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Aunque los nuevos confinamientos en esta segunda ola de la pandemia de la COVID-19 no son tan estrictos por el momento, médicos y responsables políticos insisten en la conveniencia de pasar el mayor tiempo posible en casa. Por eso, buscar alternativas de ocio en casa que nos ayuden a cuidar nuestra salud mental es una buena idea, tal y como nos cuentan desde el equipo de psicólogos de ifeel, que ha querido resumir algunas actividades con muchos beneficios.
 

 

Prueba con la escritura creativa

Un papel en blanco frente a ti, ¿no te resulta seductor? Sin duda escribir es un ejercicio que puede convertirse en una rutina muy placentera. No tienes que plantearte un gran objetivo, no se trata de dar forma a una novela. Hay opciones más sencillas, como relatos breves o incluso un diario. Todas ellas te dan la oportunidad de ejercitar la imaginación, la habilidad de sintetizar y la capacidad de observación de lo que nos rodea. 

 

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Manualidades: mil y una opciones a tu alcance

Pintar, hacer collages, maquetas... Hay aficiones que, sin necesidad de ser un artista, te ayudan a serenar el estado de ánimo, poner toda tu energía en algo constructivo, entrenar la creatividad, fortalecer la atención focalizada y mejorar, además, esas habilidades de motricidad fina que quizá estén descuidadas. Tal vez incluso descubres un talento oculto, que te sorprenda incluso a ti mismo. Esto fortalecerá en nosotros la imagen de persona no solo creativa o imaginativa, sino también talentosa, a la vez que ejercitas la flexibilidad cognitiva casi sin darte cuenta.

 

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¿Has pensado en hacer puzles?

Sí, es un hobbie que requiere paciencia, pero también te ayudará a tolerar mejor la frustración. Los puzles o rompecabezas son de los juguetes más antiguos que existen y son adecuados prácticamente para cualquier edad. Hacerlos puede ayudar a potenciar capacidades cognitivas y emocionales que tienen que ver con lo espacial pero también se trabaja la contención, el saber esperar, aguzar diferentes sentidos a partir de la observación y plantearse una tarea más o menos compleja dividiéndola en secciones asumibles. Y si lo haces en compañía, mejorarás también el trabajo en equipo. 

 

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Disfruta con tus plantas

Si tienes la suerte de tener un jardín, sin duda eres afortunada, pero puedes tener un pequeño huerto en la terraza o sencillamente cuidar de tus plantas de interior. Es un acto de responsabilidad, paciencia y bienestar interior.  Y es que  el hecho de ocuparnos de una planta, unas flores o cultivar nuestros propios vegetales nos ayuda a que nuestro mundo interior no se encasquille en las preocupaciones. Los expertos insisten en que esto no va a hacer milagros, pero puede venirnos bien en momentos de tristeza, agitación interior, aburrimiento o desconcierto. Y un extra más: nos puede ser de gran ayuda para aprender a cultivar la paciencia, pues ver los frutos requiere de un proceso lento para aparecer.

 

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¿Por qué no hacer un árbol genealógico?

Abuelos, bisabuelos, tatarabuelos con sus fechas de nacimiento... Esta actividad tan entretenida puede servirte tanto para trabajar la memoria como para reforzar vínculos familiares. Y es que tal vez te parezca curioso descubrir de dónde viene tu familia mientras le haces un favor a tu salud mental. Lo más sencillo es hacerlo hasta donde tú recuerdas, pero será un ejercicio mucho más profundo si investigas un poco más. Para ello, puedes preguntar a tus familiares, sobre todo a los más mayores, para indagar sobre aquellos que a ti se te escapan. Los expertos apuntan que dibujar tu árbol genealógico e investigar al respecto no solo ayuda a quemar el exceso de tiempo libre, sino que configura mentalmente tu mapa familiar, la historia de la que formas parte, fortaleciendo la sensación de vínculo con tus ascendentes y descendientes y de proyección tanto hacia el pasado como hacia el presente.

 

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El bricolaje, buen aliado

Tienes un enorme abanico de posibilidades ante ti: desde restaurar a tapizar muebles, pasando por pintar o montar una estantería nueva. Todo son beneficios, pues nos permiten combinar ingenio y habilidades con una buena descarga de energía a través del movimiento de los brazos. Tal vez si es la primera vez que lo haces pienses que no eres capaz, pero todo es ponerse. Tendrás esa sensación de autonomía y te ayudará a verte como personas hábiles y "apañadas", lo cual resulta muy beneficioso en cuanto a nuestra autoestima. Puedes hacerlo en familia, lo que lo hará más ameno.

 

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¡Con las manos en la masa!

Sin duda, hay muchas personas que encuentran muy gratificante cocinar, una actividad que, además, fomenta la crea creatividad y el autocuidado, pues sin duda, cuidaremos más nuestra alimentación. Para muchas personas meterse en la cocina es una auténtica válvula de escape. Además, cuanto más complejo sea el reto culinario, más entrenaremos habilidades de motricidad fina, planificación, toma de decisiones y creatividad. Y la guinda es disfrutar de la placentera sensación de disfrutar comiendo de los platos que hemos preparado, si es en compañía, mejor aún. Tal vez no lo has pensado, pero aunque no lo parezca, cocinar implica varias tomas decisiones hasta llegar al resultado final:  desde optar por un plato concreto, hasta disponer de los ingredientes e ir ejecutando la receta. Todo ello implica pensar, planificar en un orden concreto y eficiente e ir acercándonos paso a paso hasta el objetivo marcado, ejercitando diferentes habilidades de manera simultánea. Y a medida que prosperes, puedes ir complicando el reto. 

 

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¿Te animas a coser?

Nuestras madres y abuelas lo hacían a menudo. ¿Por qué no recuperar esta actividad tan creativa que te ayuda además a trabajar la atención y la planificación? Sin duda, la costura resulta de gran utilidad cuando la mente está muy dispersa, a la vez que trabajas la motricidad fina y la precisión mientras te entretienes. Es, además, muy útil y te permite trabajar la planificación, pues un jersey, una bolsa de tela o un panel de punto de cruz no se improvisan, requieren una estrategia que hay que pensar previamente. Los expertos matizan que la costura bien hecha requiere una mente analítica (capaz de ir al detalle) y atenta a lo que se está haciendo. Tal vez no lo habías pensado, pero según cómo se plantee se puede potenciar el cálculo, la visión espacial, la paciencia, la imaginación, la flexibilidad, además de, claro está, la faceta más artística y creativa.

 

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El placer de la lectura a los mayores

Sin duda, los mayores han sido los más perjudicados por esta pandemia. Muchos han afrontado los meses de confinamiento en soledad. Por eso, manteniendo las precauciones, no es mala idea buscar alternativas para no descuidar la parte afectiva, de acompañamiento y entretenimiento hacia los ancianos. Podemos ayudarles con la lectura. Hay muchas asociaciones que cuentan con lectores voluntarios y se han adaptado a las circunstancias actuales, informatizándose para que las lecturas sean online o telefónicas. Nos dan la oportunidad de entrenarnos como narradores y además se promueve algo muy beneficioso para las personas que lo reciben: la cohesión social, hacen que disminuyan la soledad y el aislamiento y el voluntario siente la satisfacción de hacer algo útil por alguien.

 

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Organizar y ordenar

¿Has pensado en la sensación placentera que supone organizar y ordenar tu casa? Desde ifeel explican que se trata de integrar nuestras pertenencias en un relato coherente en lugar de en una montonera de posesiones o en un almacén sin sentido. Sí, sabemos que ordenar nuestras estanterías, armarios y mesas y limpiar la casa no son las primeras actividades que nos planteamos como diversión, pero una vez que te pones a ello, ves cómo te ayuda a reencontrarte con nuestros objetos, papeles, prendas de vestir y nos permiten diferenciar aquello que nos sirve de todo lo que ya no, potencian una sensación de ligereza y nos facilitan vivir con mayor comodidad. Tal vez no te lo has planteado nunca así, pero  muchas veces cuando nos sentimos intranquilos, agobiados o tristes resulta de cierta ayuda poder estar al menos en un espacio limpio y ordenado que transmita buenas vibraciones, en lugar de estar en un lugar caótico o desagradable.

 

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