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En esta casa de Mallorca, el patio es el rey. Así de sencillo. El arquitecto Vicenç Mulet, autor del proyecto, ha hecho del mismo el eje vertebrador de la vivienda, a través del cual se conectan todas las estancias, logrando, por tanto, un papel esencial en el desarrollo de la vida. Conocedor de las particularidades del lugar, Mulet ha diseñado una casa que rinde homenaje a la construcción mediterránea y mallorquina. Situada en una antigua urbanización al norte de la isla de Mallorca, Ca n’Uli es un espacio íntimo, de apariencia deliberadamente austera y, sobre todo, fácil de habitar. Para su diseño se han seguido dos premisas: la austeridad y la gestión de la privacidad del espacio.

 

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Por fuera

Su construcción refleja simplicidad de las líneas y la necesidad de mantener la privacidad. Así, desde fuera solo se percibe un muro con una gran 'portassa mallorquina' (portalón) que puede permanecer abierta hacia la calle si se desea y que aporta la intimidad deseada. Ya dentro, los muros actúan como un reloj de sol, proyectando sombras que dan a la casa un aspecto diferente según la hora del día. El color verde de las puertas, típico de las construcciones de la zona, aviva los tonos neutros de la vivienda y contagia de un plácido bienestar. 

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Patio

El arquitecto Vicenç Mulet sugirió la idea de proyectar una 'casa patio' típica del mediterráneo, que no solo iba a resolver la cuestión de la intimidad, sino que además permitiría adecuar la temperatura de los interiores en todas las épocas del año. La vivienda se proyecta a partir de una geometría contundente: un solar cuadrado perfecto y una casa de 110 metros cuadrados. Se trata de un proyecto que responde al deseo de vivir con sencillez, sin las complicaciones de mantenimiento de una vivienda grande.

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Espacio único

El patio, también cuadrado, distribuye las dependencias. Durante el verano, los grandes ventanales se esconden en los muros, diluyendo los límites entre el interior y el exterior y creando un espacio continuo. También se ha incrementado la altura del techo del salón hasta 380 cm, generando con ello mayor amplitud y la sensación de disipar mejor el calor en verano. Además, abriendo la casa al espacio central y a los jardines laterales, se favorece la circulación cruzada de los vientos, el Terral (de Tierra a Mar) y la Marinada (de Mar a Tierra), refrescando la casa en periodos de calor.

Mulet ha diseñado la casa con un estilo personal, influenciado por algunos de sus referentes favoritos: el pabellón de Barcelona de Mies Van Der Rohe, la arquitectura de Luis Barragán, la tradición del 'impluvium romano', los cubos blancos de Alberto Campo Baeza y las referencias a la arquitectura local.

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Salón

 Las carpinterías metálicas de mínima perfilería se escamotean en los muros perfectamente, mientras que los techos vistos de vigas se han realizado con hormigón blanco y paneles Viroc, creando una conexión directa con el exterior. Con una distribución con tres zonas en línea (cocina, comedor y salón), este espacio único es perfecto para la vida en familia. Rompiendo con los tonos neutros y claros, en el salón se han integrado algunos elementos en rojo que contrastan con el resto de tonos, como la 'chaise longue' junto a la chimenea.También destaca junto al sofá gris, una lámpara Trípode de Santa & Cole.

 

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Comedor abierto

La conexión entre interior y exterior es especialmente palpable en la zona del comedor, donde parece que la alberca, el parral de cañizo y la morera forman parte de él, al igual que la mesa con la lámpara Lamp It del estudio Twobo. En este conjunto de aspecto austero, destaca el color verde de las grandes persianas correderas. Un tono típico de las viviendas locales de Mallorca, que aquí se ha tratado como un elemento arquitectónico más. El comedor se ha vestido con una mesa y varias sillas de Vitra y con la lámpara Frisbi de Achille Castiglioni, editada por Flos. ¡Toda una declaración de principios!

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Cocina

En la cocina se ha usado también el verde para el mobiliario, en armonía con el juego cromático de tonos verdes en las baldosas de la firma WOW, la encimera blanca y un tono gris cemento para el suelo. Sin armarios superiores, se han colocado baldas de madera que ofrecen espacio para guardar, pero no abarrotan la estancia y resultan más ligeras. Las botellas de cristal y la aceitera son de Gordiola y los mecanismos de Jung.

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Pasillo

Este pasillo con funciones de vestidor lleva directamente al dormitorio principal. Con un ancho mayor que el habitual en estas zonas de paso, en uno de sus lados se ha colocado un gran armario de suelo a techo, que permite guardar gran cantidad de ropa, y en el otro se ha creado una especie de banco, muy útil para descalzarse. Para mantener sensación de continuidad, el pavimento continuo se ha realizado a partir del hormigón de nivelación, resultando un terrazo muy resistente y práctico.

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Dormitorio principal

La elección de los materiales de esta vivienda se ha realizado buscando la armonía y el carácter sobrio demandado por el cliente. En el dormitorio los colores y las texturas aportan personalidad y sensación de calma y relax a partes iguales. Sencillo y funcional, entre el escaso mobiliario destacan dos lámparas Tolomeo de Artemide colocadas a ambos lados de la cama.

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Piscina

La piscina tipo alberca, enmarcada en piedra calcaría tipo Zarci con un pequeño surtidor (guiño al arquitecto Carlo Scarpa) es una auténtica delicia. Mientras que el pavimento del patio, perfectamente nivelado, es de piedra calcárea tipo Zarci, la misma que reviste los muros y se adentra en la piscina, tan práctico como estético.

Fuera de la casa, el color verde sigue reinando, con un proyecto de paisajismo a cargo de Pere Bennàssar. Para el jardín se seleccionaron plantas autóctonas con mata para construir muros vegetales. Así, en la parte delantera hay especies de hoja delgada y larga que se mecen con el viento, mientras que una escultura diseñada por Vicenç Mulet y realizada en láminas de plancha rojas curvadas cierra el conjunto, repitiendo el mismo juego que se estableció en el salón con la 'chaise longue' roja. 

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