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Muchos piensan que el yoga son posturas imposibles de realizar. Por ejemplo, torsiones que ponen a prueba la elasticidad de nuestro cuerpo. Sin embargo, no todas las asanas que se practican en esta disciplina son difíciles y solo aptas para yoguis avanzados. Todo lo contrario. Como aseguran los expertos, la mayoría de las posturas pueden ser practicadas por cualquiera. Solo que cada uno debe saber hasta dónde puede llegar y cuáles son los límites, que poco a poco irá superando. 

En cualquier caso, no todas las posturas de yoga son complicadas y muchas de ellas las podemos practicar casi intuitivamente. Con unas nociones de la técnica y la respiración, eso sí. Es el caso de tadasana, o la postura del estiramiento hacia el cielo o postura de la montañaUna forma fácil para principiantes con muchos beneficios para nuestro cuerpo. 

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¿Qué es la postura 'tadasana' de la montaña?

Es la contrapostura de shirshasana, una postura invertida. Pero, como explica Danilo Hernández, en 'Claves del yoga', está considerada una asana en sí misma. Es decir, la puedes practicar como contrapostura o sola. Además, este ejercicio suele realizarse al inicio del Saludo al sol, preparando nuestro cuerpo, nuestra respiración y concentración para la realización de las 12 asanas que forman suryanamaskar o la salutación al sol. 

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Cómo hacer la postura de 'tadasana'

Ponte de pie con los pies separados al ancho de tus caderas. Los brazos separados y los pies firmemente arraigados en el suelo. Fija la mirada en un punto enfrente, a la altura de tus ojos, ya que te servirá para mantener el equilibrio. 

Entrelaza los dedos de las manos a la altura de pubis. Inspira lenta pero profundamente.

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Estiramiento al cielo

Comienza a elevar los brazos por delante del cuerpo con las palmas de las manos vueltas hacia afuera. Si tienes problemas al entrelazar las manos, puedes subir los brazos hacia arriba por los costados o por delante del cuerpo. 

Continúa hasta que las manos se encuentren por encima de la cabeza y las palmas de las manos apuntando hacia el cielo. De nuevo, lo deseas, puedes juntar las palmas de las manos mientras los dedos apuntan hacia el cielo. 

El cuerpo tiene que estar erguido, la coronilla apuntando hacia el cielo y la espalda recta. 

A continuación, eleva ligeramente las puntas de los pies mientras te estiras, como si algo tirara de ti hacia el cielo. 

Mantén este estiramiento y contén la respiración unos segundos. Exhala despacio, apoya los talones en el suelo, baja los brazos por delante del cuerpo o por los costados y vuelve a la posición de partida. 

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Beneficios de esta postura de yoga 

Como todas las asanas, los beneficios de tadasana se observan con la repetición y la práctica constante del yoga. En concreto, según Danilo Hernández, esta postura: 

  • Desarrolla el equilibrio
  • Estira toda la columna y descongestiona los nervios espinales
  • Tonifica los músculos del cuerpo y estira los rectos abdominales
  • Mejora la circulación 
  • Favorece la concentración 

Cuando realices esta postura, intenta concentrarte en la coordinación de la respiración con el movimiento cuando inspires y exhales. En la fase estática, intenta concentrarte en estirar al máximo y mantener el equilibrio. 

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