El truco infalible para limpiar tus ventanas después de la lluvia y dejar tus cristales relucientes


Con este sencillo truco casero conseguirás que estén impecables, incluso en los días más grises


Cristales mojados con gotas de lluvia© Adobe Stock
Ana ToroPeriodista y Locutora
13 de noviembre de 2025 - 15:30 CET

Cuando el cielo se abre y cae la lluvia, muchos pensamos que nuestras ventanas se benefician del agua que arrastra la suciedad. Pero, paradójicamente, la realidad es otra: las gotas de lluvia pueden dejar sobre los cristales residuos minerales —como cal o sales— y partículas en suspensión que, al evaporarse, se adhieren al vidrio y generan esas manchas tan difíciles de eliminar. 

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© Adobe Stock
Limpiando los cristales

Para evitar que nuestras ventanas luzcan opacas o con vetas tras un aguacero, conviene adoptar una rutina de limpieza eficaz y preventiva. Aquí tienes el truco clave: no basta con pasar un trapo seco tras la lluvia. Uno de los errores más frecuentes es justamente eso: usar solo agua (o agua del grifo) y un paño seco. Esta combinación no solo no elimina las manchas, sino que además puede extender la suciedad y dejar un acabado opaco.

Tampoco es buena idea limpiar bajo la luz solar directa: el calor puede evaporar demasiado rápido los productos y dejar más marcas.

Cómo hacerlo correctamente

El primer paso: reúne las herramientas adecuadas. Un paño de microfibra, agua destilada (menos minerales que el agua de red) y un limpiador casero muy sencillo: mezcla partes iguales de vinagre blanco y agua destilada.

Como herramienta de apoyo, una espátula de goma resulta ideal para secar sin dejar rayas. Al aplicar el limpiador, hazlo con movimientos ordenados: por ejemplo, pasa el paño en vertical, por un lado, del cristal y luego en horizontal por el otro. Este método permite detectar si ha quedado alguna mancha sin que la superficie quede marcada por los trazos del trapo.

Prevenir antes de que llueva

Pero la limpieza no empieza cuando ya está todo mojado: también es clave el tratamiento preventivo. Antes de que llegue la lluvia, puedes aplicar un “repelente” casero para cristales: mezcla 100 ml de vinagre, 50 ml de alcohol y 50 ml de agua destilada, aplícalo con una esponja y seca bien hasta que quede uniforme. Repite este tratamiento cada unas dos semanas para mantener la protección.

Alternativamente, puedes acudir a productos comerciales o ecológicos: ceras para coche, sprays hidrofóbicos o películas protectoras para el vidrio, todos ellos diseñados para impedir que las gotas se adhieran y, por tanto, reducir esas marcas que tanto molestan.

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