María Herrera, la 'Marc Márquez' femenina que conquista el mundo del motociclismo


"He podido superar obstáculos que parecían imposibles y seguir persiguiendo mis sueños sobre la moto"


María Herrera posa junto al casco dorado tras ganar el campeonato mundial de motociclismo femenino© Cortesía
22 de noviembre de 2025 - 14:56 CET

Campeona mundial de motociclismo femenino (WorldWCR), María Herrera ha demostrado que la pasión, la constancia y la resiliencia son imparables. Desde sus primeros pasos en una mini moto con seis años hasta coronarse en el campeonato mundial, su camino ha estado marcado por desafíos que habrían detenido a cualquiera: quedarse sin equipo, lesiones dolorosas y la constante lucha por demostrar su talento en un mundo dominado por hombres. Pero María nunca estuvo sola: su padre, Antonio Herrera, ha sido su mayor apoyo, enseñándole la técnica, acompañándola a todos los circuitos y construyendo la base de una carrera imparable. Para la toledana, pilotar es mucho más que velocidad; es disciplina, estrategia y superación. Y cuando no está en la pista, encuentra equilibrio en la bici, el patinaje o dibujando, actividades que le permiten desconectar y recargar energías. Con nuevos retos en la mirada, como probar una Moto2 y revalidar su título, la Marc Márquez femenina sigue demostrando a sus 29 años que los límites existen solo para ser superados.

Para ti que te gusta

Lee 5 contenidos gratis al mes con
solo registrarte

Navega de forma ilimitada con nuestra
oferta de Black Friday: 1 año
+ smartwatch valorado en 129€ por 29€

Este contenido es solo para suscriptores

Navega de forma ilimitada con nuestra
oferta de Black Friday: 1 año
+ smartwatch valorado en 129€ por 29€

TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.

Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.

© Cortesía

María, ¡felicidades por tu título de campeona mundial de motociclismo femenino! ¿Cómo describirías la sensación de alcanzar un logro tan histórico y personal?

Lo siento como un reconocimiento a toda mi trayectoria deportiva. He competido en campeonatos muy exigentes, pero este torneo nos ha dado una visibilidad única, sobre todo porque la gente nos ha visto por televisión. Han sido testigos de la intensidad, la entrega y la lucha que hemos dado en cada momento, y recibir ese reconocimiento así, con todos viéndolo, es algo que me emociona profundamente y que valoro de corazón.

Al cruzar la línea de meta que te consagró campeona, ¿qué pensamientos y emociones te recorrieron?

Pensaba un poco en todo lo que habíamos logrado, especialmente estos dos últimos años. Sobre todo en el campeonato femenino, porque el primer año me resultó muy difícil entrar; parecía que me lo estaban poniendo complicado. 

© Cortesía
María Herrera, sonriente tras coronar el podio del campeonato mundial de motociclismo femenino

¿Por qué te costó tanto?

Al principio, un equipo me dio luz verde y empezamos en enero, pero poco después dijeron que no y de repente todo se volvió un desafío enorme. Estaba corriendo en moto, siendo además la única participante en esa categoría dentro de MotoGP en moto eléctrica. Queríamos empezar con la categoría femenina, porque nos brindaban la oportunidad, pero me dejaron tirada en enero. Aun así, no me rendí: seguí adelante con fuerza y determinación, convencida de que nada podría frenar mi pasión ni mi deseo de competir.

Mirando toda la temporada, ¿hubo alguna carrera que sintieras decisiva para lograr este campeonato?

La constancia ha sido la clave a lo largo de todo el campeonato. Fue en muchas carreras donde tuve que aprender a apartar un poco el ego de querer ganar siempre, porque hay momentos en los que las cosas no salen como uno espera: a veces la moto no respondía, a veces yo no estaba fina. Mantenerme en el podio de forma constante fue fundamental.Y  la última carrera, me la tomé con más calma. Podía haber fallado, pero, al ver que tenía varios puntos de diferencia, decidí hacer los cálculos y asumirlo con tranquilidad. No me preocupé demasiado por ganar, lo importante era cerrar la temporada con inteligencia y serenidad.

© Cortesía

¿Y  los sustos, las caídas o las lesiones? ¿Has tenido muchos a lo largo del campeonato?

Sí, sobre todo en 2019. Fue un momento clave porque me rompí la espalda y eso supuso un bajón en mi carrera deportiva; no podía pilotar como quería. Con el paso de los años, evidentemente, eso me llevó a plantearme si debía seguir corriendo o buscar otro camino.

El año pasado también fue difícil: una compañera me tiró durante una carrera y me hizo mucho daño en el cuello. Tuve que lidiar con ese dolor hasta la última carrera y todavía lo arrastro, pero eso no ha frenado mi determinación ni mi pasión por competir.

Diste tus primeros pasos en el motociclismo con seis años, ¿qué fue lo que te enamoró de este deporte?

Lo que más me apasiona es la velocidad. Cuando te sientes uno con la moto, esa sensación solo la entiende quien pilota. Es un reto constante: superarte, enfrentarte a lo imposible y descubrir que, a veces, sí se puede. También está la satisfacción de callar bocas. Cuando empecé, muchos decían que una chica no podía pilotar al mismo nivel que un hombre, en ninguna categoría. Poco a poco, hemos roto esas barreras. Y eso, para mí, es tan emocionante como cada carrera.

© Cortesía

¿Fue precisamente esa experiencia lo que te motivó a dedicarte profesionalmente y a romper esa barrera?

De pequeña no lo pensé, pero cuando tenía 16 o 17 años me dije: ¿por qué no? Una chica puede hacerlo y hacerlo bien. Evidentemente siempre he sido fuerte, pero en ese momento quise dejar claro: aquí estamos y una chica puede lograrlo.

¿Qué significa para ti competir en un deporte donde figuras como Marc Márquez han dejado una huella tan importante?

Para mí, este deporte transmite valores muy positivos y bonitos. Hay una unión especial entre los pilotos: entendemos lo que cuesta cada logro y eso hace que te alegres de verdad cuando un compañero consigue algo. Hay nobleza en la competición: compites al 100% contra él, pero sabes lo que ha trabajado y lo que ha sacrificado para llegar ahí. Además, contar con referentes cerca ayuda muchísimo. Ver que alguien puede lograrlo te motiva a seguir luchando, sobre todo después de una lesión. Te demuestra que, si ellos pueden, tú también puedes.

© Cortesía
La campeona posa junto a su moto y su casco dorado tras ganar la competición

¿Has tenido la oportunidad de conocerlo personalmente o intercambiar palabras con él?

Estuve cuatro años en el equipo que gestionaba su manager, el mismo donde conseguí mis grandes carreras en Moto3. Allí compartía mucho tiempo con Marc, con su padre y con toda su familia, así que lo conozco muy bien. Esa cercanía me permitió aprender mucho, no solo del piloto, sino también de cómo funciona un equipo profesional y de la importancia del apoyo familiar en este deporte.

¿Y de qué hablabas con él? ¿Qué te decía?

No era solo de motos, hablábamos de la vida. Era muy gracioso. Recuerdo que fuimos a entrenar en bici y comentábamos los entrenamientos, cómo lo hacía él y cómo había que prepararse. En ese momento yo tenía 16 años. Ahora no se puede detener tanto el ritmo con la gente, pero con su padre sigo manteniendo una relación muy cercana.

© Cortesía
María Herrera, junto a su equipo

Volviendo a tus comienzos, ¿recuerdas tu primera moto y las sensaciones de dar tus primeras vueltas? 

Recuerdo mis primeros pasos con la mini moto y los entrenamientos en karting, sobre todo en Cáceres, que estaba a una hora de mi casa. Allí coincidí con Álvaro Bautista, que ya era todo un referente, y me picaba mucho cuando me pasaba. A medida que fui creciendo, me preguntaba: ‘¿por qué no puedo ganarle?’. Cuando por fin tuve la misma moto, esa motivación se hizo aún más fuerte, especialmente con el apoyo y la guía de mi padre. Todo eso me empujaba a mejorar constantemente y a no conformarme nunca.

¿Esa experiencia influyó en tu pasión por el motociclismo?

Mi motivación no fue solo la pasión, sino también alcanzar el nivel que tengo, que es muy alto. Sobre todo, me enseñó la disciplina: ser constante es fundamental. Conozco pilotos con talento que no entrenaban ni físicamente ni cuidaban su preparación, y por eso no lograron llegar a donde deberían. Yo me fijé mucho en él y eso me dio una base sólida que todavía hoy aplico y comparto con las chicas con las que entreno, enseñándoles la importancia del esfuerzo, la constancia y de no conformarse nunca. Todo eso ha sido clave para crecer como piloto y como persona.

© Cortesía
María, tras convertirse en campeona mundial

 En tus comienzos, ¿quiénes fueron tus mayores apoyos?

Mi padre. Sin duda. Él era un apasionado de la moto, aunque no tuvo la ayuda que yo he tenido. Me llevaba a los circuitos y, sobre todo, controla muchísimo la mecánica: cuando algo se rompía, él lo arreglaba. También me enseñó la parte técnica del pilotaje, así que he aprendido muchísimo de él y siempre me ha acompañado de un lado a otro para competir, especialmente en Valencia.

Vamos, que es quien te ha ayudado a forjar tu carrera.

Sí, sin duda. Y, por supuesto, toda mi familia. Él ha sido quien ha montado y desmontado la moto una y otra vez, apoyándome en todo momento y asegurándose de que nada me detuviera.

© Cortesía

Ser campeona mundial requiere disciplina, esfuerzo y constancia. ¿Cómo es un día típico en tu entrenamiento físico?

Nuestro entrenamiento comienza por la mañana, antes de desayunar. Empezamos a las siete con una hora de cardio en ayunas y luego tenemos la segunda sesión después del desayuno, sobre las 9:30 o 10:00. Dependiendo del día, vamos al gimnasio o hacemos bicicleta, aunque normalmente entreno bastante con mi propio cuerpo y no levanto demasiado peso.

¿Y entrenáis en moto entre semana?

No, normalmente no. La reservamos para los fines de semana, sábados o domingos, dependiendo. Entre semana, nos centramos más en el entrenamiento físico que en pilotar. 

© Cortesía
María, practicando uno de sus hobbies favoritos: montar en bici

Mentalmente, ¿te preparas de alguna manera?

Sí, cuento con apoyo psicológico. Tengo uno deportivo y uno personal que me acompañan en cada paso. Suelo acudir antes de las carreras o cuando necesito centrarme y aclarar la mente. Con el psicólogo deportivo estudiamos el circuito, visualizamos cada tramo y realizamos ejercicios de memoria que, aunque parezcan sencillos, son poderosos. Memorizamos palabras en un orden específico y eso me mantiene en el presente, concentrada en cada instante. Son herramientas que me fortalecen, que me permiten enfrentar cada carrera con confianza y dar siempre lo mejor de mí sobre la moto.

Antes de una carrera importante, ¿tienes algún ritual, gesto o mantra que te ayude a concentrarte y sentir seguridad sobre la moto?

Antes de las carreras, me gusta estar sola, cambiándome tranquila o acompañada solo por mi familia, mi padre o mi pareja. Necesito ese momento de calma; no soporto el barullo. No hago nada extraordinario, pero sigo siempre mi rutina. Me cambio unos 40 minutos antes, respetando ese tiempo. Es mi forma de concentrarme, de ponerme en sintonía conmigo misma y prepararme mentalmente para dar lo mejor en la pista. La disciplina y la constancia en estos pequeños detalles marcan la diferencia.

© Cortesía

Mencionabas lo difícil que ha sido llegar a donde estás ahora. ¿Cuál dirías que ha sido el mayor desafío que has tenido que superar?

El mayor desafío, sin duda, fue quedarme sin equipo. En Moto3 ya tenía una carrera deportiva bastante consolidada: venía de ganar el Campeonato de España y había superado a pilotos como Fabio Quartararo, que ahora está en MotoGP. Sin embargo, no contaba con un equipo oficial y no entendía por qué no confiaban en mí. Eso me marcó mucho, especialmente porque ocurrió casi justo al llegar al Mundial. Pasé tres años saltando de un equipo a otro y el mayor reto fue, sin duda, psicológico. Me afectó profundamente la desconfianza hacia mí misma, incluso cuando iba rápido. Fue un momento difícil, pero también uno de los que más me enseñó y me hizo crecer como piloto y como persona.

 ¿Qué mensaje le darías a las jóvenes que sueñan con seguir tus pasos en el mundo del motociclismo?

Que no escuchen el exterior, sino que disfruten de este deporte, que es realmente bonito. Que compartan la pasión con sus compañeros y luchen por lo que les gusta. Y, sobre todo, que disfruten de montar en moto y no se dejen influir por nada más.

© Cortesía
María Herrera, en plena carrera

Además de tu padre, ¿tienes otros referentes dentro de este deporte o incluso fuera de él?

Álvaro Bautista ha sido un referente muy cercano para mí, especialmente por el nivel que ha alcanzado en el deporte, pero, sin duda, mi mayor ejemplo de lucha y constancia ha sido mi padre. En los momentos difíciles, tras una lesión o cuando me sentía baja, él siempre estuvo ahí animándome y apoyándome, enseñándome la importancia del trabajo diario y la perseverancia. Gracias a su guía y a su respaldo, he podido superar obstáculos que parecían imposibles y seguir persiguiendo mis sueños sobre la moto.

 Ahora que eres campeona mundial, ¿qué nuevos retos y objetivos te ilusionan para el futuro?

Me encantaría probar una Moto2, una oportunidad que hasta ahora nunca me han dado y que no entiendo por qué, porque muchos compañeros sí la han tenido y sé que podría hacerlo muy bien. Es una moto con menos potencia que la MotoGP, pero me motiva y me reta. Además, quiero revalidar el título y seguir elevando el nivel del campeonato, contribuyendo a que sea cada vez más competitivo y emocionante y ayudando a que este deporte siga evolucionando.

© Cortesía

¿Crees que algún día las mujeres podrán competir junto a los hombres en MotoGP?

Yo me habría visto compitiendo y me encantaría que sucediera. Claro que sí, si alguna mujer alcanza el nivel que hemos conseguido, perfectamente podría hacerlo. No sé hasta dónde llegaríamos, no digo que lucharíamos con Marc Márquez, pero en el grupo de cabeza en parrilla seguro que sí estaríamos.

Fuera de las pistas, ¿qué actividades o hobbies disfrutas para relajarte y desconectar del mundo de la competición?

Me gusta mucho dibujar, porque es un momento tranquilo que me relaja y me permite desconectar. Pero el resto de mi vida siempre ha estado ligado al deporte. Me encanta montar en bici, patinar, y en verano disfruto especialmente de estas actividades. Son mi manera de divertirme, mantenerme activa y equilibrar mi rutina con momentos que me hacen feliz.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.