Insecto palo gigante© Getty Images

Un insecto palo de récord: mide más que un brazo humano y tiene asombrada a la ciencia y las redes sociales

Con más de 50 centímetros es el rey del camuflaje


1 de agosto de 2025 - 12:54 CEST

En lo profundo de las selvas tropicales del noreste de Australia, un equipo de biólogos ha realizado un descubrimiento que parece sacado de una película de ciencia ficción: un insecto palo gigante, de dimensiones tan extraordinarias que redefine nuestra percepción del mundo natural. Este hallazgo no solo ha fascinado a la comunidad científica, sino que también ha despertado la curiosidad de amantes de la naturaleza en todo el mundo.

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Insecto palo sobre una hoja© Getty images
Una de las principales características del insecto palo es su asombrosa capacidad de camuflaje, lo que le permite esquivar a sus depredadores. Es más, su enorme capacidad de mimetismo hace que, incluso en movimiento, sea indistinguible del entorno vegetal en el que vive. Pueden incluso mecerse suavemente imitando el movimiento de una hoja mecida por el viento.

El insecto palo; también conocido como fásmido, es famoso por su capacidad de camuflaje. Con cuerpos alargados y delgados que imitan a la perfección ramas o troncos, suelen pasar inadvertidos incluso para los observadores más atentos. Sin embargo, este ejemplar encontrado en Australia rompe todos los esquemas: mide más de 50 centímetros de largo, lo que lo convierte en uno de los insectos más grandes jamás registrados en el continente. 

Un maestro del camuflaje

Los investigadores explican que su apariencia es tan convincente que, a simple vista, cualquiera lo confundiría con una rama caída del dosel del bosque. Solo al moverse revela su verdadera naturaleza. Según los entomólogos, este tipo de adaptaciones extremas son producto de millones de años de evolución, una estrategia perfecta para sobrevivir entre depredadores como aves, reptiles y pequeños mamíferos.

El hallazgo se produjo durante una expedición en un área remota de Queensland, donde los científicos llevaban semanas documentando la biodiversidad local. 

“Jamás imaginamos toparnos con un insecto de este tamaño; fue como ver un fragmento viviente del pasado”, relató uno de los investigadores. 

Y es que muchos expertos comparan a estos fásmidos gigantes con criaturas prehistóricas, recordando que insectos de tamaño colosal existieron hace más de 300 millones de años, cuando el planeta tenía niveles de oxígeno más elevados.

Un tesoro para la ciencia

Este insecto palo gigante no solo impresiona por su tamaño. Su hallazgo aporta claves valiosas sobre la salud de los ecosistemas australianos. Los científicos creen que la presencia de especies tan singulares indica que aún existen hábitats bien conservados y relativamente intactos, lo que convierte a estos bosques en auténticos refugios de biodiversidad.

Además, el estudio de estos ejemplares podría ayudar a comprender mejor la evolución del camuflaje y de los mecanismos de defensa en los insectos. También abre la puerta a nuevas investigaciones sobre cómo especies tan delicadas logran sobrevivir en un mundo en constante cambio, presionado por la deforestación y la crisis climática.

El descubrimiento ha generado entusiasmo no solo en círculos académicos, sino también en redes sociales, donde las imágenes del insecto se han vuelto virales. 

Muchos usuarios lo describen como un “dragón del bosque” o un “fósil viviente”. Su sola existencia nos recuerda que la naturaleza todavía guarda secretos sorprendentes y que, incluso en pleno siglo XXI, aún queda mucho por explorar. 

En palabras de los expertos, este insecto palo gigante simboliza la capacidad infinita de la vida para adaptarse y sorprendernos. Una invitación a redescubrir el planeta con ojos curiosos, a proteger sus rincones más frágiles y a maravillarnos con lo extraordinario escondido en lo aparentemente común: una rama que, de pronto, empieza a caminar.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.