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Cuando le preguntamos a los nutricionistas cuáles son los alimentos indispensables en su dieta, no hay duda de que las frutas ocupan un lugar de honor en el ranking. Nos aportan vitaminas, fibra, los azúcares necesarios, minerales... Salvo en los casos en los que se tenga intolerancia a la fructosa (cuando la dieta ha de adaptarse), no hay excusas para no incluirlas en nuestra dieta. Y no solo como postre. Pueden acompañarnos en nuestros desayunos o ser nuestros tentempiés saludables a diario.  Y, sin duda, la mejor opción es elegir frutas de temporada. El otoño nos deja algunas muy recomendables a nuestro alcance, como nos cuenta Laura Parada, directora técnica y especialista en nutrición del centro madrileño Slow Life House. Estas son cinco de las que deberías tener en cuenta esta estación.

 

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Granada

Tal y como nos explica Laura Parada, especialista en nutrición y directora técnica del centro madrileño Slow Life House, los beneficios de la granada se atribuyen principalmente a su contenido de antioxidantes. Esta fruta contiene tres tipos de polifenoles antioxidantes, que incluye a los taninos, antocianinas. Los antioxidantes son la forma natural de proporcionarle a las células una protección adecuada contra el ataque de los radicales libres, cuando hay niveles suficientes, el cuerpo puede resistir el daño celular y envejecimiento causado por exponerse a contaminantes de forma cotidiana.

 

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Moras

Lo cierto es que todos los frutos rojos aportan beneficios a nuestra dieta. Un dulce placer otoñal beneficioso para nuestro organismo. Pero la experta de Slow Life House se ha querido centrar en las moras, por su extensa lista de contenido nutricional. Tienen elevadas cantidades de vitamina C, y bajas cantidades de sodio y calorías (solo contienen 43 calorías por porción). Por ello, son ideales para quitar unas calorías de la dieta o incluso en dietas low carb por su bajo aporte en azúcares. Y no olvidemos que son una excelente fuente de fibra soluble e insoluble. También contienen las vitaminas A, E y K, vitaminas B (B1, B2, B3, B6 y B12), así como minerales como cobre, manganeso, magnesio y potasio, y otros nutrientes como el ácido pantoténico y ácido fólico. Son muy valoradas por sus cualidades antioxidantes. 

 

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Kiwi

Esta fruta proporciona 273% de la cantidad diaria recomendada de vitamina C en tan solo una porción de una taza, cinco veces mayor que una  naranja, y es un estimulante natural del sistema inmunitario. Además contiene vitamina K, también conocida por ayudar a la coagulación de la sangre. Pero aún hay más, y es que tal y como nos indica Laura Parada, los kiwis contienen buenas cantidades de vitamina A (ideal para la piel, los huesos, el desarrollo dental y la protección de la visión, incluyendo la protección contra la degeneración macular), y vitamina E. También nos aportan potasio para equilibrar los electrolitos del cuerpo, lo que contribuye a limitar tanto la hipertensión como la presión arterial alta. Un último dato: el kiwi también es uno de los pocos alimentos ricos en vitamina B6, que ayuda al sistema inmunológico. ¿No son razones suficientes para incluirlos en nuestra dieta?

 

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Manzanas

Estamos ante una fruta que, en general, podemos consumir todo el año, en sus distintas variedades (en otoño encontraremos la variedad golden supreme). Destaca, por encima de todo, su un alto contenido en fibra y muy pocas calorías. Además, es fuente de fitoquímicos, como los flavonoides, que son antioxidantes. Son ricas en vitaminas C y E. Hay distintas formas de consumirla: si la tomamos cruda (la forma más habitual) estimula el tránsito intestinal, mientras que rayada o cocida produce pectina, con efecto astringente.

 

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Membrillo

Este fruto ayuda a regular el tránsito intestinal, así como a tratar los trastornos digestivos.  Contiene tanto taninos como pectina, por lo que es ideal su ingesta en una dieta astringente. Además, favorece la eliminación de ácido úrico, y es un buen aliado para tratar determinadas afecciones de corazón debido a su gran contenido en potasio y bajo en sodio.

 

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Uvas

El fruto de la vid contiene flavonoides y resveratrol como antioxidantes (especialmente las rojas y las negras), por lo que son una buena opción para cuidar tu piel. El resveratrol, además, se considera un vasodilatador y se recomienda para la prevención de enfermedades cardiovasculares. Las uvas pasas, además, son ricas en hierro. Son muy ricas en micronutrientes como vitaminas y minerales, sobre todo, en calcio, fósforo, magnesio y potasio, vitamina C y las del complejo B. 

 

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