En España no solo nos dividimos entre del Barça o del Madrid, playa o montaña, tortilla con o sin cebolla… también en un tema tan cotidiano como cuándo ducharnos. ¿Eres de los que empieza el día bajo el chorro de agua o de los que prefiere terminarlo limpio y relajado antes de ir a la cama? Puede parecer una elección trivial, pero los psicólogos aseguran que la hora de la ducha revela más de tu personalidad de lo que imaginas.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
La ducha matutina: un despertador natural
Para muchos, especialmente quienes madrugan para ir a la oficina o coger el transporte público, la ducha de la mañana es sagrada. No se trata solo de higiene: es su ritual para despejar la mente y aparecer en el trabajo con cara de recién salido de la lavadora. Son perfiles que valoran la presencia inmediata, la energía y la imagen fresca. En otras palabras: necesitan empezar el día con la sensación de que todo está bajo control.
La ducha nocturna: eficiencia y descanso
Los que se duchan por la noche, en cambio, han hecho un cálculo práctico: lo importante no es parecer recién duchados, sino estarlo. Prefieren invertir ese tiempo antes de dormir, llegar limpios a la cama y levantarse sin prisas al día siguiente. Suelen ser personas más pragmáticas, menos preocupadas por la apariencia instantánea y más por la eficiencia y el bienestar. Además, en un país como el nuestro, donde el calor del verano aprieta, no son pocos los que eligen la ducha nocturna como ritual indispensable para quitarse el sudor y conciliar mejor el sueño.
Dos estilos de vida, dos personalidades
La psicología explica que la diferencia no es aleatoria. Quienes se duchan de noche suelen ser perfiles que valoran los límites, el descanso y trabajar con sus ritmos naturales. Los de la mañana, en cambio, muestran mayor tendencia a buscar activación y rendimiento inmediato. Ni unos son perezosos ni los otros maniáticos: simplemente responden a formas distintas de organizar la energía.
Más allá de la psicología, tu elección tiene efectos directos en tu bienestar:
Beneficios de la ducha matutina:
- Activa la circulación: un chorro de agua, especialmente si no está muy caliente, ayuda a despertar el sistema circulatorio y aporta energía.
- Ideal para piel grasa: limpia el sebo acumulado durante la noche y ayuda a prevenir granitos.
Beneficios de la ducha nocturna:
- Mejora la calidad del sueño: una ducha caliente 1–2 horas antes de dormir regula la temperatura corporal y favorece un descanso más profundo.
- Reduce alergias: elimina de piel y pelo los alérgenos acumulados durante el día (polen, polvo), evitando llevarlos a las sábanas.
Tu ducha lo confirma: ¿eres ‘alondra’ o ‘búho’?
Esta elección también se relaciona con los cronotipos, la predisposición natural del cuerpo para dormir o estar activo a ciertas horas.
- Las ‘alondras’ (personas matutinas) sienten su pico de energía por la mañana, y una ducha al amanecer alinea su rutina con su reloj biológico.
- Los ‘búhos’ (personas vespertinas) son más activos por la tarde-noche, y una ducha antes de dormir les ayuda a bajar revoluciones y señalarle al cuerpo que es hora de descansar.
¿Y en España, qué preferimos?
No hay estadísticas oficiales que midan la hora de la ducha, pero sí observaciones culturales que marcan diferencias. En grandes ciudades con mucho ritmo laboral, la ducha matutina encaja mejor en rutinas frenéticas. Mientras que en las zonas más cálidas, muchos optan por la nocturna para quitarse el calor acumulado y dormir más cómodos. Y luego están los que no se casan con nadie: una rápida por la mañana y otra relajante por la noche, el famoso “doblete”.
Ducharte por la mañana no te convierte en más disciplinado, igual que ducharte por la noche no significa ser descuidado. Tu elección cuenta una historia sobre ti: si priorizas la presentación y la energía inmediata, o si prefieres la eficiencia y el descanso reparador. Sea como sea, la próxima vez que abras el grifo, recuerda que no solo estás limpiando tu cuerpo: también estás mostrando, casi sin darte cuenta, cómo eliges organizar tu vida.