Tendencias gastro: 'Mug cakes', del microondas a la mesa... ¡en cuestión de minutos!

Tras los omnipresentes ‘cup cakes’ parece que otra moda dulce, aunque esta vez mucho más sencilla en su elaboración, invade nuestras cocinas. El bizcocho en taza –que es literalmente lo que significa ‘mug cake’- llega pisando fuerte. ¿Será para quedarse?

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'¿Pero, qué es exactamente esto del ‘Mug cake’?' Es la primera pregunta que nos viene a la cabeza al contemplar todas esas recetas de repostería, tan vistosas como coloridas, cuyas fotos nos muestran un tentador bizcocho asomándose desde el interior de una taza. '¿Es, quizás, un ‘cup cake’ pero con diferente presentación?' La respuesta es no. No son iguales ni en su modo de elaboración (mucho más sencilla en el caso del ‘mug cake’), ni en el sabor, ni en la presentación final. Modas aparte, la principal diferencia entre uno y otro es básicamente la forma de prepararlo –y ahí reside la gran acogida del ‘mug cake’, ya que se elabora en muy pocos minutos (entre 5 y 10), y en el microondas. Y además, está buenísimo, todo un reclamo para quienes se encuentren en proceso de iniciación en temas de repostería (aunque también se pueden elaborar ‘mug cakes’ salados. Aquí todo son ventajas).

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No se conoce exactamente el origen de este curioso postre, aunque se cree que tendríamos que remontarnos hasta el siglo XVIII –ahí es nada-, cuando, en ausencia de moldes, los bizcochos se elaboraban en tazas o en recipientes de cocina. Y aunque realmente no sabemos qué pasaba después (si lo desmoldaban o no, etc), lo que seguro no imaginaban entonces es que esta manera de preparar bizcochos volvería con fuerza tres siglos después, convirtiéndose en tendencia...

La elaboración de un ‘mug cake’ no puede ser más sencilla, puesto que ni siquiera tenemos que encender el horno, solo necesitamos un poco de apetito y un microondas. Para los más ‘comodones’, hay que decir que hasta se pueden mezclar los ingredientes en la misma taza donde se va a elaborar, si es lo suficientemente grande, y donde se va a servir, aunque conviene hacerlo en un recipiente aparte porque la masa sube y puede arruinarnos el postre.

La red nos provee de infinidad de recetas -y fotografías monísimas- de ‘mug cakes’, una receta que, además, lo acepta casi todo. Su versatilidad es enorme. Eso sí, es aconsejable comerlo siempre tras su elaboración (no conviene dejarlo hecho demasiado tiempo ya que al ser tan pequeño, la masa puede secarse rápido) y tener en cuenta que, dado que tiene un formato reducido, no es recomendable mezclar demasiados ingredientes.

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Si te ha picado el gusanillo y te apetece hacer ‘mug cakes’ de forma casera, en las librerías podemos encontrar diversos títulos muy prácticos. Es, por ejemplo, el caso de ‘Los mug cakes de Victoria’s cakes’ (Libros Cúpula). A través de sus páginas podemos aprender a preparar recetas dulces (clásicos como el brownie, el carrot cake…) y saladas (quiche Lorraine, etc) en este novedoso formato.

Otra opción donde obtener inspiración es el libro ‘Mug Cakes: Bizcochos en taza listos en 5 minutos’ (Editorial Aguilar Ocio), elaborado por Susana Pérez y Jesús Cerezo, de la popular web culinaria ‘Webos Fritos’. Te quitan la pereza de un plumazo y te dan todas las facilidades del mundo para cocinar este sencillo y versátil plato, ideal para degustar a la hora del desayuno, la merienda, como postre, como entrante... Y todo, ¡en un abrir y cerrar de ojos!

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¿Y cómo cocinar un ‘mug cake’? pues, como decimos, de forma tremendamente sencilla. Lógicamente es muy importante seguir el paso a paso de cada receta concreta (con sus cantidades y tiempos correspondientes), pero a modo genérico, para que te hagas una idea, el proceso consiste en agregar nuestros ingredientes en un recipiente (azúcar, harina, levadura...). A esto le añadimos la clara de huevo y lo batimos. En esta masa podemos agregar los ingredientes que queramos (pedacitos de fruta, por ejemplo, es una gran alternativa) y un poco de mantequilla líquida. A continuación, lo vertemos en la taza donde lo vayamos a cocinar (y a servir) y lo metemos en el microondas a 900 vatios durante unos pocos minutos (como decimos, el tiempo que nos indique la receta concreta). Como toque final, se añaden los topping que más nos gusten: azúcar glas espolvoreada, lacasitos, trocitos de galleta, bolitas de chocolate… ¡Ya sólo queda ponerse a disfrutar!

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