Analizamos los mitos y realidades de la cosmética natural y los productos hechos en casa
Mascarillas de aguacate, de yogur... ¿son seguras?
Como todo lo natural, la cosmética 'bio', ecológica, vegana está de moda. Y durante el confinamiento, incluso, hemos aprendido a hacer nuestras propias mascarillas, o remedios naturales para la piel y el cabello. Su uso, además de ser tendencia y, a veces, necesidad, tiene muchas ventajas. Sin embargo, no debemos confundir natural con inócuo. Y mucho menos remedios caseros o mascarillas hechas en casa con más saludable para nuestra piel.
Asimismo, este tipo de cosmética aboga por un respeto mayor hacia el medio ambiente. De hecho, se busca que tanto el cultivo, la recolección y la formulación de los productos sea más sostenibles además de, por supuesto, evitar el sufrimiento animal, algo que deben reflejar el su logotipo.
Para conocer mejor en qué consiste la cosmética natural, qué beneficios tiene para tu piel, si hay desventajas, así como saber qué precauciones debemos tener con la 'cosmética' casera, hablamos con la farmacétucia Mar Santamaría, de PromoFarma.
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Los beneficios para la piel de la cosmética natural
Ni es mejor, ni peor, según señala Mar Santamaría, quien explica que pensar que la cosmética natural ofrece más beneficios para nuestra piel debido a que no contienen sustancias artificiales es un error. "En cosmética, esto no es una afirmación válida y suele confundir mucho a los consumidores. Todos los productos cosméticos que están comercializados en Europa, ya sean a base de ingredientes de origen natural, sintético o una combinación de ambos, tienen que cumplir con las mismas regulaciones para garantizar su seguridad. Por tanto, unos no son más respetuosos o afines a la piel, la diferencia radica en otros aspectos".
Dos conceptos que también se confunden muy a menudo son: natural e inocuo. Lo natural no tiene por qué ser a priori inocuo. Existen muchísimos ejemplos bien conocidos: vegetales altamente tóxicos (estramonio, cicuta...), setas venenosas,... por citar solo algunos. Tampoco se puede afirmar que la cosmética natural es más eficaz. En conclusión: la cosmética natural tiene otros aspectos diferenciales, que no tienen que ver con la seguridad, ni la eficacia.
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¿Qué es, entonces, la cosmética natural y qué ingredientes contiene?
Para que sea un cosmético natural, como mínimo el 95% de ingredientes de la fórmula tienen que ser sustancias naturales o derivados naturales (el % puede ser mayor).
Como nos explica la farmacéutica, la normativa en la que se suscribe la cosmética natural es la ISO 16128. Esta define qué es un ingrediente natural aquel que se ha obtenido sólo de plantas, animales, microorganismos o minerales, incluidos, los que derivan de ellos mediante procesos físicos, procesos químicos que ocurran en la naturaleza y cuyo resultado final sean moléculas presentes en la naturaleza (p. ej. el alcohol de fermentación) u otros procesos incluyendo los tradicionales sin modificación química intencional (p. ej. el vinagre que procede del vino). La cosmética natural, por tanto, no es es equivalente a ingrediente BIO.
Ejemplos de ingredientes naturales que podemos encontrar en el etiquetado de cosméticos son la glicerina, manteca de karité (Butyrospermum parkii butter), manteca de cacao (Theobroma cacao seed butter), cera de abeja (Beeswax), alcohol (Alcohol Denat), aceites vegetales (como el de onagra, oliva, jojoba, almendras dulces, rosa mosqueta, argán, macadamia, sésamo...), extractos vegetales (como el de centella asiática, caléndula, cola de caballo, hamamelis, árnica,...)
Dentro de los ingredientes naturales, están los BIO. Estas son las materias primas naturales que proceden de un sistema de cultivo certificado basado en la utilización óptima de los recursos naturales. No se emplean productos químicos sintéticos u organismos genéticamente modificados, nanotecnología o irradiación, ni para abono ni para combatir las plagas (Reglamento (CE) Nº 1223/2009).
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¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de decantarnos por la cosmética natural?
Es una cuestión de preferencias, como consumidores podemos optar por cosmética natural o convencional: ambas son seguras y eficaces. Si escogemos cosmética natural BIO, debemos mirar los sellos de certificación (aunque existen muchos y cada organismo puede emitir definiciones y reglas propias, que pueden ser diferentes de uno a otro). Ejemplos de certificados: Ecocert, NaTrue, BDIH...
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¿Qué debemos tener en cuenta si nos hacemos las mascarillas o cremas caseras?
Las mezclas caseras, son eso, mezclas, pero desde mi punto de vista no se pueden llamar cosmética :)
No siguen ninguna norma, ni control, tampoco la mayoría de personas somos formuladoras expertas que sepamos lo que tenemos entre manos. No sabemos el pH final, si hay presencia de microorganismos que nos puedan perjudicar. No sabemos del efecto que va a causar en nuestra piel: beneficio o daño. Por tanto, no podemos hablar de preparación segura, ni eficaz, porque no existe ninguna garantía.
Una cosa es que, en un momento determinado, podamos usar un poquito de aceite de oliva sobre una zona de la piel áspera o seca (como recurso puntual) que no nos va a hacer ningún daño). Otra, muy distinta, recorrer habitualmente a fórmulas caseras para aplicar sobre la piel sin el conocimiento adecuado, ni ninguna garantía.
El yogur, el azúcar, el pepino, las frutas... Son alimentos. Sin procesarlos adecuadamente no son cosméticos: en casa no tenemos (habitualmente) ni el instrumental ni el conocimiento para convertirlos en cosméticos seguros. Por tanto... Mejor no hacer experimentos que puedan dañar a nuestra piel. Son ingredientes-alimentos estupendos para preparar una buena ensalada veraniega, pero no para aplicarlos en la piel.
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