La neuroarquitectura aplicada al hogar representa un cambio de paradigma en la forma en que concebimos nuestros espacios vitales. Siempre señalamos que gracias a esta disciplina se logra salud y bienestar para la familia, pero ¿qué hay de los compañeros no humanos? Junto a la diseñadora de interiores Gema Casado, fundadora de Espacios Lumbre (espacioslumbre.es), vamos a explorar cómo aplicar un diseño amigable para los perros, los gatos y el resto de los animales de compañía.
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Hogar, neuroarquitectura y mascotas
“Como diseñadora he visto claramente que ya no es suficiente crear ambientes bellos o funcionales, sino que entender cómo cada elemento de nuestros espacios influye en nuestro sistema nervioso y en nuestras emociones es un valor que cada vez es más buscado porque ahora la salud de la familia está en primera línea”, explica Gema.
Cuando ampliamos esta mirada a las mascotas, que en España cada vez más forman parte de nuestra vida, descubrimos que perros, gatos y otros animales que conviven con nosotros también son receptores activos de estímulos sensoriales que tenemos en los espacios en los que habitamos.
Hemos visto con el tiempo que el hogar ha dejado de ser un lugar pensado solo para las personas, y se ha convertido en un hábitat multiespecie donde todos los habitantes, humanos y animales, requieren espacios seguros, estimulantes y tranquilos.
De esta manera, la experta en neuroarquitectura afirma que hay que diseñar desde la empatía sensorial: leer el espacio no solo con nuestros ojos humanos, sino también con el oído agudo de un perro o el olfato exquisito de un gato.
Factores claves para un diseño amigable con nuestras mascotas
Al igual que pasa con las personas, los principales factores que afectan a nuestras mascotas son: la luz, el color, el sonido, la textura y el olor.
La luz regula los ritmos circadianos y permite descansar bien; el color influye en la atmósfera general; el sonido (y el silencio) puede calmar o alterar; las texturas transmiten seguridad al caminar; y los olores condicionan la confianza en el entorno. “Si observas a tu mascota un buen rato, podrás ver cómo percibe todos estos elementos de manera diferente a nosotros, más o menos intensa, pero diferente”, señala Gema.
Cada uno de estos elementos actúa como un lenguaje silencioso que el animal interpreta constantemente. Si logramos equilibrarlos, creamos un espacio donde los animales se sientan seguros, comprendidos y relajados.
Este dormitorio infantil lo ha diseñado la interiorista Montse Morales, fundadora del estudio Directora Creativa, privilegiando crear un ambiente acogedor para su joven morador y también su inseparable gato.
Luz artificial biodinámica, el acierto completo
“Aprovechar al máximo la luz natural durante el día y usar iluminación cálida, regulable e indirecta por las noches para respetar los ritmos de descanso, es necesario según la neuroarquitectura y una norma fija en nuestro estudio Espacios Lumbre”, comenta Gema, quien agrega, “Un proyecto lumínico bien planificado debe ayudar a sincronizar y respetar esos ritmos circadianos, favoreciendo la salud y el bienestar compartido”.
Además, hay que tener en cuenta en el caso de convivir con gatos, que su fisiología visual está adaptada a entornos de baja luminosidad, son animales crepusculares con mucha sensibilidad a los cambios bruscos de luz, pudiendo provocar conductas defensivas que pueden ser peligrosas para los humanos u otros animales.
Por otra parte, en peceras y terrarios, la luz artificial debe imitar el ciclo solar, favoreciendo la fisiología de peces y reptiles. Una iluminación cálida e indirecta por la noche crea ambientes seguros y reduce el estrés visual en todos los habitantes de la casa.
Colores que potencian la calma de los animales domésticos
Si bien la percepción cromática de los animales (como los perros y gatos que son dicromáticos y ven principalmente tonos azules y amarillo) es más limitada que la nuestra, lo que no siempre se conoce es que el color también influye en su experiencia del espacio.
La fundadora del estudio Espacios Lumbre explica que tras su experiencia ha observado que un entorno con tonos neutros y claros transmite calma y orden, como vemos en este salón equipado con muebles de La Redoute Intérieurs. Por ejemplo, los colores beige, arena, verde oliva suave o gris claro generan armonía visual y reducen la sobreestimulación.
Por el contrario, los contrastes bruscos o patrones muy intensos pueden generar confusión y estados de alerta. Usar por ejemplo blanco y negro puro genera un contraste enorme lo que es percibido por el animal como un corte en el suelo, dando sensación de vacío o trampa. Los típicos suelos de cocina y baño en damero (con grandes baldosas con contrastes potentes) pueden ser una amenaza para las mascotas.
En diseño neuroarquitectónico, se recomienda pensar en el color no como adorno, sino como estímulo emocional tanto para humanos como para animales.
Una acústica agradable para los ‘peluditos’ es posible
Los perros y gatos tienen un rango auditivo mucho más amplio que el humano. Perciben ultrasonidos y tonos agudos que nosotros ni detectamos. Sonidos casi imperceptibles por el humano, como la batería de un pequeño electrodoméstico pitando constantemente o el eco de una estancia vacía, pueden causar ansiedad en el animal.
Gema cuenta esta anécdota profesional: “en una ocasión fuimos a una vivienda en la que la nevera no dejaba de sonar con un pitido incesante. Como íbamos a reformarla, no le indicamos nada a la clienta, pero una vez finalizada la obra tras dos meses en su nueva cocina le preguntamos por su perro. Sorprendentemente nos dijo que estaba muchísimo más tranquilo y se paseaba por la cocina mucho más que antes”.
El diseño puede generar una acústica agradable mitigando ruidos con cortinas gruesas, alfombras, paneles acústicos o incluso música relajante. De hecho, como afirma la diseñadora, un ambiente acústicamente controlado, por ejemplo, con sonidos naturales de pájaros, agua o música clásica, beneficia tanto a los humanos como a las mascotas. Ten en cuenta que si ves que poniendo música relajante o sonidos naturales tu perro o gato bosteza o se tumba o duerme, es buena señal de que ese sonido le agrada.
Texturas bajo sus patas: superficies que hacen felices a tus perros y gatos
Para nuestras mascotas los materiales deben transmitir seguridad física además de confort sensorial. Los pavimentos tienen que ser suaves al paso, blandos o ligeramente amortiguados, antideslizantes pero no rugosos en exceso, firmes en la pisada para generar estabilidad, que resulten silenciosos y visualmente estables.
El contacto directo con el suelo es un estímulo táctil constante para los animales. Un suelo resbaladizo genera inseguridad y puede provocar estrés físico y emocional.
“En mi estudio utilizamos mucho las superficies bonitas y con tracción: alfombras lavables, el linóleo (que es un suelo natural amortiguado natural), caucho natural, maderas tratadas y alfombras de fibras vegetales, que ofrecen firmeza y suavidad”, detalla la experta en neuroarquitectura. En este ambiente de salón la alfombra es artesanal de la colección ‘Handloom Legacy’, de Lorena Canals.
Estímulos táctiles que afectan a su sistema nervioso
El contacto de tus animales de compañía con distintas texturas influye en su sensación de seguridad. Así, como explica Gema, los gatos disfrutan de rascar superficies ásperas como sisal, lo que les permite regular estrés, por eso cuando hay gatos en casa tener un par de alfombras de yute o sisal puede ser estiloso y agradable a la vez. Mientras que los perros se sienten confortados en camas mullidas [la de la propuesta es de Sophie Allport] o con mantas suaves que amortiguan su cuerpo.
“Estos estímulos táctiles no solo son placenteros, también ayudan a descargar energía y a reforzar la sensación de pertenencia al hogar”, afirma la experta.
Aromatizadores, ¿recomendados o desaconsejados?
El olfato es un sentido poderoso y directo, conectado con la memoria y las emociones. En neuroarquitectura, incorporar aromas adecuados permite crear espacios que transmiten calma, energía o confort, influyendo de forma positiva en el bienestar de quienes habitan el hogar.
Vemos en el caso de tener animales en casa: “uno de nuestros consejos más manidos para nuestros clientes es el de que mantengan la casa limpia y bien ventilada, pero evitando saturar el aire con ambientadores fuertes”, comenta Gema. Quien propone usar difusores intermitentes de feromonas calmantes recomendadas por veterinarios (especialmente para gatos), para crear un ambiente de tranquilidad. Además, si a tu perro le gusta, aprovecha aromas naturales suaves como aceites esenciales diluidos: lavanda y manzanilla, por ejemplo, se han asociado a perros más calmados.
Un truco sencillo y eficaz consiste en colocar una prenda usada por ti en la cama de la mascota durante tus ausencias. Ese olor familiar aporta seguridad y le reduce la ansiedad.
Limpiar sin riesgos: los productos que puedes usar y los que no
La diseñadora sugiere optar por productos de limpieza ecológicos o neutros (libres de amoníaco, cloro o fragancias intensas), para no dejar en el ambiente residuos olfativos agresivos que a las mascotas les pueden generar irritación respiratoria y otros problemas. Los de la propuesta pertenecen a Ecobel, una colección de productos incluye un limpiador de baños, un quitagrasas y un cristal multiusos, todos ellos formulados con ingredientes biodegradables y presentados en envases reciclables,
Y añade, ahora está muy popularizado el uso de vinagre de limpieza y bicarbonato de sodio para la limpieza del hogar por ser más ecológico, saludable y económico, pero tenemos de tener en cuenta lo siguiente:
- Diluir siempre el vinagre (ej. 1 parte vinagre + 3 partes agua) para reducir la intensidad.
- Ventilar bien después de limpiar, antes de que el animal entre en contacto con la superficie.
- Evitar limpiar con vinagre directamente sus objetos (camas, rascadores, juguetes), porque puede hacer que los rechacen.
- El bicarbonato puede usarse en tejidos (sofás, alfombras) para neutralizar olores, pero hay que retirarlo bien para que no quede polvo accesible que puedan ingerir los animales.
- Nunca usar estas sustancias como desinfectante de comederos, bebederos o areneros sin aclarar con abundante agua.
La neuroarquitectura apuesta por la biofilia
En casas con animales (y sin ellos) no hay nada que serene más que una planta movida por el viento, unas cortinas de lino o el tacto de la madera. Claramente el diseño biofílico es aliado de la calma.
“Los materiales naturales conectan con nuestra memoria ancestral de refugio en la naturaleza, es lo que hoy en día se conoce como biofilia. Para los animales esto funciona aún más”, narra Gema. Y los animales también responden a estas señales: caminar sobre superficies cálidas, frotarse contra fibras naturales o descansar junto a una planta que emite un aroma suave les aporta sensación de confianza. En cambio, superficies frías, metálicas, sintéticas o brillantes pueden resultar más hostiles.
Por otra parte, los materiales también tienen que ser fáciles de limpiar y antibacterianos para poder mantener un espacio saludable.
Que no falten las plantas (pero las seguras para ellos)
En el diseño biofílico, las plantas naturales juegan un papel fundamental. Por eso, Gema recomienda incorporar especies seguras para las mascotas en distintas estancias de la casa, como las orquídeas (Orchidaceae), las kentias (Howea forsteriana), las arecas (Dypsis lutescens) o la planta del dinero (Pilea peperomioides).
Además de aportar frescor en verano y aportar confort térmico el resto del año, la vegetación ayuda a purificar el aire y tiene un impacto muy positivo en el bienestar de todos los que habitan el espacio. También puedes elegir plantas aromáticas, como la favorita de los gatos, la hierba gatera (Nepeta cataria, en la imagen superior), el tomillo (Thymus vulgaris), la albahaca (Ocimum basilicum) o la lavanda (Lavandula angustifolia), logrando así un ambiente más rico en sensaciones.
Zonas refugio: el secreto del bienestar animal en casa
¿Qué importancia tienen los espacios delimitados o zonas refugio? “Mi gatito busca siempre escondites increíbles y esto es así porque, para los animales, contar con un refugio propio es fundamental”, dice la interiorista desde su experiencia personal.
Según la neuroarquitectura estos lugares actúan como ‘zonas de control’, donde se reduce la carga sensorial y el cerebro entra en un estado de reposo. Un perro que tiene su cama en un rincón tranquilo, o un gato con acceso a una cueva o caja cerrada, encuentra en ellos seguridad y privacidad. Este, se halla en ‘Cabane’, una cabañita elaborada con jacinto de agua trenzado de Maisons du Monde.
Estos refugios ayudan a prevenir conductas ansiosas, como esconderse bajo los muebles (lo que puede ser peligroso) o mostrar comportamientos defensivos.
‘No’ a la saturación visual
Una casa sobrecargada de muebles, colores brillantes y objetos como propone por ejemplo la tendencia dopamine decor puede desbordar el sistema nervioso de una mascota y (probablemente) del humano también.
¿Cómo diseñar? En el caso de los animales sueltos en los hogares, se deben idear rutas claras para moverse y espacios ordenados que reduzcan la incertidumbre.
“Desde la neuroarquitectura, la recomendación es crear entornos minimalistas, con pocos estímulos visuales y una paleta cromática suave que genere serenidad”, señala Gema. Es el caso de este rincón de salón, con la camita para perros modelo ‘Bowie’, de Kave Home.
Neuroarquitectura para todos: hogares que cuidan a personas y mascotas
En proyectos recientes Espacios Lumbre ha diseñado ventanales bajos para que los perros puedan observar el exterior, estanterías elevadas que funcionan como pasarelas para gatos y dormitorios con materiales acústicos (como palillerías de madera o fieltros) para minimizar ruidos. Estas decisiones han reducido los niveles de cortisol en situaciones de estrés, mejorado la calidad del sueño y fomentado una interacción más positiva entre humanos y animales. Estos resultados confirman que un diseño sensible al sistema nervioso crea hogares más armónicos y saludables.
“Diseñar con mirada neuroarquitectónica significa escuchar con todos los sentidos: comprender lo que necesita la familia y también lo que necesita el gato que busca esconderse o el perro que persigue siempre la luz. Es un trabajo que combina ciencia y empatía, donde cada elección (un color, una textura, una lámpara) influye directamente en cómo se siente el hogar”, afirma Gema, a quien vemos retratada en el jardín de su casa.
Como queda claro los espacios no impactan solo en las personas, también en los animales que conviven con ellas. La clave está en traducir las necesidades humanas y animales en decisiones de diseño que nutran cuerpo y mente.
Cada casa puede transformarse en un refugio compartido: un verdadero santuario multisensorial donde todos respiran armonía.