Cuando el calor aprieta, el aire acondicionado se convierte en un aliado indispensable. Pero, aunque mejora el confort en casa y en el trabajo, su uso intensivo también tiene un coste ambiental. De hecho, la climatización representa una parte significativa del consumo energético global, sobre todo durante los meses de verano. Por eso, aprender a usar el aire acondicionado de forma eficiente no solo reduce la factura eléctrica, sino que también ayuda a combatir el cambio climático.
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Equipos eficientes: menos consumo, menos emisiones
Una de las formas más directas de reducir el impacto ambiental del aire acondicionado es elegir equipos con alta eficiencia energética. Según la Agencia Internacional de la Energía, los aparatos más eficientes pueden consumir hasta un 50 % menos que los modelos antiguos o convencionales. Esto se traduce en menos emisiones de dióxido de carbono (CO₂), el principal gas responsable del calentamiento global.
Los sistemas con altas clasificaciones energéticas; identificables a través de etiquetas oficiales, están diseñados para ofrecer el mismo nivel de confort utilizando mucha menos electricidad. Además, al funcionar sin combustibles fósiles y con tecnologías más limpias, se consideran una opción más sostenible.
Tecnología inteligente que cuida del planeta
La innovación también juega un papel fundamental en la sostenibilidad. Algunos sistemas actuales cuentan con sensores que detectan la presencia de personas o las zonas más cálidas de una estancia, y redirigen el flujo de aire solo donde se necesita. Esto evita climatizar zonas vacías y permite un uso más racional de la energía.
También existen controles automáticos de temperatura que ajustan el funcionamiento del aparato de manera casi imperceptible para el usuario, pero con un gran impacto en el ahorro energético. Incluso una variación de 1 o 2 grados puede reducir significativamente el consumo sin perder confort.
Pequeños gestos, grandes cambios
Más allá del aparato en sí, nuestros hábitos diarios influyen directamente en el impacto ambiental de la climatización. Algunas buenas prácticas para usar el aire acondicionado de manera responsable incluyen:
- Mantener la temperatura entre 24 °C y 26 °C, una franja que proporciona confort sin un gasto excesivo.
- Aprovechar el modo ecológico o los temporizadores para evitar que el aparato funcione innecesariamente.
- Limpiar los filtros de forma regular para asegurar un funcionamiento eficiente y una mejor calidad del aire interior.
- Mejorar el aislamiento térmico del hogar, lo que permite mantener la temperatura más estable y reducir la necesidad de climatización.
- Programar el uso del aire acondicionado según los horarios reales de ocupación del espacio.
Confort y sostenibilidad pueden ir de la mano
Disfrutar de una temperatura agradable en casa, no está reñido con cuidar el medio ambiente. Al combinar tecnología eficiente con hábitos responsables, es posible reducir la huella de carbono sin renunciar al bienestar. Cada gesto cuenta: desde elegir el equipo adecuado hasta usarlo con conciencia. Porque en un mundo cada vez más afectado por el cambio climático, el verdadero lujo es vivir de forma sostenible.