A sus 31 años y siendo madre de dos niñas, la influencer y empresaria Violeta Mangriñan se presenta como una mujer empoderada con una hoja de ruta clara en la vida. Inauguró su primer local de Maison Matcha en Madrid en 2024 y pronto abrirá uno nuevo en Valencia. Asegura que quiere buscar un buen distribuidor en Japón para crear su propia marca de matcha y así poder vendérselo en un futuro a quien compre sus cafeterías. Violeta es el claro ejemplo de que ese acto de "manifestar" del que ahora tanto se habla no tiene sentido sin unos objetivos previos marcados. En su escala de prioridades, la familia, la belleza y el autocuidado ocupan puestos clave.
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Hemos tenido el placer de charlar con ella en el evento que Pantene ha organizado en el Espacio Covarrubias, en Madrid, para presentar su último lanzamiento: la línea Hydra Revitaliza, con su producto estrella Heat & Glow. Se trata de una crema de hidratación sin aclarado que se activa con el calor para romper el círculo vicioso de usar secadores y planchas que dañan la melena con el fin de que luzca más bonita. Violeta no solo nos ha dado su veredicto acerca de esta innovación, sino que además nos ha hablado de sus planes de futuro y rutinas.
'Nadie es Superwoman'
Violeta admite que ser una mujer de negocios no es sencillo: "tienes que hacer muchas cosas y hacerlas todas bien para que nadie te pueda decir nada", sostiene. Se reconoce una "bendecida" y asegura que sin la labor que ha hecho estos años en redes (tiene una comunidad de más de dos millones de seguidores), nada de lo que le ha pasado habría sido posible. A pesar de esto, admite que "el día a día es duro". Cuando está con sus hijas trata de dejar de lado el teléfono móvil, pero explica que "siempre hay algo; si no es Maison Matcha, es Instagram, pero siempre hay algo".
Aparentemente, a la creadora no se le agota la batería. Sin embargo, nos cuenta que no tiene tanta energía como parece. "Nadie es Superwoman", afirma. "Yo también acabo los días cansada, hecha polvo y sin ganas de mirarme al espejo. Solo quiero dormir", nos cuenta. Además, revela que si pudiera tener dos superpoderes serían el de teletransportarse para estar con su familia en los momentos en los que más lo necesita y ser invisible: "desaparecer como Harry Potter con su capa".
Una y no más
La gran ventaja de Violeta es que, a pesar de que la mayor parte de los días de su vida resulten caóticos, lo tiene fácil para lucir siempre perfecta. Cuando sale de la ducha, según nos cuenta, su pelo queda liso, nada encrespado y brillante. "Trato de cuidármelo lo mejor que puedo, pero es verdad que tengo buena base".
"Si tuviese que tener un lema de cuidado capilar, diría que menos es más", añade. Y reconoce que a lo largo de su vida jamás se lo ha teñido... ¡salvo en una ocasión! "Con 16 años me lo teñí de negro, como Morticia Addams, y fue una faena quitarlo. Me lo tuve que cortar por la barbilla y hacerme varias decoloraciones. Básicamente, me lo achicharré. Así que, desde entonces, no he vuelto a tocarlo", relata Violeta. Solo se ha dado sutiles reflejos tipo face framing para enmarcar el rostro, pero dado que, como dice, "tengo la suerte de no tener canas todavía", no se ha visto en la necesidad de volverse a teñir de momento.
Melena al viento
La valenciana se ha mantenido siempre fiel a su estilo. "Veo a las chicas que se cambian de look y digo: "¡ostras, qué chulo le queda!". Y pienso: "¿y si pruebo?". Pero luego digo: "mejor no", confiesa. A pesar de esto, reconoce que el corte de pelo que más le llama la atención es el midi y admite que mantiene una suerte de relación amor-odio con el flequillo. "Cuando me veo en fotos con flequillo siempre me planteo volver a cortármelo, pero luego pienso en lo que cuesta peinarlo para que se vea bonito todos los días y me doy cuenta de que no me compensa", explica.
Violeta asegura que se corta el pelo cada dos o tres meses, aproximadamente dos centímetros, y dice tener la suerte de que le vuelve a crecer enseguida. Suele llevarlo suelto porque tiene hipersensibilidad en el cuero cabelludo y su melena pesa demasiado como para soportar un recogido durante horas. "He llegado a tener migrañas por llevar el pelo recogido", nos cuenta. Por eso, cuando está relajada en casa solo suele hacerse una coleta baja. Además, nos confiesa que le gusta mucho su pelo suelto con ondas ligeras.
'El pelo es la prueba del algodón'
Violeta está convencida de que no cambiaría su pelo por el de nadie: este y sus cejas son lo que más le gusta de ella. "Me van a criticar porque habrá chicas con mejor pelo que yo, pero yo quiero el mío", asevera orgullosa. "No se lo cambio a nadie", sostiene. "La cuenta bancaria y el rapero a todas las que quieran, pero el pelo no", bromea. En línea con esto, ríe al comentar que sus hijas no se parecen ni a Fabio ni a ella. Tampoco la una a la otra. Pero "el pelo es la prueba del algodón".
A modo de anécdota nos confiesa que Gala, su hija mayor, que tiene ahora tres añitos, tiene ya una cantidad de pelo "muy bestia". "Tardo 20 minutos en secárselo, así que creo que las dos (Gala y su hermana Gia) heredarán mi melena. Aunque Fabio también tiene buen pelo", nos cuenta.
Para presumir de una melena bonita, Violeta también cuida mucho su alimentación. Sigue una dieta equilibrada y consciente y, por supuesto, el matcha es su aliado. Esta bebida de moda tiene cantidad de propiedades nutritivas y antioxidantes y por eso está irrumpiendo con fuerza en el universo capilar. Bromeamos con Violeta acerca de una posible colaboración entre Pantene y Maison Matcha. "El matcha es bueno para el pelo, ¡y para todo!", defiende. Y nos cuenta que el nuevo producto de la marca, que, como embajadora, ha probado en primicia, le gusta porque cuida mucho el cabello. Recomienda usar poca cantidad para no aportar a la melena demasiado peso.
Desde la naturalidad que la caracteriza y aunque está sufriendo las consecuencias de los clásicos virus de los coles al comienzo del otoño, posa espectacular con un vestido de Francisco Arce, drapeado y de color dorado champán. A pesar de su radiante sonrisa y el brillo de sus ojos claros, intuimos que, entre foto y foto, Violeta solo piensa en sus niñas, por las que, como tantas veces dice, lo hace todo.