Si estás pensando en reformar el baño, hay muchos elementos que debes valorar. ¿Prefieres una ducha o quizás prefieres un baño tipo spa que tenga también bañera? La mampara, ¿la quieres fija o abatible? ¿Y el diseño del mueble? Los hay suspendidos o que llegan hasta el suelo. Las decisiones son muchísimas, por no hablar suelos, revestimientos, griferías… A todas estas decisiones hay un elemento que puede transformar por completo tanto la estética como la funcionalidad de tu baño: un inodoro con cisterna empotrada.
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Esta solución, cada vez más popular, permite optimizar los metros cuadrados, reducir la sensación de desorden visual y aprovechar zonas que antes quedaban en desuso. Pero sus beneficios no se limitan a lo estético. A nivel técnico, ofrece ventajas en la instalación, mantenimiento y eficiencia que conviene tener en cuenta. Te damos diez motivos por los que deberías instalar un inodoro con la cisterna empotrada. ¡Te vas a convencer!
Una de las ventajas de las cisternas empotradas, es que a nivel visual, el conjunto queda mucho más ligero. Esto ganar especial importancia en baños pequeños o estrechos, donde hay que sacar partido a cada centímetro. Un inodoro suspendido con cisterna oculta consigue liberar el espacio, además de crear un efecto más equilibrado, al fluir la pared sin interrupciones. ¿El resultado? Mayor amplitud visual. Este efecto se potencia si utilizas revestimientos continuos en paredes y suelos.
Al empotrar la cisterna, es necesario adelantar ligeramente el tabique donde va alojada. Ese pequeño retranqueo –de entre 10 y 20 centímetros según el modelo– se convierte en una repisa funcional y estética. Puedes aprovecharla para colocar un armario alto y estrecho a medida, ideal para guardar productos de higiene, toallas o papel higiénico. En este proyecto, el equipo de Düem Studio planificó un armario sobre la zona de la cisterna con un frente en negro que ayuda a que el armario pase desapercibido.
Otra opción es instalar estantes volados o módulos cerrados que aporten un extra de almacenaje sin restar elegancia. Estas repisas, además, ayudan a estructurar visualmente la pared, marcando una zona diferenciada en la composición del baño.
La superficie perfecta para colocar cuadros o láminas
La parte superior del tabique técnico donde se esconde la cisterna se convierte también en un soporte para colocar elementos decorativos. Sobre esa repisa puedes colocar cuadros, láminas o composiciones gráficas que le den personalidad al baño. Jugar con el arte en esta zona aporta color, refuerza el estilo decorativo y te permite introducir texturas sin ocupar espacio. Además, al emplear la repisa para colocar los cuadros o fotografías, no necesitas agujerear la pared, lo que facilitará que renueves la decoración sin que se note. En este baño, la interiorista Pia Capdevila ha optado por un cuadro abstracto en blanco y negro, siguiendo la misma estética que en el resto del espacio.
Otra opción, en lugar de crear un estante que sobresalga, es retranquear ligeramente el tabique que oculta la cisterna y crear una hornacina decorativa. Esta pequeña cavidad puede incluir una tira LED empotrada que aporte iluminación indirecta y cree una atmósfera más acogedora en el baño.
Dentro puedes colocar elementos como plantas, botes de diseño o perfumes. Esta hornacina no solo embellecerá el baño, sino que también contribuirá a crear un espacio más cálido y personal. Es lo que hizo la interiorista Laura Yerpes en este moderno baño, donde la hornacina además cuenta con un acabado diferente que aporta carácter.
La mayoría de inodoros con la cisterna empotrada son también suspendidos, ayudando a que el suelo quede completamente libre y sin obstáculos que dificulten el paso de la fregona o el aspirador. Su instalación hará que limpiar el baño sea más rápido y cómodo, eliminando rincones problemáticos donde suele acumularse el polvo. Además, al no haber tubos ni un pie de apoyo al suelo, evitarás humedades y manchas persistentes. Los inodoros suspendidos son especialmente útiles si en casa hay personas con movilidad reducida, ya que sillas de ruedas, andadores o grúas podrán acercarse y posicionarse cómodamente y sin obstáculos.
Al eliminar la cisterna tradicional, puedes acercar el inodoro unos centímetros más a la pared, ganando superficie útil delante del sanitario. Aunque parezca una diferencia mínima, en baños estrechos esos 5 o 10 centímetros extra pueden ser decisivos para mejorar la movilidad o permitir la apertura total de una puerta o un cajón. Además, si eliges modelos de fondo reducido, puedes ajustar aún más el diseño sin perder funcionalidad. En este baño, el equipo de Tinda’s Project ha aprovechado para camuflar la columna con las instalaciones.
Un inodoro con cisterna empotrada ayuda a crear una estética más limpia, ordenada y contemporánea. Elimina elementos visibles como la caja de agua, los latiguillos y los botones de descarga convencionales, dejando a la vista solo lo imprescindible. Esto da al baño una imagen más cuidada, moderna y profesional. Además, puedes elegir placas de descarga de diferentes acabados (blanco, negro, metalizado, mate…) para integrarlas mejor en la decoración general. Algunas incluso permiten personalización en color o textura. Los interioristas de Luzio Studio se han decantado para este baño por un pulsador en acero inoxidable y acabado brillo que combina perfectamente con el resto del conjunto.
Las cisternas empotradas actuales incluyen mecanismos de descarga dual que permiten elegir entre diferentes volúmenes de agua, lo que contribuye a un uso más eficiente. De media, puedes ahorrar hasta un 50% de agua en cada descarga si se pulsa el botón adecuado. Además, al tratarse de sistemas más modernos, están diseñados para minimizar fugas y pérdidas. Esta eficiencia se traducirá en una reducción notable de la factura del agua.
Puedes personalizar el revestimiento para integrarlo totalmente
Una gran ventaja estética es que puedes revestir el tabique de la cisterna empotrada con los mismos materiales que el resto del baño. Ya sea con cerámica, microcemento, madera técnica o pintura lavable, el volumen que crea la instalación puede pasar completamente desapercibido o, por el contrario, convertirse en un punto focal decorativo. Esta versatilidad permite adaptarlo a cualquier estilo decorativo, integrándolo en cualquier baño, sea cual sea su diseño y estilo.
La instalación de un inodoro con cisterna empotrada es una mejora que se percibe como una inversión en calidad y diseño. Si en algún momento decides vender o alquilar tu casa, este tipo de soluciones elevan el valor del baño, ya que transmiten una imagen de modernidad, limpieza y funcionalidad. Además, al estar integrado en el sistema de fontanería, no supone una complicación técnica para reformas futuras. Es una apuesta segura que mejora tanto el presente como el valor a largo plazo.