Si te apasiona la belleza de los bonsáis, su delicada autenticidad, puede que haya llegado el momento de empezar a cultivar uno en tu propia casa. Para emprender esta aventura con garantía de éxito, además de conocer las técnicas de cultivo específicas que necesitan este tipo de plantas, has de saber qué especies son las más adecuadas para empezar. ¡Te lo contamos todo!
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¿Qué es un bonsái?
La mayoría de nosotros hemos visto alguna vez un bonsái y sabemos cómo es. Se trata de un árbol en miniatura. Sin embargo, no todo el mundo conoce el origen de este tipo de arbolitos, ni tampoco sabe si son especies específicas o no. En realidad, un bonsái es un pequeño árbol que se ha 'creado' mediante una técnica de cultivo especial que consigue reducir su tamaño natural.
Para poder cultivar bonsáis en casa es necesario aplicar las técnicas de jardinería adecuadas, con un criterio decorativo especial a la hora de ir podando y dándole forma a sus ramas. Como explica Ignacio Guío en su libro 'Plántame en tu casa' (Editorial Planeta), "el cultivo de bonsáis es mitad conocimientos botánicos, mitad expresión artística". Lo importante es que estas técnicas de cultivo pueden aplicarse a casi cualquier árbol o arbusto, teniendo en cuenta que tendrás más probabilidades de éxito si eliges especies autóctonas o aquellas que son más fáciles de cuidar en la zona donde vives.
Cómo elegir la especie adecuada
Aunque en principio cualquier árbol es susceptible de ser convertido en un bonsái, la especie que elijas ha de cumplir ciertos requisitos iniciales, si quieres tener más opciones de éxito o, al menos, tratar de que el proceso sea más sencillo. Es conveniente optar por especies cuyas hojas no sean demasiado grandes. Ten en cuenta que el objetivo es lograr que un árbol corriente se transforme en un árbol en miniatura, lo que resultará más fácil si lo intentas con variedades de árboles con hojas pequeñas, más fáciles de reducir de tamaño.
Otra de las condiciones iniciales que debes buscar a la hora de elegir la especie perfecta para tu bonsái es que la variedad sea capaz de ramificar o, lo que es lo mismo, de generar ramas nuevas. El objetivo es darle la forma deseada al nuevo arbolito.
Las herramientas que necesitas
Contar con las herramientas adecuadas es un requisito importante para poder cultivar con éxito bonsáis en casa. No solamente influye la calidad de las mismas, sino también su tamaño, que debe ser acorde al del arbolito en cuestión. Conviene elegir herramientas de acero inoxidable, más sencillas de mantener.
Necesitarás unas tijeras pinzadoras para bonsáis con las que poder recortar ramas y brotes jóvenes; unas tijeras podadoras más robustas para poder podar las raíces si trasplantas tu bonsai; una vaciadora cóncava para eliminar ramas del tronco. Este tipo de herramienta produce un corte especial que consigue que la herida cicatrice sin dejar rastro en el tronco del arbolito.
También te hará falta un cortalambres con punta redondeada para quitar alambres de las ramas de tu bonsái sin dañarlas. Por último, necesitarás una tenaza de Jin, una herramienta específica de esta técnica de jardinería que te ayudará a manejar el alambre de la rejilla y el que sujeta el bonsái.
El matiz decorativo de los bonsáis
Además de proporcionarle los cuidados necesarios a tus bonsáis en cuanto al riego, sustrato y abonado, es muy importante buscar el emplazamiento perfecto para ellos en tu casa. Y no solamente en cuanto al lugar en el que reciban la luz adecuada y estén protegidos de corrientes de aire, sino también conviene colocarlos en espacios donde puedas lucirlos como se merecen. Sitúalos en un lugar a media altura, sobre una mesa o en una estantería, un poco más bajo de la altura de los ojos, para poder apreciar todas sus ramas. A nivel decorativo los bonsáis son perfectos para convivir en espacios serenos y sobrios, ya que aportan un matiz zen muy especial. Búscales un entorno natural y sin demasiados objetos alrededor.
Un consejo: elegir la maceta para tus bonsáis es una cuestión relevante. Se trata de contenedores anchos y de poca altura, que pueden ser de barro o de otros materiales. Los expertos en cultivo de bonsáis le dan mucha importancia a la elección de la maceta, a nivel funcional y decorativo.
Olivo (Olea europaea), un bonsái muy decorativo
El olivo es un árbol muy típico de nuestro país, que está perfectamente adaptado al clima mediterráneo. Además, es una especie perfecta para cultivar como bonsai. No solo es realmente bello, sino que se trata de una planta de crecimiento lento, lo que nos permitirá ir modelándolo a nuestra elección según se va desarrollando.
La corteza retorcida del olivo, y las hojas pequeñas de color verde grisáceo, aportan belleza y singularidad al bonsái. Para cuidarlo de manera acertada tendrás que regarlo de forma moderada, manteniendo el sustrato húmedo pero evitando los encharcamientos. Asegúrate de que la maceta tenga un buen drenaje. Necesitará disfrutar de unas cuantas horas al día de luz solar directa. A la hora de podarlo, ve dándole la forma deseada, recortando sus ramas poco a poco.
Crassula ovata, una suculenta de crecimiento lento
Las suculentas, en general, son plantas muy adecuadas para cultivar como bonsáis en interior. Crecen despacio y, por tanto, no necesitan una poda demasiado frecuente. Además, cuentan con una característica especial que las hace especialmente perfectas para este tipo de técnicas de jardinería: producen tallos y ramas revestidos de corteza, es decir son capaces de lignificar, por lo que podremos ir modelando la ramas a nuestro gusto.
Una de las especies suculentas más adecuadas para cultivar como bonsái es la crásula (Crassula ovata). Es una planta de interior que se desarrolla de maravilla en espacios luminosos. Si vives en una zona de clima templado en primavera y en verano podrás sacarla al exterior, siempre que no la coloques a pleno sol sino en semisombra. A la hora de regarla, vigila la cantidad de agua y deja que se seque totalmente el sustrato entre un aporte y otro. Una pauta adecuada de riego para tu crásula puede ser la siguiente: cada 10 días en verano y cada 20 días en invierno.
Pimentero japonés, una especie de hoja pequeña
Una de las características más adecuadas para cultivar el pimentero japonés (Zanthoxylum piperitum) como un bonsái, es el tamaño reducido de sus hojas que ayuda considerablemente a lograr la apariencia de un árbol en miniatura. La planta en cuestión es una especie de interior, ya que no le gusta el frío y prefiere los climas cálidos. Necesita bastante luz para crecer feliz por lo que debes buscarle un entorno luminoso en tu hogar.
A la hora de cuidarla riégala de manera regular y constante, teniendo mucho cuidado de no encharcar el sustrato. Durante los meses más calurosos del año bastará con que la riegues cada dos días, y una vez a la semana durante el invierno. Al pimentero le vendrá muy bien si la abonas con humus de lombriz dos veces al año. También puedes utilizar un fertilizante específico para plantas acidófilas.
Granado, ideal para principiantes
El granado (Punica granatum) es una de las especies más sencillas, perfecta para aquellos que se están iniciando en el mundo de los bonsáis. Se trata de una planta que va a preferir estar al aire libre que en interior, por lo que puedes elegirlo para tu jardín o para una terraza. Ten en cuenta que si vives en una zona de inviernos rigurosos, tendrás que protegerlo de las heladas. Por lo demás, el cultivo del granado, aunque se trate de un bonsái, es sencillo.
Proporciónale a tu granado un riego abundante durante la primavera y el verano, y más reducido en invierno. Para ayudarle con su desarrollo y con la formación de frutos, puedes abonarlo en primavera y verano con un fertilizante que contenga fósforo y potasio.
Ficus, fácil de cultivar en interior
El ficus es una planta de interior muy fácil de cuidar, y eso se extiende a las variedades que se cultivan como bonsáis. Por ese motivo es una planta muy adecuada para aquellas personas que comienzan a experimentar con esta técnica de jardinería. Es conveniente elegir especies de ficus que tengan la hoja pequeña como, por ejemplo, el Ficus retusa o el Ficus benjamina.
Al ficus le gustan las temperaturas templadas. Durante el invierno debe estar dentro de casa, en un interior luminoso. En primavera y verano, incluso en otoño, puedes dejarlo en la terraza o el jardín, siempre que le busques un emplazamiento a la sombra. A la hora de regarlo, conviene estar atento para que no se encharque el sustrato. De hecho, no debes mantener la tierra siempre húmeda; espera a que se seque antes de volver a regar.
Junípero chino, un bonsái perfecto para exterior
Si buscas una planta adecuada para cultivar como bonsái, debes prestar atención al género juniperus, ya que las variedades que comprende son muy adecuadas para este fin. Se trata de plantas coníferas que tienen la particularidad de poder cultivarse en el exterior a pleno sol (necesita mucha luz directa), por lo que será un bonsái perfecto para decorar la terraza. De hecho, si lo metes dentro de casa probablemente se morirá.
El riego adecuado para el junípero chino (Juniperus chinensis) ha de ser escaso, dejando que el sustrato de la maceta se seque antes de hacer un aporte de agua. A la hora de podarlo, ve conteniendo la forma del arbolito, recortando las ramas que crezcan demasiado, y manteniendo el porte de la planta. Esta especie de junípero soportará la poda, incluso cuando esta sea un tanto agresiva. Tendrás que trasplantarlo y cambiarlo de maceta cada dos años, aproximadamente.
