1/12 © RQH Studio

El revestimiento del suelo ocupa una gran superficie, así que, como en el caso de las paredes, la elección del material y acabado tiene mucha repercusión en la percepción final del espacio. Cuando se trata de espacios diáfanos, compartidos por distintos ambientes, jugar con diferentes tipos de suelos ayuda a delimitar, destacar o zonificar sin levantar elementos verticales que "ocupen" visualmente.

 

El objetivo: lograr una transición armoniosa entre suelos

La elección del suelo no solo tiene que ver con cuestiones estéticas y de identidad visual, sino con otras técnicas de resistencia y mantenimiento. Es frecuente ver cómo el suelo cambia del que decora las zonas húmedas (cocinas y baños) así como exteriores; al del resto de la casa. La tendencia a abrir cocina al salón ha traído consigo el juego de suelos en un mismo ambiente y, cada vez es más frecuente, ver que esa transición entre materiales y pavimentos no está marcada por puertas ni paredes. ¿Cómo hacer esta transición de manera armoniosa y equilibrada cuando no existe un límite físico? ¡Vamos a verlo! En este proyecto de RQH Studio se da la situación de cocina abierta con un suelo diferente al usado en el resto del espacio (salón y comedor): de madera a cerámico.

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2/12 © Montegrifo Interiores-Hisbalit

Cómo usar dos suelos diferentes: separar

Este es un ejemplo claro de cómo hacer una transición entre dos ambientes: cocina y salón. Dos suelos muy distintos en diseño y material, ya que se pasa de un mosaico en la zona de la cocina a madera. La mejor transición es la que se hace de manera limpia sin juntas ni elementos adicionales. Termina el mosaico y empieza la madera, sin más. El mosaico aquí -en un proyecto de Montegrifo Interiores- funciona como una gran alfombra que cubre el espacio de la cocina y que con su diseño, además, enmarca con una cenefa la isla central. Es un suelo a medida realizado por el servicio de customización Art Factory de Hisbalit.

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3/12 © Marcos Cortes Lerín

El detalle de la transición

En esta imagen puedes observar la depurada transición que se ha hecho en este proyecto entre dos suelos distintos, como son el mosaico y las tablillas de madera del parquet. En la esquina, una L de cristal con perfilería metálica que pone énfasis en la zonificación lograda con el uso de dos pavimentos -es un proyecto de Positivelivings con alfombra de mosaico a medida modelo Flores de Hisbalit personalizado con el servicio de customización Art Factory-.

 

En el caso de que no sea posible hacer una transición limpia (rellena únicamente con una ligera borada en el caso de suelos cerámicos y madera), se usan regletas finas, bien metálicas o del mismo material que uno de los suelos. Lo ideal es que no sobresalgan, sino que queden al ras o encastradas para favorecer el efecto de continuidad. Si hay dos alturas insalvables, se usan pletinas específicas en escalón.

4/12 © Estudio Matmata

Efecto alfombra con dos pavimentos

Hoy es posible mezclar cerámica, una de ellas imitando el acabado de la madera. Es fácil la combinación porque se trata del mismo material y de un grosor similar que facilita la instalación al mismo nivel de los dos pavimentos. Pero como hemos visto, también el uso de madera o suelo laminado (incluso vinílico) se puede combinar con baldosas. Aquí Estudio Matmata juega de nuevo con el efecto alfombra para añadir movimiento al ambiente y delimitar visualmente zonas.

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5/12 © Vives Cerámica

El efecto alfombra usado para definir actividades o usos

Ya hemos mencionado ese efecto alfombra que se puede lograr con la combinación de suelos. Por lo general, en este caso hay un modelo más llamativo, generalmente estampado, que otro. El efecto alfombra permite demarcar un espacio según la actividad que se realice en él. Es decir, el suelo enmarca y se puede lograr, como vemos en este espacio proyectado por Vives Cerámica, con cuadrados o rectángulos completos de otro pavimento o acotar con cenefas. Aquí los suelos son los modelos Octógono Musichalls, Octógono Cabaret Humo y Taco Dome Nube.

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6/12 © Vives Cerámica

Franja en la cocina

Bien porque se quiere proteger la zona del suelo de la cocina cercana a los muebles -donde se trabaja habitualmente y hay posibilidades de que se caigan alimentos-, bien por estética; este efecto es frecuente en decoración cuando se trata de combinar dos suelos. Un pavimento delimita a modo de franja la cocina cuando esta se distribuye en línea y abierta al resto del espacio. Es una propuesta de Vives Cerámica con los azulejos Evry-R Rojizo y Dayde-R Blanco, combinados en suelo y antepecho.

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7/12 © Manuel Sá

La misma idea aplicada en un apartamento

Una franja azul de baldosas que, en este caso, parece fundirse con el mobiliario de la cocina en el mismo color; delimita en un espacio pequeño la zona del salón, ubicado a continuación. Combinar diferentes suelos enriquece y zonifica. Si bien usar el mismo pavimento en espacios pequeños amplía visualmente los metros, también se logra un efecto más impactante con recursos como este, que pertenece a un proyecto de TAU Arquitetos.

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8/12 © Luzio

Entre el baño y el dormitorio

En un dormitorio, con el baño abierto, la idea de combinar dos pavimentos te permitirá acotar visualmente cada espacio. De la misma manera, es un buen recurso cuando se instala una bañera en la zona de descanso, aunque luego el baño quede delimitado en otro espacio con sus tabiques. Este ambiente pertenece a un proyecto del estudio Luzio para el Hotel Midmost.

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9/12 © Nobohome-Hisbalit

¿Qué es lo más importante al combinar suelos?

No solo es pensar en el efecto visual que se quiere lograr para separar o delimitar, incluso para destacar; sino en que los materiales escogidos deben encajar entre ellos. Se trata de jugar con las texturas y las formas, pasar de suelos lisos a rugosos o combinar diferentes rugosidades. También mezclar liso y estampado o diferentes motivos. Esa combinación es la que personaliza el espacio. Una mezcla atrevida con mucha personalidad y matices es la que se muestra en este espacio proyectado por Nobohome con suelo de mosaico en color blanco (Unicolor 103 de Hisbalit en formato cuadrado).

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10/12 © David Zarzoso

Transiciones decorativas marcadas por la forma natural de las baldosas

Otra forma de realizar la transición entre dos o más suelos diferentes es a través de la forma natural de alguno de los pavimentos. Cuando se escogen baldosas de formas hexagonales, por ejemplo, desaparecen las líneas rectas en la unión entre suelos. Es lo que sucede en este proyecto de Raúl Sánchez Architects con baldosas de Neocerámica combinada con parquet de Neoparquet.

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11/12 © Maura Mello

Un recurso utilizado cuando hay suelos recuperados

Aunque como hemos visto, combinar suelos tiene diferentes usos y motivos, uno que propicia precisamente ese juego de pavimentos es cuando se recupera un suelo original en una reforma y hay que completar el espacio con la nueva distribución o porque hay zonas del suelo antiguo inservibles e irrecuperables. En función del suelo, se debe completar con el modelo que mejor marque la transición. No es necesario encontrar un modelo similar, sino que se puede dar protagonismo al suelo original con un modelo neutro o en un tono que contraste especialmente. Proyecto de Estúdio BRA Arquitetura.

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12/12 © Vives Cerámica

Ampliar el espacio con dos suelos

¿Un recibidor demasiado pequeño? Puedes repartir la superficie con otro ambiente contiguo gracias a la combinación de dos suelos, como en esta propuesta con revestimientos de Vives Cerámica. Al dar continuidad al suelo que reviste la zona de acceso en parte del salón, los límites de cada ambiente se diluyen y el recibidor se agranda. Cuando proyectes el uso de dos pavimentos puedes aprovechar algún desnivel del suelo o del techo para hacer coincidir la transición en ese punto o romper las simetrías visuales con un objetivo, como en este caso donde no se corresponde el límite del suelo estampado con la puerta del salón. En la imagen se han combinado los modelos Sevres-R Iena-R, Dayde-R y Seine-R Blanco.

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