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Cambia la estación y quien más quien menos, le presta más atención a sus defensas. Es posible que, además, desde la irrupción de la COVID-19 en nuestras vidas pensemos más que nunca en la importancia de reforzar nuestras defensas, nuestro sistema inmunitario. Hoy, con la pandemia, estamos muy concienciados de la importancia de crear una barrera defensiva eficaz contra las amenazas a nuestra salud.

 

Pero, ¿cuáles son las señales que nos pueden indicar que debemos fortalecer nuestro sistema inmunitario? Desde el equipo médico de los laboratorios Cantabria Labs, nos cuentan que nuestro sistema inmune nos ayuda a proteger a nuestro cuerpo de patógenos externos, como virus y bacterias, y otros riesgos ambientales. Por lo tanto, la principal señal que nos indica que nuestro sistema inmune está débil es la aparición de infecciones frecuentes, como pueden ser los resfriados y catarros.

 

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¿Puede nuestro cuerpo alertarnos de que algo no va bien?

Como decíamos, por lo tanto, hay que tener en cuenta que cuando nuestro sistema inmune no está funcionando de forma óptima aumenta la susceptibilidad a padecer infecciones.

-Es normal tener uno o dos resfriados al año, pero si constantemente te estas resfriando, o tardas más de lo habitual en recuperarte, es una clara señal de que tu sistema inmunológico no está en forma.

-Otra señal que no debemos pasar desapercibida es el cansancio. Sentirse extremadamente cansado, podría significar que algo está sucediendo con las defensas de nuestro cuerpo, ya que cuando nuestro sistema inmunológico se encuentra afectado, también lo hace nuestro nivel de energía. Esto se debe a que nuestro organismo está tratando de conservar energía para que el sistema inmune pueda combatir de forma más eficiente a los gérmenes.

Por su parte, el doctor Alfonso Galán, de Neolife, nos deja los siguientes indicios y señales de que nuestro sistema inmunitario puede no estar en plena forma:

  • Si tienes infecciones con mucha facilidad (catarros, faringitis, amigdalitis, candidiasis vaginal, infecciones de orina).
  • Si tienes lesiones en la piel o mucosas (dermatitis, foliculitis, “boceras”, llagas, hongos..).
  • Si tienes múltiples alergias ambientales o a alimentos.
  • Si te han diagnosticado alguna enfermedad autoinmune, esto es, por ataque de tus propios anticuerpos frente algún tejido tuyo, como la piel (psoriasis, dermatitis...), el intestino (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa...), o alguna glándula (tiroiditis...).
  • Si tomas antibióticos con frecuencia o corticoides es muy probable que tu sistema inmune sufra. Los antibióticos matan nuestra flora intestinal que es vital para el mantenimiento de un S.I fuerte y funcional y los corticoides bajan nuestra inmunidad directamente.

La edad es, por supuesto, otro peligro, ya que según indica este experto en gestión médica de la edad, nuestro sistema inmune no funciona bien con los años y esa es una de las razones por las que se tienen infecciones más graves a edades más avanzadas o más incidencia de cáncer.

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El otoño, una época complicada

Estamos a punto de estrenar una estación especialmente compleja para nuestras defensas. “Con el otoño viene las bajadas de temperaturas y nuestras madres y abuelas siempre nos han dicho que si ‘cogemos frío’ nos vamos a enfermar. Pero fue solo recientemente que los científicos pudieron demostrar que el clima frío debilita la primera línea de defensas inmunes que se localizan en la mucosa de nuestra nariz”, explican desde Cantabria Labs. Las temperaturas más bajas del otoño y el invierno resultan en una "respuesta inmune lenta" y nos dejan más susceptibles a las infecciones. A medida que respiramos aire frío, la temperatura dentro de nuestras fosas nasales desciende y deja a las células inmunes en desventaja para protegernos de virus invasores y otros patógenos.

 

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¿Por qué es tan importante el sistema inmune?

Los expertos nos detallan que probablemente solo nos venga a la cabeza nuestro sistema inmune cuando tenemos rondando a los resfriados, la gripe o la COVID. Pero "está trabajando todo el tiempo para protegernos contra invasores extranjeros, montando ataques constantes para defender nuestro cuerpo sin que nos demos cuenta".

Es una enorme y compleja red de células, órganos, proteínas y anticuerpos, conocida como inmunoglobulinas, diseñada para evitar que nuestro cuerpo sea invadido por bacterias, virus y parásitos. De hecho, nos salva la vida a diario: es nuestro sistema inmune el que lanza un ataque cuando detecta algo que no debería estar allí. El sistema inmune también retira las células muertas o defectuosas de nuestro cuerpo y, si funciona correctamente, reconoce el tejido normal y sano y lo protege.

En definitiva, si bien solo pensamos en nuestro sistema inmunológico cuando nos sentimos enfermos, en realidad está funcionando todos los días para mantenernos a salvo.

 

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¿Qué es lo que pasa cuando nuestro sistema inmune está deprimido?

Cuando hablamos de un sistema inmune deprimido o inmunocomprometido significa que el sistema inmunológico es más débil de lo esperado y no funciona correctamente.

Nuestro sistema inmune se compone de un ejército de diferentes tipos de células que trabajan para protegerlo contra bacterias, virus y otras sustancias que podrían causar infecciones. Cuando este sistema no funciona correctamente, el cuerpo es mucho más susceptible a las enfermedades.

Es posible estar inmunocomprometidos en diferentes grados. Estar inmunocomprometidos no es un interruptor que esté encendido o apagado, funciona en un espectro, más como un atenuador. Si alguien está ligeramente inmunocomprometido, es más probable que contraiga el resfriado común. Otros que están gravemente inmunocomprometidos pueden contraer infecciones más graves, cuentan desde Cantabria Labs.

Estar inmunocomprometidos puede ser temporal o permanente. En muchos casos, como durante el tratamiento del cáncer, el sistema inmunitario puede recuperarse después de algún tiempo. Si se elimina la causa ofensiva, el sistema inmunológico puede recuperarse a un estado saludable. Alternativamente, estar inmunocomprometidos puede ser permanente, como es el caso de muchas enfermedades congénitas.

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Así puedes reforzarlo

Nos planteamos un punto fundamental: cuáles son las claves para reforzarlo. Y la primera línea de defensa es un estilo de vida saludable. Hay una serie de hábitos que podemos adoptar para que nuestras defensas sean lo más fuertes posible:

  • Hacer ejercicio regularmente.
  • Una dieta saludable y equilibrada que sea alta en frutas y verduras.
  • Mantener un peso saludable.
  • Obtener un sueño de calidad: establezca un horario y una rutina para dormir y practique una buena higiene del sueño.
  • Reducir el estrés y desarrollar buenos mecanismos de afrontamiento.
  • Dejar de fumar.
  • Beber alcohol solo con moderación.
  • Tomar medidas para prevenir las infecciones: esto incluye lavarse las manos con frecuencia y el distanciamiento social.

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¿Son útiles los suplementos?

“Los suplementos pueden ser una herramienta, que junto un estilo de vida saludable, nos ayuden reforzar las células de nuestro sistema inmune. Pueden ser de especial importancia en épocas en las que nuestro sistema inmune necesite ser reforzado, como durante el otoño/invierno o bajo situaciones de estrés. Es importante seguir el consejo de su médico y farmacéutico y en el caso de necesitarlo, recurrir a suplementos con eficacia y seguridad contrastada, como Inmunoferon que lleva décadas contribuyendo al normal funcionamiento del sistema inmune”, nos cuentan desde Cantabria Labs.

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