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Parece que nunca es buen momento de hacer una limpieza general en casa, y tampoco ahora. No tenemos tiempo, estamos ocupados con los cambios que experimenta nuestra vida al acabar la temporada invernal y, además, podemos sufrir astenia primaveral, un estado físico y anímico que nos provoca cansancio, apatía y somnolencia.

Sin embargo, la limpieza de primavera es imprescindible si quieres disfrutar de un hogar renovado, confortable y listo para afrontar los meses de calor que se avecinan.

Para llevar a cabo esta tarea, y que no se convierta en un suplicio, merece la pena evitar ciertos errores que pueden complicar bastante las cosas. Además de conocerlos para no caer en ellos, siempre es bueno contar con las herramientas necesarias que nos faciliten una labor, de por sí, muy pesada. Un ejemplo puede ser contar con alguno de los mejores aspiradores sin cable para acabar con el polvo en el menor tiempo posible.

 

No organizar el trabajo

Es cierto que la planificación de una tarea es un trabajo en sí mismo en el que hay que invertir un tiempo determinado. Sin embargo, en el caso de la limpieza de primavera, es fundamental para que después podamos llevarla a cabo de la manera más rápida y eficaz.

Sin una hoja de ruta previa todo es más laborioso, lleva más tiempo y cuesta más esfuerzo. Márcate una buena organización, estableciendo un tiempo real para cada tarea.

Conviene trabajar por habitaciones, terminando una antes de pasar a la siguiente. No podrás completar la limpieza de toda la casa en un solo día, pero sí dejar varias estancias terminadas.

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No ventilar la casa en profundidad

Quizás te parece una acción poco necesaria, ya que la sueles hacer cada día. Sin embargo, el momento de hacer la limpieza de primavera es la ocasión perfecta para abrir las ventanas de par en par y dejar que entre aire fresco renovando completamente el ambiente.

Aprovecha y ventila más tiempo de lo habitual, durante una hora o dos. Durante esta limpieza general vas a mover algunos muebles, a darle la vuelta al colchón de la cama y a vaciar y limpiar los armarios. Que no falte una buena dosis de aire limpio y fresco mientras trabajas.

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No revisar productos y utensilios

Es una de las equivocaciones de principiante que debemos evitar. Si te pones manos a la obra sin haber comprobado que tienes todo lo que vas a necesitar, lo más seguro es que a mitad de la tarea te des cuenta de que te falta amoniaco, paños de limpieza limpios, o ese producto esencial para los suelos. Eso te obligará a hacer una parada para bajar al supermercado a comprar lo que te falta, interrumpiendo tu ritmo de trabajo con el consiguiente retraso.

Evitar este error es sencillo: antes de empezar echa un vistazo a tu arsenal de limpieza. Asegúrate de que tienes los productos de uso diario y compra aquellos más específicos que puedes necesitar ahora.

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4/9 © Antipodream

Insistir en la acumulación de cosas

La limpieza de primavera te brinda la oportunidad perfecta para deshacerte de todo aquello que sobre en tu casa. Pon tu mente en modo selectivo y sigue los pasos de Marie Kondo para elegir aquellos objetos que te sirven y te hacen feliz, y descartar todo lo que no usas ni necesitas.

Esta premisa funciona para toda la casa, desde la ropa del armario, hasta el contenido de los muebles de la cocina o los productos de belleza en el cuarto de baño. A partir de ahora, olvídate de acumular sin sentido.

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No limpiar en el orden adecuado

A la hora de hacer la limpieza general de primavera en una habitación, ya sea el salón o un dormitorio, es importante realizar las tareas en un orden lógico que facilite el proceso.

Por regla general debes trabajar de arriba hacia abajo, comenzando por el techo y continuando con las paredes. Pasa la mopa por estas superficies para arrastrar el polvo, o el cepillo de barrer cubierto con un trapo.

A continuación pasa el aspirador (con el accesorio adecuado en la boquilla) por molduras y rodapiés, y después limpia también las puertas. Después le toca el turno a los muebles y por último a los suelos.

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Hacer el cambio de armario a lo loco

Una de las tareas más temidas que se engloban dentro de la limpieza de primavera es hacer el cambio de armario. Puede que tengas la suerte de contar con un vestidor amplio con suficiente espacio para organizar toda tu ropa, de invierno, entretiempo y verano, pero lo normal para el común de los mortales es tener que cambiar la ropa por temporadas, guardando en otro lugar la que no necesitamos.

La falta de espacio nos dicta esta tarea que tantos quebraderos de cabeza nos trae, y hacerla deprisa y corriendo es uno de los errores que debemos evitar.

La ropa que vas a guardar ha de estar limpia y seca, por lo que debes comenzar por lavar aquellas prendas que ya no te vas a poner. Cuando acometas el cambio del armario debe estar todo listo para retirarlo hasta el próximo otoño.

También tendrás que hacer el cambio de armario de la ropa de casa: antes empezar lava las colchas y plaids de invierno, y lleva a la tintorería las mantas y los edredones que no puedas meter en la lavadora.

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No hacer el mantenimiento de las ventanas

Después del invierno que hemos pasado, con avalancha de nieve incluida en muchos lugares de la geografía española, se hace necesario revisar a fondo las ventanas y carpinterías de la casa.

El frío y las heladas pueden deteriorarlas, por lo que es importante asegurarse de que están en buen estado. Comprueba el aislamiento, los herrajes y los mecanismos de apertura, antes de limpiarlas a fondo.

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No repasar interruptores, enchufes, bombillas…

Tu casa está llena de rincones que debes limpiar de vez en cuando, y siempre que hagas una limpieza general. El polvo se acumula día tras día en todos los lugares de la casa, hasta en los más insospechados, por lo que no debes olvidarlos.

Un ejemplo son los enchufes y los interruptores, aunque seguramente habrás limpiado más a fondo estos último por culpa del coronavirus y la necesidad de desinfectar las superficies que más se tocan.

En cualquier caso, acuérdate de repasar estos elementos, incluidas las bombillas. En ellas el polvo y la suciedad acumulada hacen, incluso, que pierdan luminosidad.

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No reorganizar el almacenaje de la cocina

Cuando le llegue el turno a la cocina, no te limites a limpiar de arriba abajo armarios, paredes y electrodomésticos. También puedes aprovechar para reorganizar la distribución de las zonas de almacenaje en lo posible, y así solucionar los inconvenientes que nos asaltan día tras día y que no siempre tenemos tiempo de resolver.

Busca una forma diferente de ordenar los utensilios, equipa los armarios con nuevos complementos de orden, optimiza el espacio de la nevera y, de paso, deshazte de todo lo que sobre en tu cocina.

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