Cirugía ocular: lo que debes saber antes de operarte y los mitos que debes olvidar, según un oftalmólogo


Hablamos con el doctor Andrés Fernández-Vega sobre estas intervenciones para corregir problemas visuales como la miopía, el astigmatismo o la hipermetropía


mujer con gafas de ver cansada frente al ordenador© Getty Images
18 de septiembre de 2025 - 16:00 CEST

En las últimas décadas, las cirugías oculares han experimentado una revolución tecnológica que ha permitido corregir problemas visuales como la miopía, el astigmatismo o la hipermetropía con procedimientos cada vez más seguros y eficaces. Sin embargo, a pesar de los avances, siguen circulando muchas creencias erróneas que generan inquietud entre quienes consideran someterse a una intervención. ¿Es dolorosa la operación? ¿Puede dejar secuelas? 

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Hemos planteado todas nuestras dudas al doctor Andrés Fernández-Vega, oftalmólogo del del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, con quien hemos repasado, además, los principales falsos mitos de este tipo de intervenciones.

© Andrés Fernández-Vega
Andrés Fernández-Vega, oftalmólogo del del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega

¿Cuál es la cirugía ocular más frecuente que se realiza?

Actualmente, la intervención ocular más frecuente en España es la cirugía de cataratas. Una catarata surge cuando la lente o cristalino se opacifica, haciendo que la visión pierda definición y los colores se perciban con menos viveza.

Pese a que el envejecimiento es la causa más frecuente en el desarrollo de las cataratas, existen varios factores que también pueden influir en su aparición. Por ejemplo, pueden estar asociadas a enfermedades como la diabetes, o estar causadas por una exposición prolongada al sol sin una protección ocular adecuada. Además, antecedentes de traumatismos oculares o haber recibido tratamientos con corticoides, o con radiación en la parte superior del cuerpo, pueden aumentar la probabilidad de desarrollar esta patología.

Los cuidados postoperatorios tras una cirugía ocular varían en función del tipo de intervención realizada. Por ello, es fundamental seguir al pie de la letra todas las indicaciones del especialista

¿Qué factores determinan si un paciente es apto para someterse a una cirugía refractiva?

Los factores que influyen para dar paso a una intervención quirúrgica dependen de cada paciente. Aunque en términos generales los criterios suelen ser similares, cada persona puede presentar condiciones particulares que se deben tener en cuenta. Por ello, es fundamental realizar las pruebas diagnósticas adecuadas, con el fin de ofrecer la mejor valoración posible y definir el tratamiento más apropiado en función de cada caso en particular.   

Algunos de los factores necesarios para realizarse una cirugía son:

  • Tener al menos 18 años.
  • Tener una graduación estable, es decir, que tu graduación visual no haya tenido cambios en el último año. 
  • Tener una salud visual adecuada, libre de enfermedades oculares. 
  • Por otro lado, tener diabetes o enfermedades autoinmunes puede afectar a la cirugía y a la recuperación posterior. 

¿Cuáles son las principales complicaciones que pueden surgir durante o después de la cirugía refractiva y cómo se manejan?

Pese a que este tipo de cirugía es segura, ninguna intervención quirúrgica está libre de riesgos. Estas circunstancias dependen de la intervención a la que se sometan, por ejemplo, después de las técnicas LASIK o PRK pueden aparecer molestias en los ojos, visión nublosa, picazón, sequedad ocular, aureolas o halos de luz o aumento a la sensibilidad a la luz. Son molestias que se resuelven con el paso de los días o semanas. 

Condiciones como el ojo seco severo, córneas irregulares o antecedentes de cirugías o infecciones oculares pueden aumentar el riesgo de complicaciones

¿Qué cuidados específicos se deben seguir en el postoperatorio para garantizar una recuperación óptima?

Los cuidados postoperatorios tras una cirugía ocular varían en función del tipo de intervención realizada. Por ello, es fundamental seguir al pie de la letra todas las indicaciones del especialista.

De forma general, suelen recomendarse medidas como guardar reposo, aplicar colirios para mantener los ojos bien hidratados y evitar infecciones, y no realizar esfuerzos físicos durante los primeros días. También se aconseja limitar el uso de pantallas para no forzar la vista. Otro aspecto importante es proteger los ojos de la luz solar directa. Para ello, es recomendable utilizar gafas de sol homologadas que filtren correctamente la radiación ultravioleta.

Por último, es imprescindible acudir a las revisiones oftalmológicas programadas para garantizar un seguimiento adecuado del proceso de recuperación y detectar a tiempo cualquier complicación.

¿Es posible que el defecto visual reaparezca con el tiempo después de la cirugía? ¿En qué casos podría ocurrir?

Aunque la cirugía refractiva elimina completamente el defecto visual existente en el momento de la intervención, en algunos casos puede producirse una regresión parcial con el tiempo, especialmente en pacientes con graduaciones muy elevadas o córneas delgadas, donde el ojo tiende a volver a su estado anterior. Además, el envejecimiento natural del cristalino puede generar presbicia o formación de cataratas, que afectan la visión nuevamente, aunque no estén relacionadas con una regresión refractiva.

¿Qué papel juega la salud general del ojo, como la presencia de ojo seco o enfermedades previas, en la decisión de realizar la cirugía?

La salud general del ojo es un factor determinante para valorar la viabilidad de una cirugía refractiva. Condiciones como el ojo seco severo, córneas irregulares o antecedentes de cirugías o infecciones oculares pueden aumentar el riesgo de complicaciones. En casos más complejos, ciertas enfermedades como el queratocono, la degeneración macular o el glaucoma avanzado pueden hacer que el procedimiento no sea seguro ni recomendable, por lo que el oftalmólogo podría contraindicar la intervención tras una evaluación exhaustiva.

© Getty Images

Falsos mitos de las cirugías oculares

Además, desde el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega tratan de desmentir algunas de las falsas creencias más habituales relacionadas con las cirugías oculares. Son las siguientes:

Antes de la cirugía

  • Mito: Solo las personas jóvenes pueden someterse a cirugía refractiva.
  • Realidad: Los expertos apuntan a que la edad no es el único factor determinante. Lo esencial es la salud ocular general. Por eso, cualquier paciente entre los 20 y los 55 años podría someterse a una cirugía refractiva; pero la edad (entre otros factores) nos condicionará la técnica quirúrgica o la indicación.
  • Mito: La cirugía ocular es un procedimiento que puede ser doloroso.
  • Realidad: Antes de realizar la intervención se utiliza anestesia local para adormecer el ojo, por lo que no es dolorosa. Eso sí, lo que sí se puede sentir durante la cirugía es una sensación de presión.

Durante la cirugía

  • Mito: El láser puede quemar los ojos.
  • Realidad: El Láser Excímer, que se usa normalmente para corregir los defectos refractivos, está diseñado para remodelar la córnea con precisión sin causar quemaduras. 

Después de la cirugía

  • Mito: Es necesario usar gafas de sol para siempre.
  • Realidad: Tras la cirugía, es cierto que se recomienda el uso de gafas de sol durante los primeros días para proteger los ojos de la luz y evitar molestias. Sin embargo, su uso no es obligatorio ni tiene por qué ser permanente. 
  • Mito: La recuperación de estas intervenciones es larga y complicada.
  • Realidad: Lo cierto es que, en general, la recuperación suele ser rápida. Muchos pacientes retoman sus actividades normales a los pocos días, siguiendo las indicaciones médicas y evitando esfuerzos físicos intensos durante el periodo de cicatrización. Cabe destacar que hay técnicas, como puede ser la PRK, que pueden causar más molestias en el postoperatorio que otras, por lo que es imprescindible seguir los consejos de los especialistas para una recuperación óptima.
  • Mito: No se puede volver a ver la televisión.
  • Realidad: Sí, se puede ver la televisión tras la cirugía, pero se debe esperar al menos 24 horas desde la intervención. No obstante, no se recomienda el uso intensivo de pantallas ni realizar esfuerzos visuales en el postoperatorio inmediato.
  • Mito: El ojo puede volver a desarrollar miopía una vez operado.
  • Realidad: En el caso de la miopía, el defecto no vuelve una vez operado, pero lo cierto es que en algunos casos concretos, sí podría seguir aumentando una vez se haya realizado la intervención. 

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