La periodista Sonsoles Ónega se ha convertido en la 'reina televisiva de las tardes' con su programa de Antena 3. 'Y ahora Sonsoles' lidera las audiencias y la presentadora y escritora ha conseguido conquistar al público con su simpatía y profesionalidad. Después de unos meses de trabajo intenso en la nueva temporada (lleva ya tres años en antena), ha llegado el momento de disfrutar de unas merecidas vacaciones y Sonsoles Ónega ha querido empezarlas con una escapada rural muy sabrosa.
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Una estrella Michelin en mitad de Tierra de Campos
A poco más de dos horas de Madrid, en las llanuras de Tierra de Campos castellana, se encuentra un restaurante (y también hotel) al que acuden los viajeros más gourmet de toda España... y de fuera de nuestro país. Es uno de esos destinos que merecen el viaje, porque no está de paso y quien se dirige hasta Castroverde de Campos, en Zamora, lo hace con un único objetivo: descubrir la cocina de Lera, un restaurante ligado profundamente al territorio castellano que el cocinero Luis Lera y su familia han convertido en todo un templo de la cocina de caza en España, y que luce una estrella Michelin y dos Soles Repsol.
La presentadora se ha mostrado siempre como una gran aficionada a la gastronomía y le gusta investigar y conocer sitios nuevos y reconocidos. Por eso ha aprovechado su primera escapada navideña para, bien abrigada, poner rumbo a Lera. La escritora ha compartido esta experiencia en su Instagram con un carrusel de imágenes con las que quiere mostrar a sus seguidores los lugares que visita para disfrutar de la cocina más singular y descubrir, también, paisajes únicos.
En sus redes, Ónega ha desvelado detalles de esta comida tan especial desde antes de entrar al restaurante. La experiencia gastronómica comienza en la bodega, donde la periodista ha vivido algo insólito, como ella misma explica en su perfil de Instagram: “Show bajo tierra en la bodega de Lera. No había visto nunca un velo de flor en una damajuana. La España excelente de Luis Lera y su equipo, bravo por su madre Mínica. Los platos son un espectáculo. Hay que disfrutarlos… (no solo verlos)”, ha detallado con pasión la periodista.
Cocina castellana y platos de autor inolvidables
Lera es todo un santuario de sabores que rinden homenaje a la tierra y al monte, al paisaje castellano de la comarca de Tierra de Campos donde crece el cereal. La historia de este restaurante comienza con el bisabuelo de Luis Lera, quien regentaba una taberna para pastores, su padre amplió la oferta y lo puso en el mapa gastronómico con sus famosas jornadas de caza que atraían gentes de todas partes. Luis, después de formarse fuera, regresó a su pueblo para tomar el relevo de la casa en la que sigue cocinando (y aprendiendo) de su madre, gran cocinera, Mínica, a la que Sonsoles Ónega reconoce en sus comentarios.
El restaurante cumple 10 años (en su nueva etapa) y para conmemorarlo, “el menú degustación de los próximos doce meses estará compuesto por los platos más emblemáticos de esta década, en otoño, invierno, primavera y verano. 10 años, 10 platos”, detallan. Lera cuenta, también, con diferentes opciones. El Menú de recetas tradicionales y cocina de temporada: 80 €
Menú degustación de caza de platos clásicos o creativos, corto (110 €) o largo (168 €).
La jornada gastronómica de Sonsoles Ónega comenzó con un aperitivo de croqueta de paloma y escabeches caseros (codorniz, jabalí), un imprescindible para adentrarse en la cocina de Lera. Las legumbres se elevan en platos como las lentejas con pato y foie o las alubias con liebre. La salchicha de ciervo con trompetas es una genialidad. Uno de los platos más sorprendentes es la liebre a la royale, la pieza de caza preferida del chef que prepara en un guiso lento, acompañado de verduras de temporada de cercanía. Y el plato estrella, el famoso pichón.
La bodega de Lera es espectacular. El joven y talentoso sumiller zamorano, Adrián Ferrón, se encarga de armonizar la comida con vinos singulares, haciendo patria con los de la DO Toro, el Bierzo y algunas joyas de los Arribes del Duero que no faltaron en la mesa de Sonsoles Ónega.
En los postres, también, se muestra el paisaje y el territorio con bocados como la pera de invierno con vinagre o cebada y chocolate. Un punto final redondo para una comida que, seguro, Sonsoles Ónega guardará entre sus mejores recuerdos.
Un hotel rural entre palomares
Lera ofrece también alojamiento rural, lo que permite alargar la estancia y vivir la experiencia completa sin prisas. Las habitaciones, sencillas y confortables, mantienen la estética tradicional de la casa familiar.
Después de un descanso en plena naturaleza, a los huéspedes les espera el desayuno de Lera, incluido en la estancia (desde 140 € la noche). Pan artesanal, embutidos locales, aceite de oliva virgen extra, tomate, dulces caseros, café e infusiones componen una mesa llena de sabores naturales, pensada para empezar el día con calma y disfrutar de este pequeño pueblo de menos de 300 habitantes y su entorno.
