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A la hora de elegir las especies de plantas que decorarán tu jardín o el interior de tu casa, no solo tienes que tener en cuenta sus cuidados y el clima al que pueden someterse, su porte, belleza y aroma son otros motivos para elegir una u otra especie. Y dentro de la categoría de árboles que no solo dan alegría a tu jardín, sino que también lo impregnan de una agradable fragancia encontramos el ciprés limón. Esta variedad de ciprés puede cultivarse tanto dentro como fuera de casa. Te contamos cuáles son los cuidados que debes procurarle para que crezca sano y frondoso. 

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Características del ciprés limón

Una de las características por las que diferenciarás el ciprés limón, cuyo nombre científico es Cupressus macrocarpa, de otras especies de ciprés es por el característico aroma a cítricos que desprende sus hojas, especialmente al tacto. Asimismo, otro de sus elementos diferenciadores es su forma piramidal y hojas de color verde amarillento, de entre 1 y 2 mm de tamaño. Se trata de un árbol perenne que ofrece unos frutos similares a una piña, pero con una forma más redondeada. Crece alrededor de 1,5 m –si está plantado en el jardín– y puede llegar a medir 30 metros. 

El ciprés limón es también conocido como ciprés de Monterrey, debido a que es originario de la bahía de Monterrey, al sur de California, en Estados Unidos. También se le llama ciprés Goldcrest, cedro limón o pino limón. Es muy habitual verlo también en zonas costeras de las Islas Canarias, donde se introdujo a modo ornamental. 

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Cuidados del ciprés: luz y temperatura

Una de las características del ciprés limón es que puede adaptarse igual de bien al interior que al exterior, teniendo siempre en cuenta que no soporta ni temperaturas excesivamente altas ni demasiado bajas. Así, lo más adecuado es mantenerla en un entorno en el que el termómetro oscile entre los 10 y los 27 °C. Recuerda también que no soporta las heladas, que podrían perjudicarlo. Si en tu zona son frecuentes, protégelo o ponlo sobre un techado si lo tienes en maceta. 

En cuanto a la luz, cuanto más sol reciba, sus hojas se tornarán de una amarillo verdoso más pronunciado, aunque también se desarrolla bien en zonas de sombra, siempre y cuando reciba al menos 5 horas de sol al día. Si decides colocarlo en una zona muy luminosa para disfrutar de su característico tono amarillo verdoso, debe ser en un área en la que no le dé el sol durante las horas centrales del día, ya que podrían provocar que la planta se seque. Si está en interior, busca un emplazamiento muy luminoso.   

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Riego: un factor clave en el cuidado del ciprés

Como la mayoría de plantas, el ciprés limón sufre cuando se ve sometido a un exceso de agua, lo que podría provocar la aparición de hongos. Ahora, es una planta a la que le gusta la humedad, por lo que lo ideal son riegos frecuentes, pero con poca agua, de manera que el sustrato siempre tenga algo de humedad, pero la planta no sufra encharcamientos. Puedes comprobar la cantidad de humedad de la tierra introduciendo el dedo en la misma. 

Si tienes tu ciprés limón en maceta, una manera muy efectiva de regarlo es echando agua en el plato, de manera que la planta absorba la humedad cuando lo necesite. Así evitarás también mojar en exceso el follaje de la planta, ya que podría estropear sus hojas.  

En su estado adulto y, si el clima de tu zona es templado y lo tienes en el jardín, no necesitará más riego que el que le proporcione el agua de lluvia. 

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¿Cómo debe ser el sustrato y abono del ciprés limón? 

Como comentábamos, el ciprés limón es un planta que no soporta los excesos de humedad, por lo que es clave proporcionarle un sustrato con un buen drenaje. Para ello, lo más adecuado es que esté compuesto por una mezcla de tierra y arena que evite que el agua se pueda estancar alrededor de las raíces. También puedes añadir un poco de grava para mejorar el drenaje. 

En cuanto al abono, el ciprés limón prefiere un abono para plantas acidófilas cada tres meses aproximadamente y aplicado siempre según las instrucciones del fabricante. 

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La poda del ciprés limón

Aunque no es una planta que requiera podas, cuando se tiene como elemento ornamental en el jardín, es frecuente someter al ciprés limón a una poda de formación para darle la forma deseada. Es habitual mantener su forma cónica, pero también suelen podarse con forma de bola o en espiral, con resultados muy atractivos y que subirán la elegancia de cualquier jardín. 

Asimismo, el ciprés limón, debido a que es una planta perenne y muy frondosa, suele emplearse a modo de seto, con varios ejemplares juntos que, con el paso del tiempo, forman una barrera natural con un agradable aroma y color. 

Si tienes tu ciprés limón en maceta, tendrás que podarlo de vez en cuando para mantener su forma y evitar que crezca en exceso. La mejor época para hacerlo es en otoño. 

Un consejo: siempre que podes una planta, desinfecta previamente tus herramientas. Puedes hacerlo con un fungicida –para lo que se recomienda el uso también de guantes de látex– o lejía. 

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Cómo se trasplanta el ciprés limón

Cuando te hagas con un ejemplar de ciprés limón –y esto vale para cualquier planta que adquieras en un vivero o tienda de jardinería–, déjalo al menos un mes en la maceta en la que viene hasta que se aclimate a su nueva situación. Las plantas sufren estrés cuando ven alterado su hábitat. 

Para trasplantar tu ciprés limón a otro recipiente, elige una maceta de barro, ya que son más resistentes y protegerán a las raíces de las altas temperaturas. Añade después una capa de uno o dos dedos de grosor de grava. Puesto que el ciprés limón necesita un suelo con buen drenaje, puedes hacer una mezcla de tierra con arena de jardinería, sustrato universal y humus de lombriz, que aportará a la planta nutrientes y microorganismos beneficiosos para su crecimiento. Saca el cepellón de la maceta con cuidado de no estropear las raíces –puedes darle pequeños golpes en los laterales y en el fondo para que se suelte–. 

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Problemas más habituales del ciprés limón

Cuando una planta está enferma, te dará las señales de que algo no funciona. Comprueba las hojas, tallo y raíces para saber de dónde procede el problema: 

- A mi ciprés limón se le caen las hojas: lo más probable es que se deba a una falta de luz solar. Busca un emplazamiento en el que reciba al menos 5 horas de luz diarias. 

- Puntas de las hojas de color marrón: suele ser indicativo de un exceso de agua, de escasez de la misma o de algún nutriente. Comprueba el estado del sustrato y elimina los motivos hasta solucionarlo. 

- La base de la planta está de color marrón: esto es sinónimo de hongos debido a un exceso de riego. El hongo que más ataca al ciprés limón es la Phytophthora. Aplica un fungicida específico para coníferas según las instrucciones del fabricante. También lo puedes aplicar de manera preventiva.  

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