El aclamado periodista Fernando Ónega se ha sentado esta semana en el sofá de Plano General, el programa de La 2 que conduce Jenaro Castro, para hablar de su trayectoria profesional, de diversos aspectos de la actualidad política y social, y también para ahondar en esas historias personales de las que no se suele hablar en un primer encontronazo.
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Ónega nació en Pol (Lugo) -casualmente, la misma ciudad en la que creció el presentador del programa- en 1947 y es, sin duda, una figura clave en el mundo de la comunicación en nuestro país: ha tocado todos los palos, prensa escrita, radio y televisión. Para muchos, sin embargo, pasará a la historia de nuestro país como el cronista de la Transición. Fue en los años setenta cuando su carrera despegó al convertirse en el jefe de prensa de la Presidencia del Gobierno de Adolfo Suárez, además de autor de buena parte de sus discursos, como el famoso "puedo prometer y prometo", que marcó un hito en la política española.
El periodista se retiró en 2022, dejando un legado de honores, talento y grandeza consigo, pero uno de sus grandes logros ha sido, sin duda, la familia y el hogar que ha creado junto a su mujer, Marisol Salcedo -con quien tuvo tres hijos, Sonsoles Ónega, la cara más visible de la familia, Cristina y Fernando Jr.-. Durante la emocionante entrevista, el comentarista ha admitido sentirse de lo más emocionado cada vez que recuerda que su esposa le donó un riñón, un gesto de "generosidad" y "valentía": "He llorado muchas veces al contarlo", ha admitido a Jenaro Castro.
"Había discrepancia. Yo tenía las arterias hechas una mierda de tanto fumar. Y entonces había dudas de si se me debía trasplantar el riñón o no. Y mi mujer se ofreció desde el primer instante y me lo ha dado", ha comentado, visiblemente emocionado. "Cuando me despierto de la operación, y ella está en una cama del hospital, casi al lado, dices: '¿Qué le digo?'", ha continuado relatando. "¿Qué le dijiste?", le pregunta el presentador de Plano General, consciente de que Fernando estaba muy conmovido. "'¿Estás ahí?'". Esa fue la pregunta que el periodista le hizo a su mujer tras la intervención quirúrgica.
"Ahora ya lloro menos, pero he llorado porque, efectivamente, hay que ser muy generoso para hacer eso", ha expresado, consciente de que la decisión de su mujer va más allá de un simple gesto bonito. Además de la familia, Fernando ha hablado de su tierra, Galicia: "La morriña se siente, la morriña es apego a la tierra y un poco de lluvia", ha admitido.
"Un momento muy dulce y triste"
Fue en 2022 cuando Fernando Ónega hizo su propio símil de 'colgar las botas': dejó los micrófonos para siempre tras una vida dedicada a la noticia. "Este es un momento muy dulce y muy triste al mismo tiempo porque he cometido un acto de supremo egoísmo", comenzó diciendo años atrás en Onda Cero. "Me he olvidado de que había prolongaciones de los fines de semana, me he olvidado de que había puentes y recordé: querido Fernando, se puede vivir, la radio es muy bonita, pero muy esclava y muy permanente y yo un trabajador incansable", admitió a sus oyentes.
¿Qué cambió para él? El día de su cumpleaños, tuvo un punto de inflexión. Escuchaba Me olvidé de vivir, de Julio Iglesias, y se percató de que, pese al amor que ha profesado por un gremio como el de la información y la comunicación, también hay vida fuera de las ondas y las últimas horas. Era el momento de hacerle hueco a nuevas experiencias vitales.
