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¿Sabías que los vampiros existen? No solo son tan reales como tú y como yo, sino que puedes estar conviviendo con uno y no haberte dado cuenta. Un peligro, puesto que, según los expertos, en cuanto los reconozcas, lo más saludable y sensato que puedes hacer es salir corriendo. Y si te resulta imposible escapar, debes protegerte de ellos, porque sin que apenas te des cuenta, habrás caído en sus redes, te habrán dejado agotada, exhausta, sin autoestima, insegura y con pocas fuerzas para reconstruir tu vida. ¿Quiénes son estos 'personajes' denominados vampiros? Desde MundoPsicólogos te lo explican, te explican cómo identificarles, qué tipos hay y cómo evitar que te amarguen la existencia. Porque no, encontrarte con un vampiro (o vampira) no tiene nada de emocionante ni romántico.

 

Vampiros emocionales, los peores 

No dejan que la otra persona hable a pesar de su deseo de contar algo, menosprecian sus éxitos, siempre saben lo que es mejor para las personas que tienen a su alrededor, buscan constantemente el conflicto, pero sobre todo se esconden en las relaciones del día a día y son difíciles de identificar. Son los vampiros emocionales. Cada uno a su manera, succionan energía vital, provocando incluso muy graves consecuencias en la salud de sus víctimas, que acaban  exhaustas e inseguras sin ni siquiera darse cuenta.

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¿Cómo se sabe de su existencia?

Los vampiros emocionales o energéticos son definidos por primera vez por Albert J. Bernstein en su 'Emotional Vampires: Dealing With People Who Drain You Dry', o cómo lidiar con aquellas personas que te agotan. Se presentan como sujetos brillantes y fascinantes. Generan confianza y expectativas más altas de lo normal. Sin embargo, no tardan en resultar extremadamente críticos, controladores, narcisistas, muy negativos y manipuladores. Todo ello porque están insatisfechos con quienes son. Suelen explotar y dominar a los demás para tener la necesaria confirmación de su autoestima o de su trabajo.

 

¿Cómo identificar a un vampiro emocional?

Se pueden identificar unas características principales en la forma de ser de los vampiros energéticos:

  • No aceptan un NO por respuesta. Son personas muy manipuladoras.
  • Su Ego está en el centro. Debido a su baja autoestima, buscan la confirmación de su valía en otras personas. Lo importante para ellos es hacerse notar, positiva o negativamente, es igual.
  • Nadie tiene peores problemas que los suyos. Las conversaciones siempre giran en torno a sus problemas. No les interesa escuchar y consolar a los demás, ni conocer su experiencia y su estado.
  • Nunca se equivocan y no asumen la responsabilidad de su comportamiento, especialmente cuando conduce a consecuencias negativas y dan la carga y la culpa de sus acciones a los demás.

Se sienten por encima de las reglas. Tanto de las de convivencia civil (hacer cola, respetar los límites de velocidad, ser puntual, respetar el turno ...) como las que tienen que ver con las relaciones afectivas.

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Consecuencias en tu salud

Si después de pasar tiempo con una persona te sientes cansado y desmotivado, si no has podido hablar porque otro tiende a monopolizar la conversación descargando sus frustraciones, y esta actitud resulta ser una constante, es probable que esa persona sea un ladrón de energía. Estas son algunas señales a tener en cuenta:

  1. Sensación de estrés y fatiga tras la reunión (ansiedad, nerviosismo, melancolía y bostezos)
  2. Sensación de insatisfacción y descontento constantes.
  3. Tensión físico-muscular ante la presencia de determinadas personas
  4. Presión psicológica negativa procedente del exterior
  5. Sensación de limitación de la propia libertad, obligación de ser responsable de las propias acciones.
  6. Estado de confusión que evita decisiones y provoca errores en las actividades diarias
  7. Bloqueo mental que te impide realizar proyectos de amor, estudio, trabajo ...

 

Cómo protegerse frente a un vampiro emocional

  • Tranquilidad. Es muy útil para combatir sus provocaciones, capaces de hacerte perder el control. Para mantener la calma, aplicar algo de racionalidad a las situaciones es de gran ayuda.
  • Poner límites. Los límites son una protección que evita que personas tóxicas nos manipulen.
  • Sonreir. A un vampiro emocional le encanta involucrar a los demás en su malestar. La sonrisa desalienta esa manipulación.
  • Sin drama. Para no sucumbir al vampiro emocional, simplemente no le sigas el juego. Evita involucrarte: sin discusiones, sin tristeza, y no te creas todo lo que dice.
  • Huir. Es la opción más saludable. No se puede establecer una relación equilibrada con quien desconoce el dolor que causa en los demás. Es muy raro que haya un cambio en su forma de ser y actuar.

 

Existen diversos tipos de vampiros emocionales. A continuación, los expertos de MundoPsicólogos definen los rasgos más comunes: 

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El superior

Se siente superior a todos y disfruta haciendo que los demás se sientan inferiores. Siempre tratando de someter al prójimo para poder alimentarse de su atención.

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El catastrófico

Negativo y rodeado de desgracias. Su objetivo es atraer la atención y energía de los demás para suplir sus propias carencias, dejándolos drenados y desprovistos de energía.

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El envidioso

Menosprecia y desprecia a los demás y, al mismo tiempo, trata de atraer a las personas que lo rodean para manipular y someter, con el fin de obtener confirmación y devoción.

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El cotilla

Mira a los demás para no mirar hacia adentro. Capta la atención de las personas con chismes que insinúan dudas e incertidumbres.

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El irascible

Siembra la ira a su alrededor y atrae a las personas, llevándolas a compartir su mal humor, compuesto de ira y quejas, creando un ambiente de ira e insatisfacción.

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El controlador

Afectado por la manía del control, tanto de sí mismo como de los demás: no se fía de nadie.

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El especulador

Se pone completamente disponible y condescendiente, su arma es la pasividad, porque lo que hace es apropiarse sutilmente de las ideas y méritos de los demás. Ladrón de ideas y energía.

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El hipocondriaco

Para concentrar hacia sí mismo el cuidado y la atención que de otro modo no sabría ganarse, confía en sentimientos de preocupación y compasión.

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El logorreico

Capta la atención de sus víctimas durante mucho tiempo, quienes apenas encuentran espacio en la conversación. Descarga su frustración en los demás, robando toda la energía.

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El moralista

Utiliza el chantaje y el juicio moral, gracias al cual da vida a un grupo de seguidores que siempre pueden ofrecerle atención y confirmación de su obra.

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