Chelsy Davy fue durante siete años la novia del príncipe Harry. Los caminos del príncipe Harry y Chelsy Davy se cruzaron en 2004 en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) cuando el hijo menor del rey Carlos se tomó un año sabático. De regreso a Inglaterra, ella se mudó a la ciudad de Leeds para estudiar Derecho y estar más cerca de él, pero la relación concluyó en 2011. Tal y como Harry confesó en el juicio contra los tabloides británicos, los artículos de la prensa sensacionalista influyeron profundamente en su noviazgo, hasta el punto de que ambos comprendieron que "una vida dentro de la realeza no era para ella". A pesar de su ruptura, la relación entre ellos es buena y la empresaria estuvo entre los invitados a la boda Harry de Inglaterra y Meghan Markle en mayo de 2018.
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A raíz de su ruptura con el duque de Sussex, Chelsy encontró el amor con Sam Cutomore-Scott, con el que se casó en secreto en 2022, solo cinco meses después de dar la bienvenida a Leo, su bebé. Con el tiempo ampliaron la familia con la llegada de su hija Chloe, nacida en 2024. La pareja se dio el 'sí, quiero' en una ceremonia íntima celebrada en isla Mauricio, un lugar que ha marcado un antes y un después en su vida, tal y como ella misma ha compartido con sus seguidores. "Hice algo en mi lugar favorito", escribió la diseñadora de joyas nacida en Zimbabue junto a una serie de fotografías del día de su boda en la playa. Las fotos mostraban a Chelsy con un precioso vestido de lino blanco de inspiración boho, adornado con un diseño de hojas de palmera en beige, que compró en la boutique de un hotel el día antes de su boda y quedó "encantada".
Sobre esta conexión tan especial con Mauricio, Chelsy contó en The Evening Standard que visita la isla desde que tenía cuatro años y que siempre la ha sentido como un auténtico paraíso. Uno de sus recuerdos favoritos en la isla no puede ser otro que el día de su boda: "Estoy segura de que mi marido, Sam Cutmore-Scott, querría que mencionara el día de nuestra boda en la playa del Paradis [hotel Paradis Beachcomber]", reveló. No sin antes mencionar que sería un lugar idílico para vivir una buena temporada con su marido Sam y sus hijos, Leo y Chloe, de tres y un año, respectivamente.
"Nos confinaron en la isla mientras visitábamos a mis padres durante la pandemia, y durante ese tiempo conocimos mejor el lugar desde una perspectiva no vacacional. Ahora estamos en proceso de mudarnos aquí a tiempo parcial", explicó. En cuanto a su futuro hogar, añadió: "Solo los ciudadanos de Mauricio pueden poseer propiedades en la costa, lo que limita lo que uno puede comprar como extranjero, pero existe un excelente mercado de alquiler. Personalmente, me encanta la playa donde vivimos y sería feliz en cualquier casa que hubiera allí".
Chelsy admitió que sus primos son mauricianos, lo que sin duda le da un toque de hogar cuando está allí. En cuanto a por qué le encanta tanto la isla, explicó: "Es una isla alegre, colorida y amigable, y la gente sonríe todo el tiempo. Y lo más importante para mí, hay un maravilloso sentido de comunidad. Los vecinos vienen a tomar algo al atardecer mientras los niños mayores enseñan a los pequeños a pescar cangrejos en la playa".
Sam está graduado en Oxford y es director de Bijou Collection, la empresa hotelera de sus padres, mientras que Chelsy, graduada en Económicas y Derecho, creó su propia firma de joyas Aya después de formarse en el Instituto Gemológico de América, y ha fundado además la agencia de viajes Aya África, especializada en viajes de lujo a medida y experiencias excepcionales por varios países de este continente.
