A veces, la emoción sube, la garganta se cierra y los ojos se llenan de lágrimas, pero aún así, se decide contenerlas. En muchos contextos, llorar sigue siendo un acto que genera incomodidad. El miedo a parecer débil o dejarse ver vulnerable puede hacer que se reprima algo que, en realidad, tiene una función emocional muy importante y relevante para la salud mental.
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Para comprender mejor el papel del llanto y cómo se relaciona con la salud mental, la psicóloga y directora técnica de Clínicas Origen (www.clinicasorigen.es), Pilar Conde, desmonta prejuicios muy arraigados y ayuda a reconocer las verdaderas señales de fortaleza psicológica. Tal y como explica, “cuando hablamos de lágrimas debido a emociones, se producen como reacción a un sentimiento intenso como tristeza, alegría, o frustración. Pueden aparecer por emociones que experimentamos nosotros mismos por motivos personales, pero también pueden darse por conexión emocional con lo que les sucede a otras personas”.
¿Por qué se llora? La función emocional de las lágrimas
Las lágrimas tienen un fuerte componente de empatía y sensibilidad. No solo son una vía de expresión de las propias emociones, sino también un reflejo de la conexión con lo que les ocurre a los demás. Comprender esto ayuda a eliminar el estigma que pesa sobre el acto de llorar. De hecho, resulta fundamental, pues el ritmo diario, las responsabilidades y las presiones de la rutina pueden activar el sistema de alerta del cuerpo.
En esos momentos, el organismo responde elevando los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Y, es entonces, cuando el llanto parece funcionar como una válvula de escape. La psicóloga lo aclara: “Ante esos momentos de estrés, donde aumenta el cortisol, llorar actúa como una herramienta de gestión de esos momentos estresantes".
Llorar de felicidad parece algo aceptado, sin embargo, hacerlo por tristeza o frustración no tanto. Sea en la ocasión que sea, lo cierto es que este comportamiento tiene numerosos beneficios. "Hacerlo ayuda a reducir los niveles de cortisol, a liberar tensión, y a disminuir la activación psicofisiológica ansiosa”, enumera Pilar Conde. Por lo tanto, las lágrimas no solo tienen un efecto emocional, sino también físico. Alivian, calman y permiten recuperar el equilibrio interno. Reprimirlas, en cambio, puede prolongar o intensificar el malestar.
Por qué liberarse del tabú de llorar delante de otros
A pesar de conocer los beneficios del llanto, muchas personas siguen evitando mostrarlo en público. Incluso con todas las tentativas que emergen en redes sociales al respecto, y los alegatos en favor de mostrar las emociones tal y como cada uno las siente, todavía existe la idea de que llorar o mostrarse triste delante de los demás es una señal de debilidad.
"El llanto es una herramienta del ser humano para regular, procesar y comprender lo que nos está sucediendo, es importante cambiar los prejuicios asociados al llanto", comenta Pilar Conde al respecto haciendo hincapié en las funciones que el llanto ejerce en nuestro sistema. Incluso va un paso más allá y refuerza la idea de que, en absoluto, es sinónimo de debilidad: "es de personas que se permiten conectar con lo que sienten, entenderse y respetarse”.
Mostrar vulnerabilidad en contextos sociales requiere un tipo de fortaleza que no siempre se reconoce. No se trata de no tener emociones, sino de permitirse sentirlas y expresarlas con libertad, sin miedo al juicio ajeno. Visto desde otra perspectiva, y como indica la experta en salud mental, "llorar delante de los demás es un acto de valentía, ya que nos permite aprender a sentirnos vulnerables y a que nos dé igual lo que piensen los demás”.
Qué hacer si alguien se siente incómodo ante el llanto
Esto implica aceptar que algunas personas pueden no comprender el valor del llanto. "Puede haber gente que piense de manera negativa hacia el llanto porque tenga prejuicios, por lo que es clave aprender a que nos dé igual, sentirnos libres, genuinos y que conectamos con nuestra experiencia emocional", comenta sobre la idea de que, aceptar y normalizar el llanto —en privado o en público— permite vivir las emociones con mayor libertad, sin culpa ni vergüenza.
A veces, incluso personas cercanas pueden pedir que se contenga el llanto con frases como "no llores, no es para tanto", o, cuando tus lágrimas están a punto de salir o tu voz comienza a titubear, sus caras reflejan incomodidad o susto. Aunque no suelen ser comportamientos realizados con mala intención, estas palabras pueden invalidar lo que se está sintiendo. En esos casos, Pilar Conde aconseja: “Si alguien te dice que no llores, valida tu llanto, y pide el espacio que necesitas. Puedes decirles que quieres llorar porque consideras que ahora mismo lo necesitas; que ya se te pasará, pero que en ese momento necesitas conectar con lo que estás sintiendo’”.
Cómo saber si una persona es mentalmente fuerte
Llorar no te hace débil. Al contrario, mostrar tus emociones con libertad y saber cuándo necesitas desahogarte es uno de los primeros signos de fortaleza emocional. Las personas emocionalmente fuertes, como explica la psicóloga, no temen parecer vulnerables. Entienden que expresar lo que sienten es parte de cuidarse, no una señal de debilidad.
Además, un rasgo primordial al detectar esta forma de ser es observar la capacidad de una persona para enfrentar los desafíos y recuperarse de ellos, no cómo responde en un momento determinado. Pero hay más señales claras que te ayudan a reconocer —o desarrollar— una buena salud emocional. Aquí van algunas de las más importantes:
- No se lo toman todo como algo personal: Una persona fuerte no piensa que todo es contra ella. Si alguien no está de acuerdo, no lo vive como un ataque. Entiende que los demás tienen sus opiniones y emociones, y no todo gira a su alrededor.
- Aceptan que no todo el mundo estará siempre en su vida. Una mente madura y autónoma no necesita rogar por afecto. Si alguien se aleja, duele, pero no se cae en la desesperación. Se entiende que algunas personas solo están por etapas.
- No se quejan todo el tiempo. Claro que se permite estar triste o frustrado, pero una persona emocionalmente fuerte no se queda atrapada ahí. Después de llorar, se levanta. En vez de centrarse solo en lo que está mal, busca qué puede hacer para mejorar.
- No intentan hacer complacer a todos. Quien tiene una buena estabilidad emocional sabe que no es responsable de la felicidad ajena. Se enfoca en cuidar su bienestar sin sentirse culpable por no poder agradar a todo el mundo. Esto no es egoísmo: es equilibrio.
- Se respetan y respetan a los demás. No imponen su forma de ver la vida. Tampoco permiten que otros les impongan la suya. Escuchan, dialogan, aceptan las diferencias. Y, muy importante: no suplican para ser aceptadas.
- No confunden emociones con fracaso. Si te emocionas, si te caen lágrimas tras una mala noticia o una decepción, eso no significa que estés vencido. Las lágrimas son una forma de liberar tensión. Lo importante no es si lloras, sino si te levantas con ganas de seguir.