera consciente si se quieren dejar se llevar o no por el impulso del hambre emocional.