El truco definitivo para actualizar tu sofá gastando poco dinero y sin complicarte la vida


¿Tu sofá ya no te convence? No hace falta reemplazarlo: con una funda o un plaid parecerá otro. Son prácticos, decorativos y cambian el look del salón al instante. Aquí te contamos cómo acertar con el color, el tejido y la colocación para que el resultado sea de diez.


Sofá con funda y cojines en color crudo© Hannun
23 de octubre de 2025 - 13:00 CEST

El sofá es el corazón del salónEn él leemos, vemos pelis, charlamos o nos echamos la siesta. Pero no solo debe ser cómodo: también tiene que verse bien y resistir el uso diario. Aquí entran en juego las fundas y los plaids, esos grandes aliados para actualizar su aspecto, protegerlo del desgaste y, de paso, darle un aire diferente al espacio. No hace falta cambiar de sofá para cambiar de ambiente; basta con vestirlo bien. Sigue leyendo y apunta estos tips para elegirlos y colocarlos con estilo. 

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© Calma House

Fundas: el cambio que tu sofá necesita

Este complemento textil transformará por completo un sofá viejo o pasado de moda. Es ideal si la tapicería original ya no está en su mejor momento o simplemente te has cansado del color. Además, las fundas protegen del polvo, las manchas y las garras de las mascotasSon un recurso económico para renovar sin gastar en una tapicería nueva, y la variedad de colores y tejidos hace que siempre encuentres una que encaje con tu estilo. Si además eliges un tejido de buena calidad como este modelo de Calma House, de algodón nido de abeja en color crudo, mejorará notablemente el tacto del sofá.

 

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© @herzundblut Jules Villbrandt

Un toque de estilo y confort instantáneo

El plaid no solo abriga. Es ese detalle que aporta calidez y textura al sofá, incluso cuando no lo usas. Si tu sofá es liso y neutroun plaid con un patrón geométrico —como este, el modelo Check Mate de la firma Tom Tailor— es perfecto para animar el conjunto y romper la monotonía. En cambio, si la tapicería es de color o tiene un estampado, opta por uno liso que lo equilibre. Además, son comodísimos para esas tardes de manta y peli. 

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© Dekoria

Cómo colocar el plaid (sin que parezca tirado al azar)

Hay muchas formas de colocar un plaid y todas pueden funcionar si se hacen con intención. Una idea sencilla y efectiva es esta que nos propone la firma textil Dekoria: doblarlo y dejarlo caer desde el respaldo hasta cubrir el asiento. También queda muy bien apoyado sobre un brazo o extendido solo en un lado del sofá, como si se hubiera quedado ahí después de usarlo. 

Si te gusta un look más natural, “descolócalo” un poco, pero sin que parezca desordenado. La idea es que aporte textura, no que dé sensación de caos.

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© slashop

¡Sin arrugas!

Las fundas sueltas tienen la ventaja de ser más versátiles y fáciles de poner y quitar, pero requieren un poco de maña para que queden bien. Empieza siempre ajustando bien las esquinas del asiento y los brazos, metiendo el sobrante entre los cojines y el respaldo. Puedes usar tubos de espuma o incluso palos de madera delgados para mantener el tejido firme y evitar que se mueva. El resultado debe verse natural, sin tiranteces, pero con el tejido bien asentado.

Y si buscas una opción que combine practicidad con estilo, la funda CozyGuard, en la tienda on line slashop, es una apuesta segura. Fabricada con pana de doble grosor y un acabado impermeable, ofrece una textura densa y ultrasuave que se ve tan bien como se siente. Además, es lavable a máquina, reversible, resistente a arañazos y antideslizante, perfecta para hogares con mascotas. Su diseño con sutil patrón de chebrón le da un toque refinado y, gracias a su ajuste universal, se adapta fácilmente al asiento.

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© Cozey Maison

Acabado perfecto

Las fundas ajustadas o elásticas son las preferidas si quieres un acabado más limpio y moderno. Se adaptan como un guante y apenas se notan. Busca modelos con base antideslizante, como este de la firma Cozey Maison, o con tiras de sujeción que se anclan por debajo del sofá: no se mueven ni con un salto del gato. Son ideales para sofás con formas definidas porque respetan su silueta y parecen tapizados. Eso sí, para que el efecto sea impecable, asegúrate de que la medida sea la correcta.

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© Leroy Merlin

Elásticas

Estas fundas se adaptan a muchos tipos de sofá y permiten un ajuste preciso si eliges la talla adecuada. Las encontrarás de una sola pieza, como esta de Leroy Merlin, que cubren todo el sofá de manera uniforme, o por partes, donde cada asiento, respaldo o reposabrazos tiene su propia funda, una opción ideal para sofás modulares.

Eso sí, no vamos a negar que colocarlas requiere un poco de maña. Para que queden impecables, sigue estos pasos: primero, extiende la funda sobre el sofá y asegúrate de que esté bien orientada, con las costuras principales en las esquinas del respaldo. Después, ajusta el respaldo y los reposabrazos, haciendo que las costuras encajen con los bordes del sofá. A continuación, baja la goma elástica por debajo de los cojines para que quede bien sujeta y mete la tela sobrante entre los huecos, como entre el asiento y el respaldo o los reposabrazos, dejando toda la superficie lisa. 

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© Nisa Artisian

Cómo medir

Si tu sofá tiene un solo cuerpo y dos brazos (como este, que lleva una funda de lino natural de Nisa Artisian), medirlo es muy fácil. Primero, toma la medida de lado a lado, desde el borde exterior de un brazo hasta el otro. Esa será la longitud total del sofá. 

Luego, mide la profundidad, desde la parte trasera del respaldo hasta el borde delantero del asiento. Esta medida te indicará el ancho que debe tener la funda para ajustarse bien y cubrir toda la superficie. Con estas dos medidas podrás elegir la funda que mejor se adapte, logrando que tu sofá luzca renovado y protegido, sin arrugas ni exceso de tela.

Los sofás en forma de L suelen necesitar dos fundas, pero el proceso es igual de sencillo: basta con tomar las medidas de cada uno de los cuerpos.

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© La Redoute Interiéurs

Alternativa a las fundas

Si no te convence cubrir todo el sofá o simplemente quieres proteger solo la zona que más se usa, los cobertores de asiento son una solución fantástica. Se colocan fácilmente, se lavan sin complicaciones y resultan mucho más ligeros que una funda completa. 

Además, encontrarás tejidos, como este, de La Redoute Interiéurs, que aportan un toque decorativo sin tapar del todo la tapiceríaUn truco: elige un cobertor en un tono que contraste ligeramente con el sofá para que parezca un complemento, no una protección improvisada.

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© Kenay Home

Una protección cómoda y sencilla de poner y quitar

Encontrarás textiles que, a diferencia del cobertor que veíamos unas líneas más arriba, no solo cubren el asiento, sino también el respaldo y los brazos. Este es el modelo Tease de Kenay Home, de poliéster acolchado, específico para sofás con chaise longue.

Es la solución ideal para mantener tu sofá como nuevo, sobre todo si hay mascotas merodeando por casa. Olvídate de los pelos pegados a la tapicería y de que tus visitas se lleven un recuerdo peludo en la ropa. Y lo mejor: cuando llegan invitados y quieres que el sofá luzca en todo su esplendor, se retira en un abrir y cerrar de ojos y, una vez se vayan, vuelve a colocarse igual de fácil.

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© Textura

El toque estacional perfecto

Fundas y plaids son una forma sencilla de darle un giro a la decoración sin hacer grandes cambios. Recuerda que el color marca el tono del espacio: los claros, como beis, piedra o gris suave, amplían visualmente la estancia y transmiten sensación de calma, mientras que las tonalidades intensas que tanto se llevan últimamente como verde bosque, terracota o azul marino aportan carácter y calidez. 

Para un cambio estacional, apuesta por colores frescos en verano y más cálidos en invierno. El tejido también juega un papel importante: lino y algodón resultan más agradables durante los meses cálidos, mientras que las texturas de pelo suave y mullido, como el modelo Pudelina de la firma Textura que, además, tiene el reverso de tejido polar, crean ambientes acogedores en los días fríos.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.