¿Se puede aprender a ser feliz?

Pues a pesar del escepticismo que pueda despertar en alguna de vosotras esta pregunta, la respuesta es muy clara: sí, se puede. Aunque, por supuesto, nadie ha dicho que sea fácil

Ya en el siglo XVIII

Benjamin Franklin (escritor, pensador, político e inventor norteamericano) nos dejó para la posteridad una célebre frase que apuntaba a una realidad llena de sentido común: “La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que pueden ocurrir todos los días”. Una frase que alumbra una serie de hechos evidentes: por un lado, que para lograr la felicidad no basta con esperar pasivamente, hay que actuar; y, por otro lado, que debemos aprender a aprovechar todas las cosas que encontramos por el camino.
ESCADA Joyful, el nuevo perfume de ESCADA recoge a la perfección esta filosofía porque está pensado para una mujer segura de sí misma, que sonríe al mundo y es capaz de crear su propia suerte disfrutando de todas las pequeñas oportunidades que le brinda la vida.

VER GALERÍA

Y es que, aunque cueste reconocerlo, hay infinidad de ocasiones en que nos obcecamos por conseguir un determinado objetivo (una casa, un ascenso en el trabajo, conquistar al amor de nuestra vida…) y, al poco tiempo, una vez conseguido lo que queríamos, volvemos a nuestro estado inicial de satisfacción con la vida, como si nada hubiera ocurrido. Obtenemos una satisfacción momentánea, nada más. Lo que nos lleva a confirmar un hecho al que ya nos hemos referido en otras ocasiones: la felicidad tiene que ver más con nuestro yo más profundo que con lo que nos rodea exteriormente.

Existen estudios científicos llevados a cabo por la psicología positivista que afirman que entre el 25 y el 50% de nuestra capacidad para ser felices viene determinada por la genética, mientras que el resto va a depender exclusivamente de nosotras para estar más o menos contentas con nuestra vida. Y aunque puedas pensar que la herencia recibida de los padres (especialmente si estos son pesimistas y nosotros también), puede resultar un obstáculo, las investigaciones demuestran que podemos entrenar a nuestro cerebro para que aprenda de las experiencias negativas y potencie los pensamientos positivos.

¿Y por dónde empezar? Pues los psicólogos positivistas apuntan en tres direcciones básicas:

-Fomentar el lado más hedonista de la vida, es decir, realizar aquellas actividades que nos reporten placer: desde escuchar nuestra música preferida, pasando por darnos el capricho de degustar nuestro dulce favorito o demostrar nuestro cariño a nuestros seres queridos.

-Practicar aquellas aficiones que contribuyan a enriquecernos, aquellas que más nos satisfacen personalmente. Nos estamos refiriendo a cualquiera de los ‘hobbies’ que podamos tener. Porque se ha comprobado que cuando realizamos una actividad sin importar lo útil que pueda ser nos reporta un gran bienestar.

-Por último, y uno de los aspectos más importantes, buscar el sentido de la vida más allá de nosotros mismos, porque sentirnos parte de un grupo (familia, amigos, pareja o, simplemente, de un equipo de baloncesto, por ejemplo) nos aporta también una alegría más duradera.

Atrás ha quedado esa idea de que los optimistas no son realistas. Muy al contrario, aquellas personas con una visión optimista de la vida analizan mejor la realidad porque sopesan tanto los aspectos positivos como los negativos para dar con la solución de los problemas, mientras que los pesimistas tienden a focalizarse únicamente en lo negativo. Los investigadores aseguran que tener un temperamento optimista no solo es absolutamente independiente de la edad, el sexo, el nivel de educación, incluso, de los recursos económicos, sino que además tener confianza en uno mismo, ser positivo a la hora de encarar la vida, nos protege de los infortunios.

VER GALERÍA

Y así es, precisamente, ESCADA Joyful, un aroma que desprende alegría de vivir, que ha sido creado para una mujer que afronta la vida con optimismo, que disfruta de las pequeñas oportunidades, que ve el lado bueno de cada uno de los momentos que componen su día a día. Inspirada en la sensación de alegría que nos invade cuando recibimos un precioso ramo de flores recién cortadas, la sofisticación de la peonía rosa y la frescura de las flores blancas cubiertas de rocío despiertan la felicidad interior femenina. Ahora que las navidades están a la vuelta de la esquina, ESCADA Joyful se convierte en el regalo perfecto para esa persona tan especial que te hace sonreír cada día.