Nadie imagina cuando se va a casar, ni siquiera por segunda vez, que esa unión no durara para siempre. Se vive con la ilusión de que esta vez todo será distinto, que se aprendió de los errores y que ahora uno saben bien con quien desea compartir su vida. Pero, en ocasiones, se descubre que no es así, que amar también implica soltar, que no hay fracaso en cerrar un ciclo, y que cada historia deja una huella que, aparte de doler, también enseña. Este aprendizaje marcó profundamente a Nicole Kidman, quien tras su divorcio de Tom Cruise —con quien adoptó a dos hijos, Isabella y Connor— volvió a enfrentarse al dolor de una ruptura.
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En septiembre de 2025 anunció su separación de Keith Urban, aquel hombre por el que luchó sin descanso y al que ayudó a salir del pozo de sus adicciones, enfrentándose a las voces negativas externas y a sus propias dudas internas, pero eligió el amor. Un amor que se disolvió 19 años después del 'sí, quiero', celebrado el 25 de junio de 2006 en Sidney, pero del que nació lo más valioso de su vida: sus dos hijas, Sunday Rose y Faith Margaret.
Nicole se ha dado cuenta de que la vida sigue y ha demostrado que, aunque el final duele, también abre la puerta a nuevas oportunidades. La actriz ha encontrado en sus hijas y en su carrera como actriz el impulso necesario para continuar y avanzar con paso firme, mostrando que la resiliencia y el amor propio son esenciales para sanar y crecer después de la tormenta. Ha sido un año durísimo para ella en el terreno personal, pero no solo por el divorcio -una crisis que venía fraguándose desde hacía meses-, sino por el duelo que ha tenido que vivir por la inesperada muerte de su madre, Janelle, por quien daría todo para volver a estar con ella.
La actriz de Big Little Lies ha sabido recomponerse y rodearse de lo que más le importa, que es su familia y su pequeño círculo de confianza, donde destacan amigas como Reese Witherspoon y Naomi Watts, quienes le han brindado un apoyo incondicional. Está decidida a disfrutar de todo lo que tiene, que es mucho, tal y como reveló una fuente cercana a la revista People. No es de las que se arrepienten, sino que cree que todo sucede por una razón y prefiere mirar hacia adelante. Aquellos que la conocen aseguran que está enfocada en esta nueva etapa con gran disposición y, sobre todo, con muchas ganas de empezar de nuevo.
Kidman ha demostrado una valentía y una serenidad admirable desde que anunció su separación, enfrentándose a la prensa y a sus propios miedos con fortaleza. Apenas cuatro días después de solicitar el divorcio, asistió sonriente a una gala benéfica en Dallas, y decidió posar en el 'photocall' en lugar de evitarlo, como podría haber hecho otro artista en circunstancias similares. Sabe afrontar los momentos más difíciles con la firme convicción de que saldrá adelante. Como señaló en la revista Harper's Baazar, "Es bueno saber que, sin importar lo doloroso, difícil o devastador que sea algo, hay una salida". Para la actriz, la experiencia se ha convertido en su mejor aliada: "Entonces piensas: 'Ya he pasado por esto. Ahora sé cómo manejar esto'". O reflexiona: "Quizás no haya estado en esta situación, pero he vivido algo similar y sé que lo superaré". "Quiero compartir lo que he aprendido. He visto mucho, he experimentado mucho y he sobrevivido a mucho", afirma Nicole, quien ahora busca "transmitir parte de ese conocimiento, esa sabiduría".
Además, se muestra agradecida de ser parte de este mundo. "Estoy agradecida de sobrevivir como mujer, como actriz y como productora, tanto profesional como personalmente". Y subraya el compromiso con sus hijas como su principal motor: "Además, mis hijas me dan el propósito de ser su protectora y su guía, prometiéndoles que estoy aquí y que, pase lo que pase, siempre habrá un lugar seguro donde crecer".
Al margen de su situación personal y sentimental, lo que es innegable es que saborea las mieles del éxito en su profesión, donde ha demostrado una encomiable capacidad para reinventarse y brillar tanto delante como detrás de las cámaras. Es una de esas actrices que han roto moldes y ha demostrado por qué hoy en día los 50 son la mejor edad para triunfar. Se ha consolidado como la reina del streaming, formando parte de títulos destacados y memorables de la pequeña pantalla, ya sea como actriz o productora, en Big Little Lies, The Undoing, Nueve perfectos desconocidos, Expatriadas o La pareja perfecta. Y se muestra muy entusiasmada por lo que está por venir, como son las adaptaciones televisivas de Margo's Got Money Troubles y Scarpetta, la tercera temporada de Big Little Lies y la secuela de Prácticamente magia, la película que protagonizó junto a Sandra Bullock en 1988.