Renfe, la principal empresa pública de transporte ferroviario de pasajeros y mercancías en España, se prepara para un giro importante en sus políticas de atención al viajero: a partir del 1 de enero de 2026, volverán a aplicarse los antiguos niveles de indemnización por retrasos en los trenes de alta velocidad y larga distancia.
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Hasta ahora, tras la modificación de julio de 2024, los retrasos considerables solo permitían reclamaciones si se superaban los 60 minutos, con una devolución del 50 % del billete, y del 100 % a partir de los 90 minutos. Sin embargo, el Parlamento ha aprobado con una enmienda en la Ley de Movilidad Sostenible que obliga a recuperar los niveles anteriores: indemnización del 50 % del billete cuando el retraso supere los 15 minutos, y del 100 % cuando alcance los 30 minutos para los servicios de alta velocidad y larga distancia.
Este cambio era reclamado por plataformas de consumidores y por parte del sector, que consideraban que las condiciones aprobadas en 2024 habían rebajado demasiado el estándar de protección al usuario.
¿Un cambio real en la protección del viajero?
Para los usuarios de tren, esto significa un cambio real en su nivel de protección: si su AVE o tren de larga distancia llega con un retraso de solo 15 minutos, podrán reclamar la devolución del 50 % del importe, algo que hasta ahora no era posible. Y si el retraso alcanza 30 minutos, se podrá solicitar el 100 %.
Garantizar mayor puntualidad
Por supuesto, el cambio implica desafíos: la operadora se enfrenta a una doble presión. Por un lado, debe garantizar mayor puntualidad y, por otro, adaptarse a un régimen de compensaciones más generoso. En un contexto donde otras compañías como Ouigo o Iryo ya actúan en el mercado de alta velocidad, la competencia se intensifica.
Desde el punto de vista del viajero, la recomendación es clara: conservar siempre el billete o código de reserva, comprobar el retraso oficial y reclamar dentro del plazo que Renfe establezca. Este tipo de mecanismos refuerzan los derechos del pasajero y elevan la exigencia hacia las empresas de transporte.
