Vivimos en una época en la que el estrés y la ansiedad parecen haberse instalado en nuestra rutina diaria. La mente no se apaga, el cuerpo se resiente, acusa el desgaste y nos sentimos desbordados. En Conecta con tu mente, Alberto Valverde, experto en inteligencia emocional y neurociencia, nos invita a comprender qué nos ocurre y cómo transformar esa tensión en bienestar, incluso en plena era de la inteligencia artificial. Todo con un objetivo: tratar de recuperar la calma en un mundo cada vez más acelerado por la tecnología.
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¿Cómo nació 'Conecta con tu mente', qué le llevó a escribirlo?
Conecta con tu mente nace de manera inesperada y sin planificar, de hecho, aún a día de hoy me cuesta asimilarlo. El año pasado se pusieron en contacto conmigo y me propusieron escribir un libro sobre mi campo (Inteligencia Emocional y Neurociencia). No tenía ni idea de cómo se escribía un libro, pero era una oportunidad que no podía perder, y no solo por mí, sino por las personas a las que podía ayudar con ese libro. Al final, he escrito una formación. Quien lo lea y lo ponga en práctica, va a ver resultados seguro y eso para mí es la mayor motivación. La gente no es consciente de que podemos mejorar nuestra calidad de vida y nuestra gestión emocional con pequeños cambios.
¿Por qué cree que hoy en día nos sentimos tan desbordados emocionalmente?
Principalmente, porque nadie nos enseñó nada sobre las emociones y sobre cómo funciona nuestro cerebro. Tenemos una carencia general en educación emocional enorme. Esto tiene como consecuencia que cuando de repente se ponen de "moda" algunos términos como, por ejemplo, "estrés" o "ansiedad", hagamos uso de ellos sin realmente saber lo que son, sin saber si son lo que tenemos y gestionándolas de manera errónea. Cuando doy formaciones, y pregunto ¿qué son las emociones?, ¿qué es el estrés?, ¿qué es la ansiedad? El 99% no saben responder, o responden de manera equivocada. Sin embargo, todos ellos dicen padecer estrés y/o ansiedad. No puedo gestionar una cosa que no sé lo que es. Y aunque suene a profesor gruñón, no es culpa suya, es que nadie nos ha enseñado a gestionar el ritmo tan acelerado en el que vivimos.
Ocurre que ahora tenemos acceso a casi todas las experiencias, viajes y ocio que queramos, pero no significa que tengamos que hacerlas todas, es más, no somos menos si no las hacemos. Pero estamos cegados por las vidas que viven otros en las Redes Sociales, nuestro ego y nuestra propia interpretación del éxito. Vivimos constantemente pensando en aquello que queremos hacer, en vez de ser conscientes de lo que estamos haciendo ahora mismo, y esto nos lleva a un estado de insatisfacción continua. Hay que aprender a parar y entender que un fin de semana en casa leyendo o haciendo lo que cada uno quiera, no es perder el tiempo, al contrario, es necesario para que nuestro cerebro se tome un respiro y cumpla su función vital; sobrevivir.
La neurociencia es la radiografía de los pulmones negros que le enseñan a un fumador. La realidad de lo que pasa, aunque tú no lo veas
¿Qué papel piensa que juega la neurociencia en la comprensión de nuestras emociones?
En mi opinión, es el papel principal. En mi caso, hasta que no entendí realmente cómo funcionaba nuestro cerebro en su relación con las emociones, no llegué a entender realmente el comportamiento de estas y por qué me pasaba lo que me pasaba. La razón es simple. Cuando yo, por ejemplo, veo que hay una parte tangible y real dentro de mi cerebro que se llama hipocampo, que es la sede de la memoria, de la concentración, el aprendizaje etcétera, y que bajo niveles de estrés elevados prolongados, este deja de funcionar correctamente, y que esto está muy relacionado con enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson… igual empiezo a tomarme más en serio los 20 libros que me he comprado sobre Inteligencia Emocional. Para mí, la neurociencia es la radiografía de los pulmones negros que le enseñan a un fumador. La realidad de lo que pasa, aunque tú no lo veas.
¿Por qué piensa que cuesta tanto “apagar la mente” cuando estamos estresados?
Sé que va a sonar polémico, pero creo que además de la falta de educación emocional, hay una falta de voluntad. A las personas les da pereza empezar a incorporar pequeños hábitos a su día a día para mejorar su gestión emocional, su estrés, su ansiedad… Es más fácil tomarse una pastilla. No sé si esto se lo explican a los pacientes, pero las pastillas no solucionan el problema de raíz. Uno no puede estar tomando orfidal toda la vida.
España es el país líder del mundo en el consumo de benzodiazepinas, la demanda de antidepresivos ha aumentado un 24% en solo un año. No podemos considerar esto como algo normal. Les están creando una dependencia química a pacientes que quizá no tengan ese problema. Y esa no es la solución. No sé si el problema es la falta de recursos en sanidad, o la propia falta de voluntad de las personas al preferir un "beneficio" inmediato, o la suma de los dos, pero debemos frenar esto. La neuroplasticidad nos dice que podemos modificar y crear redes neuronales durante toda nuestra vida, es una capacidad increíble y no la estamos aprovechando.
España es el país líder del mundo en el consumo de benzodiazepinas, la demanda de antidepresivos ha aumentado un 24% en solo un año
En el libro menciona el impacto de la inteligencia artificial. ¿Cómo afecta la hiperconectividad a nuestra salud mental?
Me hago constantemente esta pregunta y no consigo obtener una conclusión clara. La IA nos está acercando a un mundo de película a una velocidad que no somos capaces de asimilar. Dentro de poco vamos a tener a nuestro cerebro conectado a un ordenador, no es broma y no vamos a tardar tanto. El impacto que va a tener en la sociedad va a ser muy grande. Creo que es una maravilla, que podemos usar para millones de cosas positivas, pero también millones negativas. Si ya las redes sociales que todos conocemos tienen una relación directa con la no socialización, y la incapacidad de gestión emocional, qué va a ocurrir cuando podamos diseñar un mundo hiperrealista, a nuestro gusto y con unas gafas y un traje sensitivo podamos "vivir en él". ¿Qué vamos a elegir, si a día de hoy preferimos el cortoplacismo de una pastilla antes que dedicarle 10 minutos al día a meditar? (por ejemplo).
Estamos, no hay duda en la era de la IA, ¿entiende que genere sentimientos encontrados esta revolución tecnológica?
El tema de la IA es un melón muy grande. Hay un silencio en los medios informativos que me llama la atención. Es como si todo el mundo estuviera viendo el meteorito acercándose cada vez más, pero que nadie estuviera hablando de ello. La Inteligencia Artificial está generando especialmente incertidumbre, y es lógico. Cada vez son más los titulares como "La IA nos va a quitar los trabajos", "La IA te va a reemplazar" etc. Si no lo explicas bien y si no informas correctamente de esto, generas en la sociedad una incertidumbre y unas creencias que llevan a personas a estados de alerta, angustia, ansiedad...
El tema es más serio de lo que parece. No estamos hablando de los marcianitos de las videoconsolas. Tampoco es comparable, como muchos dicen, a la Revolución Francesa, de verdad, nada que ver. Quiero pensar que terminaremos adaptándonos de alguna manera, porque el ser humano es algo espectacular y resiste todo lo que le echen, pero pienso que no se están haciendo los cambios necesarios para que cuando la IA realmente pueda realizar la mayoría de trabajos, no colapsemos. Me da la sensación de que, como casi siempre, vamos a llegar tarde. Al menos espero que haya alguna cabeza pensante, que tenga un plan coherente y que el cambio no genere males peores.
Tenemos la obligación y la responsabilidad de educarnos emocionalmente para poder adaptarnos a los cambios tan gigantes que se nos vienen
Y siguiendo con la IA, ¿cree que la tecnología puede ayudarnos a gestionar mejor nuestras emociones o más bien las intensifica?
Creo la IA nos puede traer tantos beneficios como daños. Es una tecnología con capacidades infinitas que pueden ayudarnos a vivir una vida mejor, pero que la gente no se confunda. La IA no es ni será nunca un psicólogo. Carece de habilidades cognitivas, y estas son solo nativas en los humanos. Es cierto, que las puede disimular muy bien y de hecho lo hará cada vez mejor, pero no llegará al nivel de un humano. De aquí mi insistencia en que tenemos la obligación y la responsabilidad de educarnos emocionalmente para poder seguir teniendo una gestión propia y adecuada de nuestras emociones para con ello, adaptarnos a los cambios tan gigantes que se nos vienen, para desarrollar la creatividad, la comunicación, habilidades sociales, pensamiento crítico etc.
¿Qué ejercicios o prácticas clave recomienda para reconectar con uno mismo?
Lo primero es que tenemos que bajar al fango, hablar con nuestros defectos, reconocer nuestros miedos y nuestros traumas. A partir de aquí, para construir, lo más importante es hacerse preguntas. ¿Por qué cuando me junto con Juan me pongo tan irascible? ¿Por qué he contestado tan mal a mi pareja? ¿He gestionado bien la pataleta de mi hija pequeña? Para ser más conscientes de lo que nos pasa y anticiparnos a un posible desbordamiento emocional, tenemos que saber identificar bien los cambios fisiológicos que se producen en nuestro cuerpo, las palabras que usamos, el tono, el lenguaje no verbal, etiquetar bien las emociones y en definitiva conectar con lo que realmente somos, no con quien fuimos o con quien nos gustaría ser.
No hay un solo ejercicio o práctica, sino que es la suma de muchos, pero recomendaría el deporte, el cuidado del sueño, alimentación y la meditación, como partes fundamentales para una calidad de vida y equilibrio emocional. Dentro de estas partes, habría que explicarlo más detalladamente, para entender el proceso y hacerlo adecuadamente, pero para eso está el libro.
¿Qué le gustaría que el lector se llevara al terminar 'Conecta con tu mente'?
Me gustaría que las personas que lean el libro, no solo lo lean, sino que lo apliquen. Que comprendan que se pueden aprender nuevas habilidades durante toda nuestra vida, solo tenemos que querer hacerlo. Si no nos movemos, las cosas no se mueven solas, pero a poco que lo intentemos los beneficios pueden ser espectaculares y pienso que merece la pena intentar cambiar aquello que nos limita y nos hace vivir nuestra vida peor, pues solo tenemos una y si podemos elegir, mejor elegir vivirla de la mejor manera posible.