Las griferías no son un complemento más sino esa pieza que personaliza e infunde estilo y carácter a la decoración del baño. Y en ese objetivo los diseños de pie y murales son tremendamente efectivos. Grifos que se convierten en protagonistas indiscutibles, marcando estilo y realzando las líneas de la zona de la bañera y del lavabo, donde se instalan. Líneas actuales, ligeras y elegantes que ayudan a crear un espacio íntimo y con identidad propia.
Junto a la bañera
Sin duda, una bañera exenta bien se merece una grifería a la altura, bien mural, bien -como en este caso- de pie. Las griferías murales se instalan directamente en la pared, salen de ella y "caen" sobre la bañera. Para ello la bañera puede ser encastrada o exenta pero debe quedar adosada a la pared. Generalmente, cuando las dimensiones del cuarto de baño lo permiten y la bañera se ubica en un lugar protagonista, alejado -aunque sea ligeramente- de las paredes, la grifería que acompaña es de pie. Una pieza estilizada, alta, que incorpora ducha o no.
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