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En una crisis sanitaria sin precedentes en décadas, sin duda, nos estamos encontrando con diferentes formas de afrontar la pandemia por parte de los ciudadanos. Incluso una misma persona puede pasar por distintas etapas en medio de todo estre proceso que, sin duda, se ha llevado por delante nuestra forma de vida habitual. Es algo que ya sucedió durante el confinamiento. Así. os encontramos con personas que tienen mucho miedo, con gente escéptica, con un enorme grupo de personas concienciadas y responsables... Y también, frente a la crisis actual, nos encontramos con la figura de los negacionistas, aquellos que no creen ni en la envergadura del problema que ha causado el coronavirus a lo largo y ancho del planeta, ni en las medidas que nos imponen las autoridades. Uno de los últimos casos ha sido el de un profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, denunciado por animar a sus alumnos a prescindir de la mascarilla, en contra de todas las recomendaciones.

 

Lo cierto es que dentro de este grupo se pueden encontrar diferentes ramas: desde personas muy críticas con la gestión de la crisis a personas que niegan directamente la existencia del virus. No es una corriente psicológica nueva, tal y como nos cuentan los expertos de GrupoLaberinto, que explican que a lo largo de la historia este comportamiento humano se ha presentado como un movimiento social que tiene una función adaptativa, que sirve para minimizar los recursos cognitivos que debemos invertir en la toma de decisiones. Nos resumen cuáles son los factores psicológicos más habituales que llevan al negacionismo, partiendo de que, aunque no se puede generalizar, desde la psicología  hay factores individuales y sociales que influyen en nuestra postura, como pueden ser los siguientes.

 

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Exceso de preocupación

No es extraño que a lo largo de estos meses intensos de 2020 hayamos experimentado un exceso de preocupación. Lo cierto es que la sobreinformación y los bulos que se transmiten de manera masiva obligan a darle vueltas a la situación continuamente. Así, este exceso de emociones puede incluso llegar a generar psicopatologías tales como la hipocondría, ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo, fobia, etc. Hay que tener esto muy en cuenta, especialmente en el caso de los adultos que, sin querer, pueden transmitirlo a los niños.

 

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Un proceso de negación

No es algo extraño ni desconocido desde el punto de vista de la psicología. De hecho, es algo que también puede suceder en algunos casos cuando afrontamos un momento de duelo, como un mecanismo de defensa relacionado con la negación. Es cuando los expertos de GrupoLaberinto explican que aparece la frase “esto no puede estar pasando”. La negación es un proceso inconsciente que no permite que tenga lugar la aceptación, lo que puede desbocar en una psicopatología o, incluso, poner en riesgo a otras personas. Más aún en el caso de una enfermedad como esta, en la que debemos evitar contagiarnos pero también contagiar.

 

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Solo hay negación si no se toman medidas de protección

Eso sí, los expertos apuntan que si se toman medidas de protección (como puede ser el uso de mascarilla, el lavado frecuente de manos o mantener la distancia de seguridad), no podemos hablar de negación: solo se puede hablar de negación cuando el individuo considera que no es necesario cuidarse, ni cuidar a los demás.

 

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Miedo y rabia

Son dos de los sentimientos más presentes a lo largo de estos meses en los que nos está tocando convivir con la pandemia. El miedo que surgió desde el inicio del confinamiento sigue, sin duda, entre nosotros. Miedo al contagio, a enfermar, a que afecte a nuestros seres queridos, pero también a perder el trabajo. Los expertos explican que algunas personas han intentado suprimir este sentimiento de miedo y, como resultado, han ido acumulando rabia. Al tratarse de un enemigo invisible, este sentimiento de rabia acumulado ha buscado un nuevo objetivo contra el que luchar.

 

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Falsa seguridad

Es otra de las sensaciones más habituales que pueden tener muchas personas, sobre todo aquellas que no han experimentado el virus de cerca. Tienden a creer que la gravedad del asunto no es tan grande como lo pintan los gobernantes, los médicos o en los medios de comunicación, ya que sus vidas no se han visto alteradas (más allá del confinamiento). ¿Cuál es su postura? Ven a los demás como exagerados, equivocados, hipocondríacos y por lo general creen que existe una psicosis colectiva a la que ellos, por el momento, no han sucumbido.

 

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Desconfianza

Parece evidente que muchas de las personas pertenecientes al movimiento negacionista lo son debido a su falta de confianza en las instituciones. No creen lo que se les dice desde la OMS, los gobiernos nacionales o locales... Cierto es que ha podido haber una falta de información veraz y confusión en los datos proporcionados por las autoridades, medidas incluso contradictorias en opinión de los ciudadanos (mascarilla sí-mascarilla no fue tan solo un ejemplo). Sin duda, todos estos elementos han contribuido a la falta de credibilidad y han generado reacciones de rebeldía frente a la autoridad.

 

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Control

Necesitamos tenerlo todo bajo control. Y, sin duda, esta situación no ha hecho sino poner, en parte, nuestras vidas, patas arriba. Buscar una explicación a lo que sucede es una manera de conseguir cierta sensación de control, lo que ayuda a reducir o eliminar la preocupación y la angustia que el caos de la situación actual está creando.

Los expertos, ante situaciones como la que nos ocupa, explican que o más importante es esforzarse por entender las posturas y lo que hay detrás de cada punto de vista, sin recurrir a la violencia o la confrontación. "No sirve de nada tomar una posición extremista ni fomentar el enfrentamiento social, lo mejor que se puede hacer es facilitar el dialogo, buscar soluciones, mantener la calma e intentar transmitirla a los demás", concluyen desde GrupoLaberinto,

 

 

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