1/10 © Pepe Peñalver

Decía Verner Panton que uno se siente más cómodo en un color que le gusta. Y esta es, quizás, la regla que hay que mantener a la hora de elegir el de las paredes del dormitorio. Sabemos que los claros son más serenos y que los intensos pueden, además de despertar nuestra imaginación, excitarnos y hacernos no pegar ojo. Pero todo es tan relativo, que si uno se identifica o se siente a gusto con el negro (Zaha Hadid diseñó varias habitaciones de ese color en el Hotel Puerta de América de Madrid), la norma puede pasar a un segundo plano.

 

1. Azul oscuro

En claro se le identifica con el sueño, ya que nos lleva al cielo y al mar y nos mece entre sus olas. En esta tonalidad vibrante e, incluso, algo eléctrica supone una verdadera inyección de energía y vitalidad. Combinado con las deliciosas cortinas de Harlequin (en Pepe Peñalver) crea un conjunto vitaminado y atrevido. Eso sí, precisa luz natural.

2/10 © Bruguer

2. Rosa empolvado

Este rosa, sutil y delicado, viste las paredes del dormitorio con un halo de romanticismo y serenidad. Sencillo de combinar, posee un aire femenino difícil de esconder. Aquí llama la atención el contraste con el techo y el motivo en gris claro, que aportan más frescur y eliminan cualquier atisbo de cursilería.

3/10 © Kenay Home

3. Blanco nieve

Un comodín cromático con el que siempre acertarás, ya que refleja la luz, amplía los espacios, crea sensación de orden y limpieza, combina con todo tipo de muebles y armoniza con el resto de colores. Un clásico en decoraciones nórdicas y clásicas, durante el verano su frescura te permitirá dormir a pierna suelta.

4/10 © Bruguer

4. Miel especiada

Tremendamente cálido, este color, elegido por Bruguer como el color del 2019, refleja una actitud positiva ante la vida y, por lo tanto, está indicado para un buen despertar. En función de con qué tonos y elementos se combine puede recrear una atmósfera natural o una más sofisticada, como ocurre en este ambiente con  toques dorados y negros.

5/10 © CIN Valentine

5. Verde pistacho

El color tiene la capacidad de transformar las estancias y de otorgar vida a los espacios. Así, el verde es como un soplo de aire fresco, por su asociación con la naturaleza y con la vida exterior. Relajante y muy ‘limpio’, se encuentra cómodo entre piezas de madera y telas como el algodón o el lino.

6/10 © Jotun

6. Arenas

Esta pared pintada a dos colores, de la nueva carta de Jotun, recrea una atmósfera sencilla y artesanal, que nos conecta con la naturaleza y con un ambiente relajado. Sin embargo, a pesar de su carácter rural, resulta tremendamente contemporánea y osadamente femenina.

7/10 © Ikea

7. Gris claro

Es, junto al blanco, el otro comodín cromático de la casa. Ideal en el dormitorio, por su serenidad, si se aplica con alguna técnica decorativa, como el estuco o el esponjado, contribuye a agrandar visualmente el espacio, además de disimular imperfecciones y añadir un toque de calidez. En sus tonalidades más claras, como el piedra, resulta siempre ligero y envolvente, especialmente si lo combinas con colores cálidos, que rompan su frialdad.

8/10 © Carrillo

8. Crema

Existen 32 tonos de blanco, que van desde el nieve o el tiza, al huevo o el almendra, pasando por el roto y el ‘sucio’, sin perder, en ninguna de sus personalidades, su condición de comodín. Al tratarse de un neutro realza la decoración y contribuye a resaltar las texturas de las telas, como ocurre en este ambiente de Carrillo Interior Design. Versátil y natural, su calidez proporciona la atmósfera ideal para el descanso.

9/10 © The French Bedroom

9. Marengo

Es el gris más oscuro, pero también el más elegante. Destaca la decoración y el mobiliario y ofrece un sinfín de matices, según el tipo de luz que reciba. Para mostrarse tal y como es, precisa metros cuadrados y grandes ventanas, que dejen pasar los rayos solares. Si quieres rebajar su intensidad, mézclalo con piezas claras o añade sutiles toques de color.

10/10 © Elia Felices Interiorismo,

10. Naranja vitaminado

Es una explosión de color, pero también de calidez, luz y personalidad. Atrevido e irreverente, ayuda a crear dormitorios con carácter, donde nada, ni siquiera las envolventes paredes, pueden perturbar la calma y el descanso. Muy potente, realza las texturas naturales y adora las maderas claras. En esta habitación, diseñada por Elia Felices Interiorismo, luce su 'look' más sofisticado y urbano.

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