Eugenia Martínez de Irujo ha aprovechado el puente de la Constitución para disfrutar de una romántica escapada junto a su marido, Narcís Rebollo. El destino elegido no podía ser más inspirador: Tánger, la llamada “ciudad de los sueños”, un enclave tan cosmopolita como enigmático del norte de Marruecos. Considerada durante décadas un refugio de artistas, escritores y bohemios, la ciudad cautivó en el siglo XX a figuras como William Burroughs, Truman Capote, Henri Matisse o Eugène Delacroix, todos seducidos por la luz, el exotismo y la atmósfera vibrante que hoy ha embrujado también a la pareja.
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La duquesa de Montoro y el director general y presidente de Global Talent Services se alojaron en un lugar tan simbólico como exclusivo, Villa Mabrouka, la que fuera residencia de Yves Saint Laurent y del empresario y mecenas Pierre Bergé. Este particular paraíso ha sido transformado hoy en un exquisito hotel boutique, un oasis de elegancia entre jardines bucólicos con vistas al Mediterráneo, a pocos pasos del bullicio de la medina y la kasbah de Tánger. Un rincón repleto de historia y sofisticación que ha conquistado a personalidades de todos los tiempos, entre ellas al escritor Ernest Hemingway o al novelista Jack Kerouac.
Eugenia y Narcís podrían haberse cruzado allí con su amiga Rocío Peralta, que también se hospedó en Villa Mabrouka -"casa de la suerte" en árabe- con apenas unas horas de diferencia. “Anda, justo me volví ayer; nos hemos quedado en el mismo sitio, qué pena no haberlo sabido”, comentó la diseñadora de trajes de flamenca, quien también disfrutó del lujo del hotel, con piscinas de aguas cristalinas y espectaculares vistas al mar.
Esta escapada se produjo apenas unos días después de la gran fiesta de cumpleaños de Eugenia, celebrada en Sushita Chinitas, el nuevo restaurante del Grupo Sushita en Málaga. Una velada muy especial en la que la duquesa sopló las velas de sus 57 años rodeada de familiares y amigos. Entre los asistentes estuvieron su hija Cayetana Rivera, su hermano Fernando Martínez de Irujo y su cuñada Bárbara Mirján. La noche, amenizada por música flamenca y el DJ Nano, resultó inolvidable. Durante su estancia en Málaga, Eugenia también aprovechó para reencontrarse con su amigo Antonio Banderas y disfrutar del musical Godspell en el Teatro del Soho CaixaBank.
