ENTREVISTA EXCLUSIVA

Raphael, invencible, un año después de su linfoma cerebral: "Mi gran éxito es imponerme a la muerte"


Un año después de que le diagnosticaran un linfoma cerebral y cuando se cumplen cinco meses de su reaparición sobre los escenarios, la estrella de Raphael sigue incombustible. Hablamos con el artista antes de que vuele a Las Vegas y reciba el Grammy Persona del Año 2025


Persona del Año y maestro para generaciones y generaciones de artistas. ¿Alguna enseñanza de vida? "Considero que cada artista o cada persona que está empezando o que empieza ahora o que va a empezar debe ser él o ella quien esté pendiente de su carrera, que no se fije en lo que hacen los demás. La lección que he aprendido es que los demás a ti no te deben de interesar. Tú preocúpate de ti"© Valero Rioja
Luis NemolatoDirector especiales ¡HOLA!
12 de noviembre de 2025 - 6:06 CET

Raphael. Eterno. Infinito. Inago­table. Único. Irrepetible. Coloso. Cualquier adjetivo, por muy megalómano que sea y que seamos, perdónennos, pero se le queda corto. Cuando reapareció en el teatro de Mérida, desde ¡HOLA! describimos su presencia imponente sobre el escenario como la de un Imperio romano que no sucumbe jamás. Raphael es de otro tiempo. Como aquellas piedras doradas de 2.000 años de historia que servían de presa de contención para su torrente de voz. O como los toreros, que ya saben, parecen de otra pasta. Que después de dar un doble carpado con tirabuzón con el volteo de un astado se levantan como si tal cosa, aunque duela, que duele. 

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© Valero Rioja
Persona del Año y maestro para generaciones y generaciones de artistas. ¿Alguna enseñanza de vida? "Considero que cada artista o cada persona que está empezando o que empieza ahora o que va a empezar debe ser él o ella quien esté pendiente de su carrera, que no se fije en lo que hacen los demás. La lección que he aprendido es que los demás a ti no te deben de interesar. Tú preocúpate de ti"

¿No será que el uranio de ese disco a las 50 millones de copias vendidas le ha convertido en un superhéroe? El traje, siempre negro, como el de Batman, ya lo tiene, y la broma, el que suscribe, también se la ha hecho ya varias veces… Pero este niño grande de Linares, para el que no se deja nunca de aprender, no responde. Se ríe con retranca a sabiendas de que la fortaleza se la da algo más sencillo, aunque también más difícil de encontrar en estado puro: el amor.

Parece cursi. Crean lo que les parezca. Pero, sí. Si hablamos del amor, él lo tiene a mansalva. De su mujer, Natalia, su motor y su compañera de vida; de sus hijos; de sus nietos; de la profesión; de su público… Del público, rectificamos, que ese "su" reduce el espectro y Raphael, como los móviles, es 6.0. O sea, que tiene toda la cobertura posible, porque no hay artista más intergeneracional. No por nada. O por todo. Que si hay algo nuevo que escuchar, ahí está él para no perder comba. Y buscarlo. Y colaborar con ese nuevo genio de la música. Con la disciplina y la curiosidad de un sabio griego. De Epicuro, por ejemplo, que creía en la felicidad a partir del placer del conocimiento, a pesar de que, a veces, esa sabiduría sea fruto del miedo. Es que le ha enseñado cómo vivir acarreando una mala salud de hierro.

"Agradezco muchísimo que me hagan estos reconocimientos, pero yo no me muero por estas cosas. Ahora sí, agradezco en el alma que me lo den"

A punto de cumplirse un año de aquel susto que nos heló el corazón, y más de 20 de aquel trasplante de hígado único en su género allá por el 2003, Raphael —parece increíble— lleva ya de gira desde junio. Un linfoma cerebral quiso arrebatárnoslo brusca y dramáticamente las pasadas Navidades, como un Grinch del terror, pero está claro que ese cáncer, por muy malo que fuera, no sabía con quién se las estaba gastando. Raphael sacó todo lo que hay en el fondo de su alma para demostrarle, en tan solo seis meses, que es todopoderoso y que si quiere, puede ser hasta omnipresente. Que sepan que, en cuestión de días, se va a volver a cruzar medio planeta… Como lo oyen. Aquel sigue siendo aquel y una gran noche se la merece como el que más. O como quien es: la Persona del Año 2025. 

"¿Bajarme de un escenario? Yo pienso en subirme cada día. Me demuestro que puedo y luego digo: 'Hala. Hecho'. Mientras quede garganta, quedará Rapha­el"

Ese es el nuevo reconocimiento que va a recibir, en Las Vegas; otro más que sumar a una lista interminable, pero oportuna, a tope, como que se dibuja como un homenaje de los Latin Grammy a un trayectoria de más de seis décadas y de éxitos en la música. Pero ¿antes? Antes no se crean que se va a quedar en casa. Acaba de cantar en su tierra, Jaén, y después de cruzar el charco irá directo a Zaragoza, Bilbao, Madrid, Granada, Barcelona… Y luego, a Puebla, Ciudad de México, Monterrey, Nueva York, Washington, Miami… Y nos hemos comido ciudades porque no va a ser solo Raphael el que se lo coma todo, ¿no?

"Está como un toro", ¿se acuerdan que eso era lo que decía su hijo Manuel aquella noche de verano que parecía un sueño con su vuelta a las tablas? Frente a frente con él en esta entrevista con ¡HOLA!, en la que, ya lo verán, no se anda con rodeos, sino que entra al trapo, firme, sincero y seguro, damos fe. Porque si da un paso atrás, es solo para coger carrerilla. Un toro, sí. Casi mitológico. ¿Empezamos? Para ustedes, la barrera.

Los Grammy 

Raphael, Persona del Año.

¿Viste? —Dice con deje argentino—.

¿Cómo se te queda el cuerpo?

Bien, bien. Lo he esperado durante mucho tiempo… Así que…estoy feliz de haberlo conseguido.

Un reconocimiento así, justo este año... un año tan difícil…

Siempre parece que los acontecimientos bailan alrededor de uno, ¿no? Y este año ha sido un año… especial. Yo me quedo con eso. Porque yo, en realidad, estoy siendo premiado desde hace muchos años. Lo soy por la gente. El público es quien en realidad cuenta en nuestra profesión.

"No me conformo con las cosas. Yo lucho por las cosas. Pensaba no tener que luchar tanto y sufrir menos… Pero no ha sido así. Han sido golpes muy duros"

Sé, Raphael, que a ti, eso de mirar atrás ni te gusta ni lo haces…

No. Nunca. Es que tengo de qué preocuparme en el presente. Así que para qué voy a pensar en el pasado...

Pero un premio de estas características ¿no te obliga a reflexionar, a recordar, a hacer balance?

No. Tampoco. Pero sí, quizá te conduce a pensar que has hecho las cosas bien. Que está todo bien. Porque si el público está y sigue ahí, es que hay algo en ti que funciona o sigue funcionando. Para mí, es muy bueno saber que no me he equivocado, que he hecho las cosas como tienen que ser. Eso creo que es una suerte: seguir en esta profesión y seguir bien. Yo no canto por los premios, pero ¿si te los dan? Los agradezco mucho, claro.

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Más de 700 canciones grabadas más de 50 LP publicados, más de 300 recopilatorios. Ha cantado en italiano, francés, alemán, inglés y japonés, pero ¿hay alguna canción que ahora tenga un significado especial? Raphael es categórico: "No. Las canciones tienen su sitio. Las canciones van cambiando también según tu humor. Las canciones son parte importante de mi vida, pero no toda mi vida. Lo primero en la vida soy yo y mi familia. Y después, el público, o sea, mi carrera. Intento darle a las cosas su verdadera importancia. Cada cosa tiene su momento y en ese momento, sí, hay que entregarse"

¿Cómo es subirse ahora, hoy, a un escenario para ti?

Yo salgo a recoger lo sembrado, porque el público ya me conoce de sobra. Y porque a mí lo que me gusta es cantar. Yo salgo a pasármelo lo mejor posible y a hacer que el público también lo pase bien. Que salgan contentos, que no se vayan con una sensación de arrepentimiento.

¿Arrepentimiento, Raphael? Disculpa, pero ¡¿eso cuándo ha pasado?! 

Hay días que estoy más brillante que otros. No todos los días son iguales... Afortunadamente.

Ahora, cuando pisas el escenario, ¿hay más técnica, más emoción, más corazón?

Hay más emoción. Siempre hay —y ha habido— más emoción que cualquier otra cosa.

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No le gusta recordar, pero solo teniendo presente el pasado se puede ser revolucionario en el futuro. Nuestras páginas fueron testigo de sus logros profesionales estratosféricos y, sobre todo, de sus éxitos familiares privados.
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Del Raphael marido, del padre y del abuelo. Una historia sentimental que se rubricó en la iglesia del Moisè, de Venecia (sí, Bezos, antes que tú, Raphael ya lo hizo, en 14 de julio de 1972), uniendo su vida a la de la periodista musical y aristócrata Natalia Figueroa.
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Pero tú eres un artista que siempre ha sabido dónde colocar la voz, cómo conseguir ese grave, esa nota… No te veo dejándote llevar por la emoción, ¿o es que ahora sí?

No, no, con eso no te quiero decir que ahora haya llorado en un escenario. Lo que estoy es muy motivado y muy entregado, porque lo del público conmigo es muy muy fuerte. Habría que ser de piedra para no sentir la energía, la fuerza, el cariño, la entrega de la gente conmigo. Es una pasada.

Porque tú te das entero...

Eso sí. También.

Tres horas y pico con el "corazón en carne viva"…

Pero no es la cantidad, es cómo están hechas las cosas. Aunque notar que le estás llegando al público, cuando los oigo y los veo estremecerse… Eso es maravilloso.

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Con Natalia Figueroa además de crear un tándem perfecto, tuvo tres hijos: Jacobo, Alejandra y Manuel, quienes, a su vez, le han dado ocho nietos: Nicolás y Julia, de Jacobo; Manuela y Carlos, de Alejandra, y Jorge, Manuel, Gonzalo y Jaime, de Manuel
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Después del susto que nos diste en diciembre, después de tus meses de convalecencia y de trabajo, después de las pruebas médicas, después de tu preparación, de tus ensayos, de tu esfuerzo… Salir a un escenario ¿es un lujo, es una necesidad, es una reválida?

Es un lujo. Poder seguir presentándome delante de la gente y sacar buena nota es... un lujo.

Verte sobre el escenario de Mérida fue emocionante. Grandioso.

Para mí era volver a un lugar al que voy todos los años. Así que… A pesar de lo que te puedas creer, me lo puse difícil. Yo estaba temblando... Qué bueno es estar temblando.

Qué bueno es estar, Raphael. ¿Cómo ha sido toda esta recuperación para lograrlo?

De pleno trabajo. Duro, pero muy bien. Mis médicos están felices. Y yo, muy bien.

"Para mí, es muy bueno saber que no me he equivocado, que he hecho las cosas como debía. Eso es una suerte: seguir en esta profesión y seguir bien"

Que eres disciplinado...

Uh. Sí, mucho. Qué remedio. Tampoco podría ser artista sin disciplina. Soy un tipo muy aplicado y obediente. Ahora, te digo, a los médicos yo les meto prisa, ¿eh? Yo digo: "Lo que tengas que hacer, lo que vayas a hacer, pero hazlo ya". Y si a mí no me tienen que meter en cintura, yo a ellos tampoco les pido explicaciones. Yo les tengo tanta confianza que no tienen que explicarme nada: "Mira, vamos a no sé qué, con lo cual tú vas a sentir no sé". "A mí no me cuente, doctor. Lo que tenga que hacer... y ya" (risas).

Pese a lo controlador que eres con tu música, ¿aquí nada? Confianza ciega.

Totalmente. Eso lo puedo decir con la cabeza bien alta: soy muy buen paciente. Los médicos siempre dicen que soy un enfermo que pone mucho de su parte.

Fue un susto muy grande para todos, Raphael. Pero ¿tú te asustaste también?

Sí, porque yo ya estoy trasplantado. Pero fíjate que, en aquella ocasión, aquello para mí fue como una aventura —mala—, porque yo no había sentido esas cosas nunca. Sin embargo, ahora, sí. Yo ya fui diciendo: "Pasa esto, me pasa esto, me pasa esto", que para mí fue bastante peor.

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¿Te sentiste más vulnerable?

No exactamente "vulnerable", sino sabiendo de qué iba la historia. Y eso, visto desde un lado optimista, era un "sé paciente y pórtate bien". Porque yo ya estoy acostumbrado a afrontar las cosas desde el principio.

Eso, el optimista, pero ¿el pesimista…? Te jugó una mala pasada, entiendo...

Claro, claro. Porque ya había pasado por una prueba muy fuerte. Y esta, aunque no fuera lo mismo, me obligaba a caminar por unos lugares que ya sabía yo que eran bastante delicados. No puedo jugar a que no me importó (el diagnóstico). Es otro sentimiento: es que acepto lo que me está pasando.

Tener chance

Tú la derrota no la conoces

No, por supuesto que no, pero ¿sabes lo que pasa? Que no tengo otro camino. No lo hay. No tienes chance. Así que me digo: "Raphael, pórtate bien, que tienes 'esta' oportunidad".

Eso ya es tener templanza... ¿Tú sabías de esa virtud tuya?

¡Qué va! ¡Qué dices! Además, cuando me estaba dando lo que me estaba dando, yo no sabía ni de qué se trataba la cosa... Pero le planté cara, como hay que hacer. Y luego he tenido la fortuna de que ha sido todo muy rápido.

"La edad es como la mala leche. Y ser mayor tiene bastante mala leche. Hay muchos momentos de “ya no puedo”, pero mi mente protesta enseguida"

Rápido porque te has cuidado y porque "tela" tu genética...

A ver, ¿qué quieres? No voy a esperar a que me lleguen la fuerza del vecino (risas). O tienes tú esa fuerza o "caput". De eso me sirvió estar trasplantado. No era un recién llegado en eso de pasarlo mal. Y es bueno pasar por la vida por lugares donde no tienes chance.

Un año después vas a volver a donde hubo que cancelar… Está visto que eres un hombre que cumple sus promesas.

Sí. No hay duda de eso.

Y... ¿No hay yuyu?

No hay yuyu.

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Está a punto de resarcirse. De sus conciertos en Madrid, esos que, después de sufrir aquel momento tan confuso en el plató de "La Resistencia" no pudieron ser, hace un año.

Ni lo piensas siquiera...

Por eso no hay yuyu (risas). Porque si lo pienso… Ha sido una experiencia tremenda, pero muy positiva.

¿Qué has aprendido? Porque entiendo que ahí está lo positivo.

Que se sale. Que no tienes que asustarte a priori. Que hay que llevar las cosas con tiento. No es un "tiempo al tiempo". Hay "sin prisa y sin pausa". No puedes dejar las cosas a medias.

¿Qué te servía de antena a tierra en esos momentos en los que uno no está tan entero?

Mi gente. Tenerlos conmigo.

"Tengo mucha mucha tela que cortar conmigo mismo. Tengo muchas cosas que tengo que perseverar. Y tengo muchas cosas por las que seguir"

Con lo independiente que tú has sido siempre...

Sí, aunque todos en casa somos independientes. Afortunadamente. Pero todos los que hay en mi mundo, mis hijos, mis nietos, Natalia… han estado conmigo.

¿Y la música? ¿Has estado escuchando música?

De otra manera, pero igual.

No tenías la cabeza para… 

Mi cabeza estaba en lo que me tenía que ocupar. En que había que cuidarse y hacer felices a los que me rodeaban, que son mi familia. Devolverles toda mi gratitud por cómo ellos (y el mundo o la vida) se porta conmigo.

El camino correcto 

¿Raphael hombre le dijo en algún momento a Raphael artista: "Oye, rey, para un poquito"?

Sí, ha ocurrido. Pero tampoco el artista le ha hecho mucho caso, porque los dos, hombre y artista, nos cuidamos mucho. Yo tengo mucha precaución de mí mismo. Pero eso no quiere decir que yo sea un loco de la vida. No, no, tampoco. Todo en su justa medida.

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En junio, el 15, en Mérida, Raphael regresó a los escenarios. Y aunque ahora sale para Las Vegas, la gira continuará después por toda España: Zaragoza, Bilbao, Madrid, Granada, Barcelona, Bilbao, Murcia, Albacete y… otra vez Madrid. Diciembre de 2026. Una mecha inagotable

Ahora mismo, ¿cómo es tu día a día? ¿Estás en el corto plazo, en el medio o ya pensando a largo plazo?

Yo soy de todo. Depende del tiempo que tengo, del tiempo que me dan, de lo que me gusta y… de lo que no me gusta. Todo tiene un baile diferente. Y todos los bailes lo son. Y hacer lo que a ti te gusta hacer y hacer entrar al público por donde tú quieres. Siempre he sabido buscar el camino correcto.

En esa búsqueda de caminos, los has recorrido todos. Creo que no hay artista más intergeneracional que tú. ¿Eso ha sido un propósito vital o ha sido algo que ha surgido de repente?

No es exactamente un propósito, pero me gusta así. Y así tiene que ser.

¿Tú pensabas cómo debía de ser tu trayectoria?

Nunca. Ni cuando era jovencillo. Yo no tengo metas. Nunca he sentido eso de "si hago esto, voy a conseguir lo otro". Soy más puro en esas cosas. Lo de "me ubico en un sitio y voy a llegar hasta allí" no ha estado jamás en mis coordenadas. Yo dejo a mi imaginación volar y dejo todas las cosas que esté haciendo libres al destino. Al momento. Y creo que eso es muy bueno.

"Yo no soy de dar consejos, pero tampoco de recibirlos. No quiero tener que escuchar esa voz que me diga: 'Oye, ¿y no has aprendido todavía?'"

Fluyes.

Por supuesto. Y las que me gustan, repito, y las que no me gustan, no las quiero ni en pintura (risas).

¿Por quién te dejas aconsejar?

Me dejo... Pero que nadie me imponga nada. Por la gente profesional, por la gente que me está hablando de una manera que yo le estoy entendiendo y que lo que quiere es mi bien. La familia es el modelo ideal para eso.

Durante todo este tiempo, ¿has descubierto alguna lectura, algún lema de vida, que tú hayas dicho: "Esto era lo que yo pensaba. Esto"?

 Sí que se descubren cosas, sí… Quizá no todos los días, pero muy a menudo. Cosas que tú ni has pensado para ti y que, de repente, no hay nada más que te cuadre que eso. Y, de repente, ¿sabes?, te sientes muy joven. ¿Quién me iba a decir a mí que por aquí iban a salir los tiros?

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Montserrat Caballé, Armando Manzanero, Rocío Jurado, Rita Pavone o Miguel Bosé, pero también Loquillo, Bunbury, Pablo Alborán, Pablo López, Vanessa Martín, Dani Martín, Manu Carrasco o Mónica Naranjo... Raphael llega a todos los públicos. ¿Recomendación de sus nietos? ¿Son ellos quiénes le dicen: "Abuelo, me gustaría que cantaras con mengano" o "Abuelo, escucha a Zutana, que te va a chiflar..."? "A quien les tiene que chiflar es a ellos… A mí me interesa compartir micro por las cosas del arte, por hacer algo diferente, Nunca porque esté buscando un lucimiento…". "Por cierto, Raphael, como abuelo, ¿cómo eres?". "Creo que no soy malo…", nos confiesa entre risas

¿La edad, Raphael, es un estado de ánimo?

Hombre, la edad es como la mala leche. Y, sí, ser mayor tiene bastante mala leche. Hay muchos momentos de "ya no puedo hacer esto, ya no puedo hacer lo otro." Pero enseguida mi mente protesta: "¿Cómo que tú no puedes hacerlo? Tú haces eso con el pie izquierdo, así que, con el derecho, tú fíjate". Yo tengo mucha mucha tela que cortar conmigo mismo. Hay muchas cosas que tengo que perseverar. Y tengo muchas cosas por las que seguir. Y seguir. Siempre por el buen camino.

Ahora mismo, ¿cuál es ese sueño por cumplir?

Yo no sueño. Yo lo que pueda estar pensando lo llevo a cabo. No sueño con lo que no tiene remedio. A mí, si me gusta una cosa, voy a por ella. Y a lo mejor, de cien cosas, 90 no salen, pero sí diez. Y hacen que mi personalidad siga su curso.

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Hay quien se proyecta y plantea una estrategia para ir cumpliendo sueños. Raphael, no: "Nunca", dice sin dudarlo un instante. Porque… "ni cuando era jovencillo" lo hacía. "Yo dejo a mi imaginación volar y dejo todas las cosas que esté haciendo libres al destino. Al momento. Y creo que eso es muy bueno". Es bueno y es un placer que se permite. Porque vivir lo es. "Vivir es una maravilla", nos cuenta el cantar de "Estar enamorado es"

¿Hay algún placer, algún capricho, que hayas dicho: "Mira, o sea, me da igual si me hace daño…"?

No. Yo no quiero sufrir. Por nada. Ya tuve tiempo de disfrutar mucho con lo mío. Con esos caprichos...

¿Y otros placeres que no te dabas cuenta de que lo eran?

Ahí, sí. ¿Ves?

¿Por ejemplo?

Vivir, simplemente. Vivir ya es una maravilla. Entonces, cada vez que yo he logrado imponerme a la misma muerte y he salido adelante, para mí es un éxito grandísimo. Y mientras quede garganta, quedará Raphael.

"Para Natalia y para mí, está muy bien inventada la vida que nos hemos construido. Nos queremos y nos entendemos a la perfección"

¿Piensas en ese... fin de fiesta?

Ya lo he dicho alguna vez, no pienso en ello, pero, el día que llegue, tampoco le voy a dar la bienvenida.

Has dicho que eres de "piel dura"… Yo digo que eres un valiente.

No es que sea valiente, es que no hay otro camino

¿Qué hubiera pasado, Raphael, si te hubieran dicho: "Oye, estás bien, vas a tener una vida estupenda, pero… ya, para. Deja ya de trabajar. Deja ya de cantar"?

Guay. Pero ¿por qué? ¿Es que estoy mal? (Risas).

"Mi cabeza estaba en cuidarse y hacer felices a los que me rodeaban. Devolver a mi familia y al mundo toda mi gratitud por cómo se portan conmigo"

© RADIAL PRESS
© RADIAL PRESS

No te habrías aguantado con esa orden...

No. Claro que no. Porque si yo estoy bien, quiero más. Y para lograrlo, mi idea es seguir.

No piensas bajar del escenario.

¿Bajarme? Yo pienso en subirme cada día. Me demuestro que puedo y luego digo: "Hala. Hecho".

Raphael, ¿y dónde está el truco, la energía? Para mí, cada día, con 49 años, es subir un Everest...

Pues ahí está, en su sitio. Donde la tuve siempre. A ver, hay momentos que dices: "¡Jo!". Porque hay momentos malos. Pero siempre miro al frente y digo: "Bueno. Ya está. Para adelante". También hay esas cosas que dices: "Mira, no. Yo por aquí, no". Lo que pasa es que esos malos momentos me duelen solo diez minutos. Es humano cansarse y quejarse.golpes de la vida.

"Los malos momentos me duelen solo diez minutos. Es humano cansarse y quejarse. Pero nunca siento nervios. Tengo mucha seguridad en mí. Se me nota"

Y tener nervios antes de una actuación... ¿Tú sigues teniendo esas mariposas en el estómago?

No, nada de nervios. Y yo tengo mucha seguridad en mí. Se me nota. El otro día, en Valencia, fue de todo maravilloso. Y yo me quedé mirando al público diciendo: "Aún se consigue".

Entiendo que eso te debe dar un chute de adrenalina bestial.

Lo es. Pero una vez que salgo del escenario, desaparece. Se va. Se pasa. A Dios gracias.

"A Dios gracias" porque tú eres un hombre con los pies en el suelo...

Es que hay que ser así.

...Para no perder la cabeza en tu profesión...

En todas. Si no has nacido así, con la cabeza sobre los hombros, búscatela y coló­catela.

© Valero Rioja

Pero ¿ser tan cabal te viene a ti por la vida, por los golpes de la vida, porque naciste así…?

Porque nací así. Y porque no me conformo con las cosas. Yo lucho por las cosas. Pensaba no tener que luchar tanto y sufrir menos… Peeero, no ha sido así. Han sido golpes muy duros…

De los que has salido victorioso. Tú no eres un hombre de dar consejos, pero...

Ni de recibirlos, ya lo sabes. No quiero escuchar esa voz que me diga: "¿Y no has aprendido todavía?".

Me refería, fíjate, a si tú tuvieras que darle un consejo a aquel chaval que empezaba, que vivía aquí, en Cuatro Caminos, ¿qué le dirías?

¡Qué bien lo hemos hecho, chaval! Hemos aprovechado todas las oportunidades que la vida nos ha regalado. Y lo hemos hecho bien. Y lo podemos hacer todavía mejor.

© Fernando Junco Tellado

"Estoy siendo premiado desde hace muchos años. Lo soy por la gente. El público es quien en realidad cuenta en nuestra profesión"

De repente, ¿hay alguna cosa con la que se te haya quedado una espinita clavada?

Sí. De pronto, siempre hay algo que, cuando me miro en el espejo, digo: "Raphael, ¿y esto? Hay que arreglarlo". Sí, siempre hay cosas que no me gustan pero….

Lo pasado, pasado está, Raphael.

Sí, pero ha pasado y ¿saberlo? lo sé.

Para no repetirlo...

Exactamente

© Album

Natalia

Para Natalia, su mayor preocupación eres tú… ¿Y ella para ti?

Todo. Yo a Natalia le consulto todas las cosas, y cuando son cosas en las que cuenta toda la familia, ahí, entramos todos.

Durante estos meses, Natalia ha estado contigo al 200 por ciento, a una.

No somos uno. Somos los dos. Para todo. Ni uno ni otro. Los dos. Juntos.

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Porque, como en aquella canción de Mecano, ¿"tú se dice yo" o cada uno es cada uno y tenéis vuestras diferencias

¿Diferencias? Claro. Y que no nos falten. Somos muy parecidos, pero no iguales. Y eso sí que es para sorprenderse. La gente se lleva muy mal.

Y porque uno se vuelve más perro...

(Risas). También, pero de otra forma. Hay cosas que si no te cuadran, protestas. Y ya. Para Natalia y para mí está muy bien inventada la vida que nos hemos construido. Nos queremos y nos entendemos a la perfección.

¿Qué te quedaría en tu recuperación?

Sigo en pleno proceso. Pasado mañana, por ejemplo, tengo exámenes. Me van a mirar otra vez todas las cosas y… 

¿Te preocupa no pasarlos?

No. Hay amigos que me dicen: "¡Ay, mira, ¡vive la vida! Que tú estás bien". Y yo respondo: "Ya, pero trabajo me cuesta estar bien".

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También te digo, esos amigos tuyos de tu edad están en casa, dan un paseo, leen el periódico y "s’acabó". A ti te veo cruzando el charco en unos días y dando conciertos de tres horas.

¿Por los Grammy lo dices? Bueno, yo agradezco muchísimo que me hagan estos reconocimientos… pero yo no me muero por esas cosas. Ahora, que agradezco en el alma que me lo den… Que me lo den a mí, por supuesto (risas).

¿Dónde guardas esos premios?

Pues en el museo, en casa, en la oficina, en donde puedo colocarlos.

En Linares, un museo lleva su nombre. Un museo sobre él y su carrera. Dicen que uno no es nunca profeta en su tierra, "pero también pasa. Y es muy bonito"

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Más de 80 millones de discos vendidos, candidato tres veces a los Premios Grammy, atesora más de 350 discos de oro y 50 de platino, el Rey Don Juan Carlos le nombró Excelentísimo Señor Comendador de Isabel la Católica. Es hijo predilecto de México, Colombia, Chile, Argentina, Venezuela o Perú… Desde que consiguió, en Salzburgo, el premio a la mejor voz infantil de 1952 y, diez años después, se alzara con el primer puesto del Festival de Benidorm, Raphael no ha parado de cantar y recibir premios. "Seguir y seguir mientras quede garganta" es el mantra. Y también, la meta

Madre mía, Raphael, tener un museo que lleve tu nombre...

En tu pueblo.

En tu pueblo, que dicen que uno nunca es profeta en su tierra. 

Pues también pasa... (Risas). Y es muy bonito. 

¿Qué te faltaría?

Nada. A mí me sobra todo.

Y estás satisfecho.

Sí, y en caso de que no lo estuviera, Dios me ha dado tiempo para arreglarlo.

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TEXTO

Luis Nemolato


FOTOGRAFÍA

Valero Rioja


REALIZACIÓN

María Parra

ESTILISMO

María Parra

MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA

Eva Escolano

FOTOGRAFÍAS ADICIONALES

Agencias, Fernando Junco y @Alemartosf


AYUDANTE DE ESTILISMO

Victoria Izaguirre


AYUDANTES DE FOTOGRAFÍA

Pedro y Andrés


LOOK 1

Cazadora de GUCCI

LOOK 2

Camisa y americana de Pedro del Hierro

LOOK 3

Americana de terciopelo de Giorgio Armani

LOOK 4

Camisa y corbata de Gucci y jersey de Mirto

LOOK 5

Camisa de Mirto

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.