Concepto de medicina, odontología y atención médica, dentista masculino que muestra una radiografía de los dientes a una paciente en el consultorio de la clínica dental.© Adobe Stock

Alejandro Gutiérrez, experto en salud dental: “La deshidratación puede ser una señal temprana de complicaciones orales graves”

La deshidratación en los días de calor no solo afecta a tu energía, sino también a tu salud bucal. Descubre cómo proteger tus dientes y encías con simples hábitos diarios.


30 de julio de 2025 - 10:00 CEST

La llegada del calor no solo nos invita a tomar más agua, sino que también pone en alerta nuestra salud oral. La deshidratación, especialmente en climas cálidos, puede tener efectos sorprendentes en nuestra boca, mucho más allá del cansancio y los mareos. De hecho, expertos advierten que la falta de hidratación puede comprometer la protección natural de nuestros dientes y encías. 

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La saliva, nuestro mejor aliado

La saliva es mucho más que un simple fluido que nos ayuda a digerir los alimentos. Desempeña una función vital como barrera protectora, ya que neutraliza los ácidos, lubrica los tejidos orales y combate las bacterias dañinas. Sin embargo, cuando estamos deshidratados, la producción de saliva disminuye, dejando a nuestros dientes y encías más expuestos a diversos problemas, como caries, infecciones, enfermedades periodontales e incluso mal aliento.

Como explica Lorena Trinidad Bueno, del equipo Asistencial, Innovación y Calidad Clínica de Sanitas Dental: “Una boca seca es una boca vulnerable. Al reducirse la cantidad de saliva, las bacterias proliferan con mayor facilidad, lo que aumenta el riesgo de infecciones orales y otros problemas bucodentales.”

Un gran impacto en nuestra salud 

Pero la deshidratación no solo afecta a los dientes. Las encías también se resienten cuando no se produce suficiente saliva. Esta falta de hidratación altera el equilibrio del microbioma oral, lo que favorece la inflamación y el sangrado. 

En los meses de calor, muchos pacientes se quejan de encías sensibles o inflamadas, aunque no hayan alterado su rutina de higiene. Este fenómeno suele estar relacionado con la deshidratación, especialmente cuando se combinan factores como el ejercicio intenso, el consumo de alcohol o bebidas energéticas.

El cuerpo entero lo nota

El efecto de la deshidratación no se limita solo a la boca. Cuando el cuerpo pierde más agua de la que repone, todos los tejidos, incluidas las mucosas orales, se ven afectados. Esto puede generar sequedad, ardor o incluso dificultades para tragar.

Alejandro Gutiérrez, jefe del servicio de Maxilofacial del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela, resalta que estos síntomas pueden ser una señal temprana de complicaciones más graves, como infecciones orales o el agravamiento de enfermedades periodontales.

Consejos para mantener tu boca hidratada y saludable

Desde Sanitas Dental, los expertos recomiendan una serie de pautas simples pero efectivas para prevenir los efectos negativos de la deshidratación en nuestra salud bucal:

Hidratarse constantemente

 La clave está en beber agua durante todo el día, no solo cuando sentimos sed. De esta forma, aseguramos una hidratación continua que favorece la producción de saliva.

Moderar el consumo de bebidas diuréticas

El café, el alcohol y las bebidas energéticas aceleran la eliminación de líquidos del cuerpo, lo que puede agravar la deshidratación. Es mejor consumirlas con moderación, especialmente en días muy calurosos.

Evitar ambientes excesivamente secos

El aire acondicionado, aunque necesario en los días de calor, puede reducir la humedad ambiental y aumentar la sequedad bucal. Si es posible, es recomendable moderar su uso.

Enjuagarse con agua y sal

Una práctica simple que puede aliviar la sequedad y ayudar a mantener el equilibrio de la flora oral. Además, sus propiedades antiinflamatorias y antisépticas contribuyen a calmar la irritación de las encías.

Incluir frutas y verduras ricas en agua 

Alimentos como la sandía, el pepino o el melón son excelentes para mantener la hidratación, además de aportar beneficios mecánicos al favorecer la masticación y limpieza natural de los dientes.

Respirar por la nariz

La respiración bucal puede agravar la sequedad y favorecer la acumulación de bacterias. Si tienes dificultades para respirar por la nariz, es importante consultar con un profesional para evitar complicaciones.

Cuando la sequedad persiste

Si, a pesar de seguir estas recomendaciones, la sensación de sequedad persiste incluso con una hidratación adecuada, podría estar relacionada con otros factores, como el uso de ciertos medicamentos o condiciones de salud crónicas. En estos casos, es fundamental consultar a un dentista para identificar la causa y encontrar el tratamiento más adecuado.

En definitiva, la deshidratación no solo afecta nuestra salud general, sino que también puede tener un impacto negativo en la salud bucal. Por ello, mantenerse bien hidratado es una de las mejores formas de proteger nuestros dientes y encías, no solo en verano, sino durante todo el año.

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