Michelle Pfeiffer y su marido, el productor David E. Kelley, estrenan hogar. Tras dos años vendiendo parte de sus propiedades, su mansión californiana fue una de ellas, parece que han encontrado su casa ideal en esta vivienda lujosa, aunque no ostentosa, de estilo moderno y muy funcional. Diseñada por Steve Giannetti, uno de los arquitectos más reconocidos de Westside L.A. (área que incluye, entre otras ciudades, a Beverly Hills y Santa Mónica), y un verdadero experto en este tipo de mansiones, está situada en una de las zonas más exclusivas de Los Ángeles, con vecinos tan famosos como Ben Affleck o Adam Sandler. El precio también está a la altura de su exclusividad: casi 20 millones de euros.
Amplia, con cerca de 1.000 metros cuadrados, y luminosa, la nueva mansión de Michelle Pfeiffer respira un sereno aire natural, con sus colores neutros y sus suelos de madera clara. Un gran espacio común, que se alarga hacia el exterior, multiplicando tanto los metros como la luz, se erige como el corazón de la vivienda. Con dos zonas de estar, colocadas en paralelo, cuentan con pocos muebles, pero de tamaño XL, donde el (casi) blanco de las tapicerías de los sofás contribuye a crear una atmósfera tranquila, donde hacer vida en familia: la actriz lleva casi 40 años con su marido y tienen dos hijos.
En el gran espacio único se ha apostado por una decoración moderna, salpicada de pinceladas de aire rústico, como las vigas de madera del techo, las lámparas de suspensión o la clásica chimenea de obra. Dos grandes alfombras delimitan las zonas de estar, otorgándoles, al mismo tiempo, entidad propia, sin perder la sensación de formar parte de un 'todo' decorativo.
La nueva mansión de la actriz de ‘Las amistades peligrosas’ difumina las barreras con el exterior, gracias a unos ventanales correderos XL, que al abrirse establecen una relación fluida y directa con el jardín, estrechando lazos entre la vida que se desarrolla en el interior y la que tiene lugar al aire libre. Esta comunicación hace crecer los metros, especialmente durante el buen tiempo.
La gran cocina abierta con vistas al jardín es la 'reina' del espacio común. Cómoda y funcional, cuenta con dos islas entre las que se reparten las diferentes tareas. Una revestida de mármol, que alberga la zona de aguas, y otra que actúa como barra de desayunos, con taburetes altos, ideal para las comidas informales. Aunque la pieza principal de este espacio es, como no podía ser de otro modo, la cocina Sully de Lacanche. Con un diseño que evoca a los modelos antiguos, el acero inoxidable y los detalles dorados la integran a la perfección en este ambiente moderno.
Equipada con modernos electrodomésticos y con armarios y vitrinas que proporcionan una gran capacidad de almacenaje, se ha vestido en madera, a juego con el pavimento, con toques en aluminio, logrando una estética actual, llena de calidez. Llama la atención el antepecho de azulejos de la cocina, un detalle con un marcado aire rústico, que aporta un plus de encanto al ambiente.
El estilo tranquilo y funcional se apropia de cada uno de los seis dormitorios que tiene la espectacular vivienda de Michelle Pfeiffer. Situados en la primera planta, cuenta con salida al exterior, lo que proporciona un plus de luz y amplitud al espacio, al mismo tiempo que crea una comunicación directa con el jardín. Decorado en tonos neutros, posee un agradable rincón de lectura junto a la chimenea.
Una gran bañera exenta de estilo clásico es el elemento principal de uno de los cuartos de baño, la vivienda posee en total 11, donde los sanitarios quedan ocultos tras unas puertas de cristal opaco. Revestido de mármol y con vistas al jardín, tiene todo para ser un verdadero 'spa' en casa, el lugar perfecto para reponer fuerzas y cargarse de energía positiva.
El jardín con unos 1.400 metros cuadrados es una verdadera delicia. Junto a una piscina infinita se ha diseñado una zona de solárium con tumbonas de madera XL, que encajan a la perfección con el estilo moderno, pero con cierto aire rústico, presente tanto en la decoración interior como exterior.
Un pavimento cerámico, a juego con la piedra color crema de la fachada y con el suelo de madera de dentro de casa, establece dos zonas en el exterior: una de relax con hamacas y otra de comedor al aire libre, protegido bajo una pérgola.