Supervivientes All Stars ha celebrado este jueves, 30 de octubre, su esperada final en Telecinco, y la despedida definitiva se emitirá el domingo, 2 de noviembre, con su correspondiente debate final. Esta segunda edición del concurso ha estado marcada por revueltas, contratiempos meteorológicos y retos físicos extremos y, tras todas estas desventuras, Miri Pérez-Cabrero, Tony Spina, Jessica Bueno y Rubén Torres han luchado por conseguir en última instancia la victoria. Así pues, repasamos las virtudes y debilidades que, a pesar de todo, han permitido a los participantes llegar a la ronda final.
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Miri Pérez-Cabrero
Su destreza la llevó a ser la concursante de la edición que más collares de líderes lograron. Su buena resiliencia en condiciones extremas le ha permitido superar bien las pruebas físicas y de convivencia, y su sinceridad ha logrado ganarse la empatía de gran parte del público, aunque su narrativa emocional puede jugar en su contra si en la final los espectadores priorizan la acción más que los sentimientos. Su fuerte carácter también la ha llevado a protagonizar numerosas confrontaciones, especialmente con Adara Molinero, y los malentendidos y reproches derivados le han ocasionado nominaciones por sus compañeros debido al malestar establecido. Muchos desconfían de ella y consideran que su interés por Alejandro Albalá es falso y lo finge únicamente para dar contenido y generar polémica. Miri es la última líder de la segunda edición y la única finalista que esquiva el primer televoto y pasa directamente a los juegos.
Tony Spina
El empresario de origen italiano protagonizó junto a su ahora mujer Marta Peñate la primera boda en Honduras. La presencia de su mujer muchos la consideran un factor que juega en su contra, puesto que podría implicar una distracción que genere un menos foco en el juego. Tony también formó parte de uno de los dos bandos que han identificado los seguidores del programa en redes sociales, y es considerado como uno de los participantes más fieles gracias a su inquebrantable apoyo hacia Adara Molinero. Ha tenido que hacer frente a varias nominaciones, pero su destreza para evitarlas demuestra su capacidad de posicionamiento dentro del juego. Es el único de los cuatro finalistas que no ha podido conseguir el collar de líder, aunque haya estado cerca como en la semifinal. Sin embargo, su perfil mediático y su historia personal parece conectarse con la audiencia.
Jessica Bueno
Ha logrado llegar a la final como tercer finalista, lo que significa que su presencia ha sido muy votada por la audiencia. Su mayor debilidad es el distanciamiento de sus hijos durante la experiencia, algo que puede afectar emocionalmente su rendimiento. El momento en que se le prohibió hablar con sus hijos por su decisión de no compartir una lasaña y su precipitado corte de pelo fueron de los acontecimientos más polémicos y analizados por el público, cuya mayoría demostró el castigo injusto. De los cuatro finalistas, la modelo es la que más veces ha arriesgado su puesto en el televoto (hasta en 6 ocasiones) tras recibir la nominación de sus compañeros y líderes, aunque finalmente siempre consiguió librarse.
Rubén Torres
El bombero ha sacado todo el partido a su gran capacidad física para hacer frente a las pruebas más exigentes; evitó un pequeño incendio que se desató en una de las playas y aguantó casi 5 minutos de apnea. No obstante, Rubén también ha señalado que este mismo desgaste físico le ha pasado bastante factura. El catalán ya fue subcampeón de Supervivientes en su primera edición, lo que refuerza su imagen de competidor temible. Se ha enfrentado a nominaciones hasta en 5 ocasiones, pero ha logrado conseguir hasta cuatro collares de líderes, algo que ha evitado en muchas ocasiones su exposición ante los votos.
