Michelle Obama y su transformación, contada en primera persona: de llevar peluca en la Casa Blanca a sus trenzas liberadoras


"Ahora me siento empoderada y libre para hacer lo que quiero y vestir como quiero", escribe en su libro 'The Look'


Michelle Obama durante una intervención© Getty Images for Netflix
11 de noviembre de 2025 - 16:42 CET

Michelle Obama se convirtió en 2009 en la primera mujer negra en llegar a la Casa Blanca como primera dama. Como todo personaje público, tuvo que someterse al escrutinio de la gente, que no tardó en juzgar su aspecto y sus atuendos: que si sus vestidos sin mangas ponían el foco en sus musculosos brazos y parecía masculina, que si su afición a los cárdigans le daban un aspecto informal… Pero fue su pelo afro lo que la esposa de Barack Obama decidió mantener a raya para evitar las críticas, por lo que durante los ocho años de mandato de su marido lo llevó liso como una tabla.

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“Sabía que no podía darles nada más hasta que el país me conociera”, dijo Michelle Obama en una reciente entrevista con Robin Roberts, de ABC News. “Otros intentaban escribir nuestra historia antes de que pudiéramos escribirla nosotros mismos. Así que me dije: No quiero crear otra distracción; quiero que este país se enfoque en llegar a comprenderme como primera dama a través de mi trabajo y mis acciones”, prosiguió, argumentando que durante su etapa en la Casa Blanca, evitó hablar de moda para no desviar la atención de su trabajo.

© Universal Images Group via Getty
Michelle, en una imagen de archivo, cuando llegó a la Casa Blanca
© Getty Images
Michelle y Barack Obama en el 2009

Ahora, sin embargo, ha llegado el momento de hacerlo, se siente libre y en su nuevo libro, The Look, que salió a la venta el martes 4 de noviembre en Estados Unidos, la abogada escribe a cerca de las múltiples facetas de su estilo personal y cómo aprovechó la moda para llamar la atención sobre las causas que consideraba más importantes, como la educación, las familias de militares y la salud infantil. “Detrás de cada look hay un mensaje”, ha dicho y, aunque anteriormente no había querido poner el foco sobre esta cuestión, ahora admite que prestó mucha atención a su vestuario como primera dama, que se componía de una amplia gama de estilos de diseñadores estadounidenses, desde los más consagrados hasta los más prometedores.

Consciente de que toda primera dama se enfrenta a cierto nivel de escrutinio por su aspecto, Michelle Obama destacó en la entrevista: “Vivimos en una cultura, lamentablemente, donde, si alguien quiere atacar a una mujer, lo primero que hace es atacar su apariencia, su talla, su físico, como una forma de hacernos sentir menospreciadas, de mantenernos en nuestro lugar. Y como mujer negra, me vestía pensando en todas las madres y abuelas que sabía que negarían con la cabeza si no lo hacía bien”.

© Getty Images

“Agradezco haber llegado a esta etapa de mi vida en la que me siento empoderada y libre para hacer lo que quiero y vestir como quiero”, subraya Obama en la introducción del libro, que ha escrito junto a su estilista de toda la vida, Meredith Koop. En formato coffee table book, incluye más de 200 fotografías, muchas de ellas inéditas, que recorren la evolución estilística de Obama, desde sus inicios en la vida pública durante la campaña de su marido al Senado de Estados Unidos, pasando por su etapa en Washington hasta llegar al día de hoy, como una de las figuras más influyentes del país.

Ahora que el país conoce a la ex primera dama, de 61 años, por quien es, afirmó que sentía que era el momento adecuado para hablar de "las cosas divertidas". Durante el primer mandato de su marido se concentró en parecer “accesible y femenina”. Durante el segundo mandato, comenzó a explorar diferentes estilos de moda, pero dejó casi intacto su peinado, que llevaba liso y recogido. Animada por su peluquero, Johnny Wright, empezó a usar extensiones y pelucas para poder llevar su pelo natural, según dijo, para protegerse el cabello de la manipulación constante de secadores y planchas alisadoras.

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© Getty Images for ABA
Michelle, en dos imágenes recientes. En sus últimas apariciones, ha llevado el cabello con largas trenzas sueltas, a veces recogido en moños altos o en la nuca o con rizos suelto

Michelle Obama ha dicho adiós a las ataduras “impuestas” con su peinado. En sus últimas apariciones, ha llevado el cabello con largas trenzas sueltas, a veces recogido en moños altos o en la nuca o con rizos sueltos. El cambio encaja con la transformación de su forma de vestir apostando por diseñadores más vanguardistas y elecciones más atrevidas. En The Look, la esposa de Barack Obama sugiere que el estilo personal de las mujeres negras suele ir hacia la “respetabilidad” o hacia la autenticidad. Para algunas, eso supone decidir si plancharse o no el cabello en un caluroso día de julio o elegir no quitarse las trenzas cornrow antes de una entrevista de trabajo. Al ser preguntada en televisión sobre su decisión de lucir su pelo natural tras dejar la Casa Blanca, comentó: “Aunque no lo hice durante esos ocho años, entendí la importancia de hacerlo en algún momento y de enviar un mensaje a las jóvenes y a los profesionales: ¡Dejen en paz nuestro cabello! Solo queremos ponernos a trabajar y hacerlo rápido y con eficiencia. No le digan a una mujer negra cómo debe peinarse. Cómo llevo mi cabello es mi decisión”.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.