Vivimos en la era de la instagram face, una tendencia en favor del rostro perfecto —pómulos definidos, labios carnosos, ojos grandes, nariz pequeña— a la que incluso sucumben las más jóvenes y guapas. Gracias a la gran variedad de filtros que nos brindan diferentes apps, corregir cualquier imperfección y publicar fotos con facciones de anuncio está al alcance de todos. Una imagen ficticia y artificial que se ha impuesto en las redes y en la vida real: cada vez son más las pacientes menores de 30 años que demandan cirugías para parecerse a sus propias imágenes retocadas con filtros.
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Y en esta nueva era de la dismorfia del selfie —como se denomina a este fenómeno—, Aimee Lou Wood ha logrado triunfar con su comentada sonrisa natural, sin ortodoncias ni carillas: la estrella de White Lotus y Sex Education acaba de debutar como primera embajadora de marca de Dinh Van. La “presencia magnética y la rara sinceridad de Wood, que cautiva sin artificios” encajan a la perfección con una marca de joyas “de diseño muy puro y que llaman la atención de la misma manera sencilla”, ha declarado a WWD Astrid de Montlivault, directora general de la firma.
Tras debutar como actriz profesional en 2016 en el teatro, Wood obtuvo su papel revelación en la comedia dramática de Netflix Sex Education en 2019, una interpretación que le valió un BAFTA. Después, el reconocimiento internacional le llegó al dar vida a Chelsea en la tercera temporada de White Lotus, la sátira de HBO que aborda las “desventuras” de turistas millonarios en un resort de lujo por diferentes localizaciones del mundo, en este caso en Tailandia. Y su fulgurante carrera no ha hecho más que despegar. Entre sus próximos proyectos se encuentran las películas Anxious People, en la que comparte protagonismo con Angelina Jolie, y The Beatles — A Four-Film Cinematic Event, dirigida por Sam Mendes, en la que dará vida a la modelo Pattie Boyd.
En una industria dominada por las sonrisas perfectas y artificiales, Aimee ha convertido su naturalidad en una fuerza personal, a pesar de que como confesó en el canal On Demand Entertainment, siempre había creído que sus dientes “le impedirían interpretar de manera convincente a una estadounidense”. En una entrevista con The Hollywood Reporter, la británica, dotada de un gran sentido del humor, habló de cómo en el colegio tenía que soportar continuas burlas y el mote de Bugs Bunny o “dientes de conejo”; también de los constantes comentarios negativos en redes sociales. “Pasé gran parte de mi vida preocupándome por ser rara, y ahora me doy cuenta de que eso podía ser mi superpoder”, admitió para añadir que siempre ha sabido reírse de sí misma y que ha aprendido a restarle importancia a la percepción que otros tienen de sus dientes.
En ese sentido, aseguró que se siente muy orgullosa de lucir sus dientes al natural y no haberse sometido a ningún tratamiento estético: "Lo único que hago es burlarme de mí misma. Incluso la forma en la que hablan de mí y de mis dientes —que no tengo carillas ni bótox— me hace sentir una especie de rebeldía".
“Nos conmovió profundamente la forma en que Aimee era genuina y siempre natural”, argumentó Astrid de Montlivault sobre la elección de la actriz como embajadora de la firma de joyería. “Además, tiene un talento increíble y, sobre todo, es una mujer libre que encarna con naturalidad a una generación que reivindica con orgullo su autenticidad e individualidad”.
Tras su creciente éxito, la pasada primavera Wood también tuvo que alzar su voz cuando la cómica Sarah Sherman la parodió en un sketch de Saturday Night Live luciendo unos dientes postizos exagerados. El mítico programa se disculpó públicamente con la actriz después de que ella lo calificara de “malvado y sin gracia”. "No tengo la piel fina. De hecho, me encanta que me tomen el pelo cuando es ingenioso y es buen humor (…). Tengo los dientes separados, no en mal estado”.