Amaia Elias, interiorista: “La decoración emocional también llega a la Navidad, proponiendo vivirla con todos los sentidos”


Este año crea atmósferas festivas que abracen con luz, aroma, textura y sonido, para unas celebraciones que activen los cinco sentidos y multipliquen los momentos memorables para toda la familia.


Retrato de Amaia Elias, interiorista y fundadora de Amai Studio © Amai Studio
2 de diciembre de 2025 - 13:00 CET

La Navidad 2025 llega con una invitación clara: decorar con emociones. No basta con ver el árbol iluminado; ahora la celebración se disfruta con todos los sentidos. El hogar se convierte en un escenario donde la fragancia de las velas, el tacto cálido de los tejidos y la música que acompaña cada instante construyen una atmósfera inolvidable.

Para ti que te gusta

Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!

Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.

Este contenido es solo para suscriptores.

Suscríbete ahora para seguir leyendo.

TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.

Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.

Amaia Elias, interiorista y fundadora de Amai Studio (www.amaistudio.com), defiende que el interiorismo emocional es la única forma posible de diseñar espacios. Y en estas fiestas, nos invita a descubrir cómo la decoración puede convertirse en experiencia.

110
                                                                 
© Maisons du Monde

Convierte la Navidad en recuerdo sensorial

“En interiorismo emocional, sabemos que la percepción completa del hogar se construye a través de los cinco sentidos. Lo visual es inmediato, pero lo multisensorial es lo que permanece. La luz adecuada puede calmar, un aroma puede activar recuerdos y una textura puede transmitir abrigo. Por eso, ir más allá de lo estético convierte la decoración navideña en una experiencia que se vive, no solo que se mira”, explica Amaia. La Navidad multisensorial es, en definitiva, la oportunidad de transformar cada rincón en un universo navideño que se siente con el corazón.

210
                                                                 
© Oliver Perrott para Lights4fun

Una Navidad que se perciba desde la entrada (¡antes incluso de ver el árbol!)

La estrategia que propone la experta consiste en trabajar tres capas:

  • Olor: un aroma suave y natural que te recibe incluso antes de encender luces.
  • Luz: temperaturas cálidas y reguladas, evitando contrastes bruscos que rompan la sensación de refugio.
  • Texturas: alfombras mullidas, maderas cálidas y textiles naturales que ya predisponen al cuerpo a bajar revoluciones.

“Nuestro objetivo es que la entrada funcione como una ‘zona de descompresión’, algo que ya aplicamos también en otros momentos del año”, subraya Amaia. 

310
                                                                 
© Victoria Eggs

Aromas esenciales para crear una atmósfera navideña acogedora

En Navidad buscamos aromas que conecten con lo natural y que transmitan calidez sin resultar invasivos. “Uno de mis favoritos es la combinación de naranja y canela, porque aporta un toque muy navideño, pero desde un lugar auténtico: cítrico suave, especia cálida y una sutil sensación de ‘hogar encendido’. Además, es un aroma que podemos llevar a la decoración con naranjas secas, ramas de canela o pequeños detalles artesanales, reforzando esa coherencia multisensorial”, revela la fundadora de Amai Studio.

También utiliza otras notas que funcionan muy bien: cedro o sándalo, para un ambiente más cálido y envolvente; romero o salvia, si queremos frescura natural sin dulzor y, bergamota o naranja amarga, cuando buscamos un aire más limpio y equilibrado.

La clave es que el aroma acompañe, no que domine. Porque queremos que huela a hogar, no a perfume.

410
                                                                 
© El Corte Inglés

Una sinfonía olfativa para el hogar festivo

¿Cómo equilibrar fragancias evitando mezclas abrumadoras? La interiorista propone una regla sencilla y eficaz: elegir una nota protagonista y acompañarla de dos notas secundarias que refuercen, sin restar protagonismo.

Si el hogar ya cuenta con elementos naturales como ramas, cítricos o especias, la fragancia añadida debe complementar y nunca competir con ellos. En espacios pequeños, lo ideal es optar por difusores de baja intensidad o reducir el número de varillas para que el aroma se perciba de manera delicada. En cambio, en zonas más amplias, las velas con fragancias envolventes pueden llenar el ambiente, siempre dentro de la misma familia olfativa, creando una atmósfera armoniosa y acogedora.

La clave está en que cada aroma dialogue con el espacio, aportando calidez sin saturar, para que la experiencia sensorial de la Navidad se viva con equilibrio y emoción. En la propuesta, los mikados y velas se han adquirido en El Corte Inglés.

510
                                                                 
© VallesusaCasa

Texturas que envuelven el hogar festivo

En Navidad, el tacto se convierte en protagonista silencioso, capaz de transformar cualquier espacio en un refugio acogedor. Más allá del color, son las texturas las que transmiten abrigo, calma y una presencia natural que invita a quedarse. 

Los lazos y detalles en terciopelo aportan profundidad sin caer en el exceso, mientras que los caminos de mesa en lino lavado o algodón rústico equilibran lo artesanal con lo elegante. Los manteles con delicados bordes (este modelo es de VallesusaCasa) arropan. Las mantas de trama marcada, dispuestas en sofás o rincones de lectura, se convierten en el gesto perfecto para envolver las tardes frías. Amaia destaca también la cerámica sin esmalte, con su acabado imperfecto y manual, capaz de añadir esa sensación de objeto hecho a mano que conecta con lo auténtico.

La Navidad se siente en cada superficie: es un abrazo de terciopelo, un roce de lino, una caricia de lana y la calidez de lo imperfecto que nos recuerda que lo más bello es lo que se toca y se vive.

610
                                                                 
© David Montero para Raquel González Interiorismo

Gestos táctiles que marcan la diferencia

Existen otras alternativas táctiles que, aunque más discretas, tienen la capacidad de marcar la diferencia en la experiencia navideña. Son pequeños gestos que suelen pasar desapercibidos, pero que aportan una magia especial y una calidez inesperada.

El menaje es uno de ellos: una vajilla con un ligero relieve, una cristalería grabada o una cubertería mate cambian la percepción al tacto sin necesidad de añadir más decoración. También conviene prestar atención a detalles como bajoplatos de fibras naturales, servilleteros trenzados, portavelas en cerámica artesanal o caminos de mesa con relieve natural. En la propuesta, un estilismo navideño para la mesa de comedor realizado por la profesora de Insenia Cristina Rodríguez Goitia que incorpora ramas a modo de centro de mesa.

Según Amaia, estos elementos invitan a tocar, a sentir y a conectar con el ambiente de una forma mucho más sensorial. La Navidad, entonces, no solo se contempla: se acaricia en cada textura y se descubre en cada detalle que convierte lo cotidiano en festivo.

710
                                                                 
© Pixel-Shot / Adobe Stock

El hilo musical de estas fechas señaladas

Igual que la aroma o el tacto, el sonido también puede (y debe) acompañarnos durante estas fechas señaladas, dado que activa el bienestar. La música se convierte en una textura invisible que envuelve el ambiente sin necesidad de robar protagonismo. La interiorista sugiere pensar en el oído como un aliado discreto: “una playlist en tonos cálidos, con jazz suave, piano o guitarras acústicas, puede aportar serenidad y continuidad a la celebración”.

El secreto está en el volumen, casi imperceptible, como un fondo emocional que acompaña sin imponerse. Evitar cambios bruscos entre canciones es esencial para que la atmósfera fluya con naturalidad. El sonido, en definitiva, complementa la decoración igual que una luz indirecta: se percibe más cuando falta que cuando está presente. Y es en esa sutileza donde reside su magia, porque la Navidad también se vive a través de lo que escuchamos.

810
                                                                 
© New Africa / Adobe Stock

Luz cálida que transforma el invierno

El calor de hogar es uno de los elementos más poderosos de la Navidad. "Si tenéis chimenea, mi recomendación es no dudar en encenderla. Más allá de su función estética, su luz cálida actúa como un ancla emocional, ayudando al cuerpo a bajar revoluciones y creando una sensación muy profunda de refugio", comenta Amaia. La chimenea no solo ilumina: huele a hogar, aporta textura sonora y genera ese ambiente de calma que tanto asociamos al invierno.

Para quienes no disponen de chimenea, las velas reproducen parte de ese efecto. Su luz tenue regula el ambiente, aporta intimidad y acompaña de manera perfecta las cenas y sobremesas. Encenderlas unos minutos antes de que lleguen los invitados, tanto en la mesa como en una estantería decorada, es un gesto sencillo capaz de transformar por completo el espacio: calidez inmediata, aroma suave y una sensación de bienvenida que envuelve a todos.

910
                                                                 
© Sklum

Los gestos sensoriales que transforman la Navidad sin gastar de más

En Navidad no es necesario recurrir a grandes presupuestos para que el hogar se convierta en un refugio cálido y festivo. La interiorista Amaia recuerda que son los pequeños gestos sensoriales los que marcan la diferencia, porque apelan directamente a la experiencia de quienes habitan y visitan la casa.

Un simple cambio en la temperatura de la luz puede transformar por completo la atmósfera: las bombillas cálidas en puntos estratégicos aportan intimidad y suavidad. Colocar ramas naturales en un jarrón (ya sean de pino, eucalipto o cítricos) introduce un aroma fresco y una textura orgánica que conecta con lo auténtico.

La manta con textura marcada en el sofá deja de ser un accesorio decorativo para convertirse en una invitación al descanso, envolviendo las tardes frías en un gesto de abrigo. En la entrada, un aroma suave recibe a los invitados con discreción, creando una primera impresión emocional que se percibe incluso antes de contemplar la decoración. Y en la zona de lectura, una pequeña alfombra transforma el rincón en un espacio acogedor, donde el tacto bajo los pies añade un nivel extra de confort.

Incluso el árbol puede reinventarse: en lugar de bolas y estrellas tradicionales, se viste de forma romántica con lazos de tela (como en este ambiente de Sklum) o con cintas que lo envuelven delicadamente.

Son detalles mínimos, que requieren apenas una pequeña inversión, pero capaces de arropar y de generar recuerdos entrañables. Porque la Navidad no se mide en exceso ni en lujo, sino en la capacidad de convertir cada gesto en una experiencia sensorial que permanece en la memoria.

1010
                                                                 
© The Fine Cotton Company

Errores habituales al decorar la casa de Navidad

Relegar la decoración a solo el salón, con el abeto, o la entrada de casa, es una equivocación frecuente. Hasta el dormitorio puedes llenarlo de la magia propia de estas fechas. En lo que ocupa a este reportaje, Amaia considera que existen algunos errores sensoriales que conviene evitar. Para comenzar, el exceso de olor crea un ambiente cargado que impedirá percibir correctamente el aroma y sabor de los platos, así que no hay que pasarse.
 La experta considera también que no hay que emplear luz muy fría o de colores, pues se rompe la sensación de refugio. A lo que añade que no apostemos por demasiados brillos, plásticos o acabados metálicos fríos, porque se puede generar ‘ruido visual’ y estrés.

La verdadera clave está en apostar por una casa multisensorial: espacios que se iluminan con la luz justa, se envuelven en aromas delicados, se acarician en cada textura y se acompañan de sonidos suaves. Porque lo que realmente es un acierto en Navidad no es acumular adornos, sino crear atmósferas que se viven con todos los sentidos y permanecen en la memoria mucho más allá de las fiestas.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.