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Psicología

La tendencia holandesa que arrasa en el norte de Europa y ayuda a reducir el estrés, la ansiedad y el FOMO

Se llama 'niksen', o cómo descansar sin culpa, y acaba con esa sensación de tener que ser productivo 24/7.


28 de junio de 2025 - 14:00 CEST

En una época en la que todo el mundo corre de aquí para allá, llenando hasta el último hueco libre con tareas pendientes o algún nuevo entretenimiento, y el temido FOMO nos acecha cada dos por tres, detenerse a no hacer absolutamente nada es casi un acto rebelde, pero es posible gracias al niksen. Este término holandés lleva meses dando de qué hablar, y describe ese pequeño lujo —tan sencillo como poderoso— de dejar descansar la mente sin distracciones, sin agenda y sin culpa.

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La presión por rendir siempre al máximo y estar "en modo productivo" es tan fuerte que, si nos paramos unos minutos, es fácil que aparezca la culpa o la sensación de estar siendo poco efectivos. Por eso, practicar el niksen puede costar al principio: llevamos años entrenando a nuestro cerebro para que nunca pare.

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El superpoder que es no hacer nada 

Lo mejor es que el niksen es accesible a cualquiera. No cuesta nada, no requiere postureo ni tecnología, y es tan simple como dejar que tus pensamientos fluyan sin rumbo fijo. Una vez que empiezas a integrar estos pequeños ratitos en tu rutina, es probable que notes que eres más creativo, que tu humor mejora y que te sientes menos agobiado por el ritmo del día a día. Es como un reinicio suave para tu energía.

A diferencia de la meditación, donde la idea es reducir o controlar los pensamientos, aquí el objetivo es mucho más relajado: solo dejarte estar. Sin música, sin móvil, sin televisión y sin tarea concreta. Basta con escoger un lugar cómodo, tranquilo y sin pantallas que te roben la atención, y dedicar unos minutos a saborear ese tiempo contigo.

¿Cómo incluir el niksen en tu día? 

No hace falta complicarse: solo necesitas unos 5 o 10 minutos diarios para pausar sin hacer nada. Por la mañana antes de levantarte, después de comer o antes de dormir, tú decides. Busca un lugar agradable —puede ser el sofá, una silla junto a la ventana o tu rincón favorito— y deja el móvil lejos para evitar tentaciones. Lo importante es comprender que el niksen no es un lujo, sino una herramienta sencilla para ganar calma, energía y claridad mental.

El primer paso es buscar intencionadamente tiempos para el niksen, sin prejuicios ni sentimientos de culpa. La clave está en salirse por unos minutos de la cultura de la ultraproductividad y permitirse estar desocupado por puro placer. Por eso es buena idea aprovechar los tiempos muertos que surgen de manera natural en la jornada —mientras esperas en la cola del supermercado, en una parada de autobús o cuando sacas a pasear al perro— para practicarlo sin forzarlo.

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Algo que resulta fundamental antes de proponerse seguir este hábito, es comenzar a convertirlo en un acto deliberado, es decir, que entre tus objetivos diarios esté el "no hacer nada" de manera consciente unos instantes. Así, en lugar de ver el niksen como sinónimo de pereza o desidia, es mejor comprenderlo como un entrenamiento en desconexión que te hace bien.

Además, el entorno es importante. Adapta tus espacios para que sean más propicios a la calma: coloca una butaca cómoda junto a una ventana en vez de frente a la pantalla, viste ropa que te relaje y acompáñalo con pequeños detalles que te ayuden a estar presente.

La repetición es clave, por eso es recomendable agendar estos momentos. Puedes incluso programar una alarma para recordártelo y, sobre todo, ser paciente contigo mismo. Como señala la experta, no siempre se notan beneficios inmediatos, pero con constancia acabarás encontrando ese punto de serenidad que te invita a desconectar y descansar la mente.

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Cuando parar también es tendencia global 

La búsqueda de estos ratitos de tranquilidad ha cruzado fronteras, hasta el punto de que en Corea del Sur llevan años celebrando la famosa Competición de Desconexión. Puede que hayas visto varios vídeos sobre ello en redes sociales, pues resulta tan curioso ver a miles de personas sin hacer absolutamente nada que estos concursos de han vuelto virales en plataformas como TikTok e Instagram, donde muchos usuarios han manifestado, en tono jocoso, querer participar.

En esta competición, cada año, miles de personas se reúnen en parques públicos para pasar varias horas sin hacer absolutamente nada. Ganan aquella que permanece más relajada y serena. Un recordatorio muy gráfico de que, por una vez, quedarse quieto también es un logro.

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En definitiva, el niksen es mucho más que una moda. Esta práctica es una invitación a reconectar contigo y a recordar que, entre tanto movimiento, también es necesario hacer una pausa. Sin más pretensión que descansar. Sin nada más que simplemente estar

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