Los hijos de George y Amal Clooney, los mellizos Ella y Alexander, solo han cumplido ocho años, pero a veces tienen reacciones que sugieren que son más maduros de los que sus padres podrían esperar, sobre todo su hija Ella, quien tiene una ingeniosa respuesta cada vez que su padre le dice que es famoso. El actor, de 64 años, ha revelado la reacción de la niña, más propia de un adolescente, cuando él mismo hace alarde de su fama.
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Al parecer ninguno de los dos niños está en absoluto impresionado con el trabajo de su padre, así lo dejó de manifiesto en el podcast de Travis Kelce y Jason Kelce. Sus hijos "todavía lo quieren", aunque sabe que pronto eso va a cambiar. La estrella la NFL Jason Kelce, que es padre de cuatro hijas, bromeó sobre la idea de que "se acercan los años de la adolescencia". "Ya viene. Y te lo digo porque incluso mi hija con ocho años ya me pone los ojos en blanco, lo cual es nuevo para mí", reveló Clooney. "Le dije algo así como: 'Oye, tu papá es una gran estrella', y ella simplemente me puso los ojos en blanco".
El oscarizado actor ha reconocido que es "un poco estricto" en cuanto a su estilo de crianza, pero admitió que sus hijos "son bastante buenos, se portan muy bien", aunque en ocasiones haya tenido que recurrir a algún infalible truco. "Tengo que decir que es una aventura bastante divertida criar hijos", continuó la estrella de Gravity antes de compartir una anécdota que refleja a la perfección su característico sentido del humor. "Es bastante divertido porque no te das cuenta de lo mucho que te escuchan". "El otro día iba en coche camino a la escuela y un tipo se me cruzó y le dije: '¡Maldito imbécil!'", comentó George. "Y mientras conducía, cinco minutos después, en el asiento trasero, oí a mi hijo de 8 años gritar: '¡Maldito imbécil!'". "Y sabes lo que va a ocurrir”, se preguntó con ironía, "que mi esposa lo va a escuchar y entonces estaré muerto", bromeó.
Tanto él como su esposa siempre han buscado que sus hijos tengan una vida lo más normal posible. A pesar de sus apretadas agendas laborales, ambos hacen verdaderos malabarismos para compaginar sus compromisos y no estar fuera de casa al mismo tiempo. Aunque saben que no siempre podrán llegar a todo, lo hacen lo mejor que pueden. Los Clooney han sido extremadamente cuidadosos con la privacidad de Ella y Alexander. De hecho, escribieron una carta a un periódico para explicar por qué desean mantener a sus hijos en el anonimato. "Tratamos temas muy serios, con tipos malos muy serios, y no queremos que haya fotos de nuestros hijos por ahí", dijo sobre todo por la profesión tan expuesta que tiene su esposa como abogada, especializada en derecho internacional y derechos humanos, que ha llegado a lidiar en los tribunales con grupos terroristas.
Por ese motivo, una de las costumbres más habituales en su casa, contó Amal Clooney a la revista Glamour, es quitarle el teléfono móvil a todos sus invitados para poder garantizar un entorno seguro. No obstante, reconoció que "crear momentos y espacios privados es cada vez más difícil. Pero por eso también nos divertimos tanto en casa", declaró. "¡Ahora tengo una cesta para guardar los teléfonos de todos!", añadió. "Es importante lograr ese equilibrio donde pasas tiempo a solas con tu familia y amigos, donde la gente siente que puedes tener una conversación segura y franca", explicó Amal. "Y yo diría que ser padre implica que algunas intrusiones te afecten más. Por eso hacemos todo lo posible para minimizar cualquier impacto en nuestros hijos. No los exponemos, nunca hemos publicado su foto ni nada parecido", concluyó.
