Es cierto que al pelo no le sucede como a la piel durante la noche. Es decir, no existe un proceso específico de reparación o reseteado. Ahora bien, sí ocurren dos cosas importantes que influyen en el cabello: "El cuero cabelludo entra en un estado más calmado, con menos exposición a agresores externos (sol, calor, humedad, peinado, fricción, contaminación). Y el movimiento y fricción con la almohada pueden producir deshidratación, encrespamiento y rotura del cabello, sobre todo si es largo o rizado", asegura Javier Mateos, director de los salones The Lab (Barcelona) y colaborador de Kevin Murphy.
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Y hay una tercera cosa que sucede mientras duermes: "El cuero cabelludo sigue produciendo grasa, mientras que el cabello por la noche puede perder hidratación y enredarse si lo dejamos suelto. El resultado es una raíz más grasa y unas puntas más debilitadas", añade Pilar García, Education Expert de Authentic Beauty Concept.
Estas tres circunstancias hacen que la noche se convierta en un momento idóneo para que el cabello reciba tratamientos oclusivos y reparadores, además "permanece muchas horas en contacto con el producto, lo que potencia la penetración y absorción de activos", añade el estilista Javier Mateos.
¿Qué tipo de cosméticos capilares deberías utilizar por la noche?
Los expertos aconsejan aplicar sérums o boosters nocturnos sin aclarado, aceites capilares ligeros, mascarillas de tratamiento profundo (con o sin aclarado al día siguiente), tratamientos reparadores (con péptidos y proteínas) y productos antifrizz de acción prolongada, que contengan ingredientes activos hidratantes, nutritivos, reparadores, y fortalecedores: "Hidratantes como el ácido hialurónico, la glicerina y el aloe vera; nutritivos y reparadores, como los aceites botánicos (argán, jojoba, coco, aguacate, ricino), la manteca de karité, las ceramidas y los aminoácidos; y fortalecedores, como los péptidos y las proteínas hidrolizadas (queratina, seda, trigo)", aconseja el director de los salones The Lab.
Por su parte, Alberto J. Arévalo, Academy & Event Manager de Schwarzkopf Professional añade los aceites de abisinia, almendras, baobab y camelia, "porque nutren, hidratan y fortifican la estructura interna del cabello".
Eso sí, si estás dispuesta a dormir con ellos, asegúrate de que son fórmulas leave-in (sin aclarado), suaves y no pegajosas. "La recomendación es utilizar productos ligeros que se absorban con rapidez para evitar dormir con el cabello húmedo", aconseja Pilar García.
El tipo de cabello influye a la hora de elegir un cosmético capilar:
- Si tienes el cabello fino: "Opta por sérums ligeros y evita los aceites densos", aconseja Javier Mateos.
- Si tienes el cabello grueso o rizado: "Emplea mejor aceites y mascarillas nutritivas".
- Si tienes el cabello graso: "Te conviene los tratamientos solo en medios y puntas".
- Si tienes el cabello dañado o teñido: "Encontrarás un gran aliado en los tratamientos intensivos y con proteínas".
¿Cómo y con qué frecuencia deberías utilizar un cosmético capilar por la noche?
En términos generales, "hay que aplicar los cosméticos capilares sobre el cabello seco y, a ser posible, sin restos de producto, para una mejor absorción por parte del cabello", recomienda Alberto J. Arévalo.
- Sérums y aceites ligeros: "Hay que aplicarlos de medios a puntas, en poca cantidad. Y no retirarlos", explica Javier Mateos.
- Mascarillas o tratamientos nutritivos intensos: "Se aplican en mayor cantidad. Y se retiran por la mañana si están formulados para aclarar", aconseja el estilista de The Lab.
- Tratamientos sin aclarado nocturnos: "Se aplican sobre el cabello húmedo o seco, y se dejan actuar toda la noche. Además, no se aclaran, salvo que el fabricante lo indique", según el colaborador de Kevin Murphy.
Un truco: el calor suave favorece la penetración de los ingredientes cosméticos. Y es que, "envolver el cabello potencia la eficacia del tratamiento y aporta una sensación de confort, aunque no sea durante toda la noche", asegura Pilar García. De ahí que los expertos aconsejen 'envolver' el cabello en un gorro de ducha o de satén (protege sin calentar), o una toalla caliente después de aplicar las mascarillas o los aceites más densos. "Este gesto ayuda a abrir la cutícula, favoreciendo la penetración de los activos y dejando la fibra más suave y nutrida", según la experta.
Eso sí, "recomiendo no abusar de este ritual todas las noches para no generar exceso de humedad o apelmazamiento", advierte Javier Mateos.
En cuánto a la frecuencia, depende directamente del tipo de tratamiento:
- Sérums o hidratantes ligeros nocturnos: de dos a cuatro veces por semana.
- Aceites nutritivos: de una a tres veces por semana.
- Mascarillas intensivas: una vez por semana para que actúen en el interior de la fibra.
- Tratamientos proteicos: cada dos o tres semanas, "ya que, el exceso de proteína puede resecar", avisa Javier Mateos.
¿Y qué puedes llegar a conseguir? "Más hidratación y suavidad. Menos encrespamiento. Reducción de la rotura. Puntas más selladas. Mayor nutrición y brillo. Mejor definición en cabellos rizados. Y un fortalecimiento progresivo", detalla la estilista de los salones de The Lab. Además de más cuerpo, brillo y "una reparación profunda en las zonas más sensibilizadas", añade Alberto J. Arévalo.
¿Hay que descansar en algún momento de la cosmética capilar nocturna?
Los expertos coinciden en que, salvo de los productos ligeros (suelen ser los que contienen ácido hialurónico, aloe vera y péptidos suaves) que se pueden usar sin problema regularmente, sí es recomendable darle un descanso a tu fibra capilar. Exactamente: "Un descanso semanal, si usas aceites o mascarillas muy densas. Y un descanso de una a dos semanas cada dos o tres meses de los tratamientos proteicos", aconseja Javier Mateos.
