Alexia de Holanda posando con un vestido verde veraniego© WireImage

Ciberacoso

Rocío Garrido, psicóloga, sobre el problema de salud mental que las redes han ocasionado a Alexia de Holanda: "Todos buscamos sentirnos validados"

El testimonio de Alexia lanza un claro mensaje: no hay que normalizar el malestar ni soportar en silencio lo que duele. Pedir ayuda no es un fracaso, sino una forma de actuar con responsabilidad.


14 de julio de 2025 - 18:45 CEST

Las redes sociales forman parte del día a día de millones de personas. Se utilizan para informarse, entretenerse, expresarse o mantener el contacto con familiares y amigos. Pero también se han convertido en un terreno cada vez más hostil, donde los comentarios negativos y los juicios constantes generan un impacto directo en la salud mental, especialmente entre los más jóvenes.

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La princesa Alexia de Holanda, de 20 años, ha sido la última figura pública en hablar abiertamente sobre este tema. En una entrevista reciente, la hija del rey Guillermo y la reina Máxima reconocía que ha recibido una avalancha de mensajes crueles en redes sociales y que ha necesitado apoyo profesional para gestionarlo. “Sé mejor que nadie lo mucho que las redes sociales pueden afectar”, declaró, dejando claro que ni su estatus ni su apellido la hacen inmune a la presión y al odio digital.

Alexia estudia actualmente en Londres y ha convertido su propia experiencia en una forma de reivindicación. Asegura que la terapia, sus amigos y su familia son su mayor apoyo. Su testimonio se suma al de su hermana Amalia, también afectada por la exposición mediática y la necesidad de cuidar su salud emocional con ayuda especializada.

Alexia de Holanda

El impacto real del odio en redes

Preguntamos sobre por qué nos afectan tanto los mensajes en las redes sociales y cómo podemos protegernos a una experta y, de primeras, nos pone en contexto. "El problema de fondo está en la búsqueda constante de validación externa”, explica Rocío Garrido Rodríguez, psicóloga del Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP-metrodora) y experta en prevención de riesgos asociados al uso inadecuado de las nuevas tecnologías. “El número de ‘me gusta’, los comentarios o los seguidores se convierten en una especie de métrica de aceptación social. Por eso, da igual que el mensaje negativo provenga de alguien conocido o de un completo desconocido: el autoconcepto puede quedar igualmente dañado”.

Todos, en mayor o menor medida, buscamos sentirnos validados. Y cuando no obtenemos la respuesta esperada en redes, también nos puede afectar a nivel emocional

Según la experta, los adolescentes son especialmente vulnerables. “Están construyendo su identidad y los comentarios en redes pueden afectar profundamente a su autoestima. En las chicas, este impacto suele estar más relacionado con la imagen corporal; en los chicos, cada vez se observa más una presión temprana por desarrollar su musculatura”, señala. Pero los adultos tampoco están libres de esta influencia. “Todos, en mayor o menor medida, buscamos sentirnos validados. Y cuando no obtenemos la respuesta esperada en redes, también nos puede afectar a nivel emocional”, añade.

Un estudio de Fundación MAPFRE y la Universidad de Deusto, realizado en 2022, ya alertaba sobre las consecuencias del ciberacoso: más ansiedad, insomnio, inseguridad y tristeza, especialmente entre mujeres jóvenes. Aunque la investigación no es reciente, sus conclusiones siguen siendo válidas: las redes sociales pueden actuar como una fuente de conexión, pero también de frustración, aislamiento y malestar psicológico si no se gestionan de forma consciente.

© Getty Images

Cómo protegernos del daño digital

El primer paso para prevenir estos efectos, según Garrido, que además es formadora en prevención de riesgos asociados al uso inadecuado de las Nuevas Tecnologías, con experiencia con menores y familias) es hacer una reflexión sobre el uso que hacemos de las redes. “Es fundamental analizar cuánto tiempo pasamos en ellas, qué contenido consumimos y si nos aporta algo positivo o nos genera malestar. A partir de ahí, se pueden tomar medidas concretas para limitar su impacto”, recomienda.

Entre sus propuestas, destaca la importancia de:

  • Educar en pensamiento crítico: especialmente a los más jóvenes, para que sepan diferenciar lo que es real de lo que no lo es en redes sociales.
  • Fomentar una actitud más optimista: aprender a interpretar las situaciones desde un enfoque constructivo. Por ejemplo, si alguien no responde a un mensaje, en lugar de pensar “me ignora”, plantearse “seguro que está ocupado, ya contestará”.
  • Promover la diversidad y la autenticidad: mostrar cuerpos, estilos de vida y realidades distintas ayudas a que más personas se sientan representadas y valiosas tal como son.
  • Establecer horarios de desconexión digital: limitar el tiempo frente a las pantallas y dedicar más espacio a actividades fuera del entorno online.
  • Buscar apoyo en el entorno cercano: hablar con alguien de confianza puede ser clave para procesar el malestar que generan los comentarios ofensivos.
© Getty Images

La decisión de la princesa Alexia de contar su experiencia con el odio digital es más que un testimonio personal. Supone un mensaje claro para su generación: no hay que normalizar el malestar ni soportar en silencio lo que duele. Pedir ayuda no es un fracaso, sino una forma de actuar con responsabilidad.

“Las redes pueden conectar, inspirar o educar”, concluye Garrido, “pero también pueden generar ansiedad, inseguridad o aislamiento si no se usan con consciencia. De ahí la importancia de desarrollar herramientas emocionales que nos permitan relacionarnos con ellas de forma más saludable”.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.