Han pasado ya tres décadas desde la trágica pérdida de Antonio Flores. El músico fue hallado sin vida en 1995 en su cabaña de El Lerele, la mítica residencia familiar de los Flores. Su fallecimiento conmocionó a todo el país, especialmente por producirse apenas dos semanas después de la muerte de su madre, la inolvidable Lola Flores. Aquel doble golpe marcó para siempre a la familia y al público, que aún hoy recuerda con emoción al artista, miembro de una de las sagas más queridas del panorama musical español.
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El legado del cantante sigue muy presente en 2025 con composiciones que se convirtieron en himnos de toda una generación. Además, algunas de sus canciones más emblemáticas han sido interpretadas en numerosas ocasiones por sus hermanas, Rosario y Lolita, que mantienen viva su memoria con homenajes y emotivos recuerdos en redes sociales. Hoy, su talento continúa a través de su hija, Alba Flores, que ha triunfado en su faceta de actriz en series como La casa de papel o Vis a vis y participa en el documental Flores para Antonio, un sentido tributo a su padre.
Bajo la dirección de Isaki Lacuesta y Elena Molina, Flores para Antonio se presenta como un viaje emocional en el que Alba Flores vuelve a conectar con la memoria de su padre, treinta años después de su pérdida. Estrenado en el Festival In-Edit de Barcelona, el documental reúne valioso material de archivo, grabaciones familiares, fotografías inéditas y charlas cercanas con su madre, Ana Villa; sus tías, Rosario y Lolita; y figuras como Joaquín Sabina o Antonio Carmona. Distribuida por A Contracorriente Films, la cinta llegará a los cines el 28 de noviembre.
Alba Flores, hija del cantante y participante en el proyecto, concedió una entrevista a la revista Esquire en la que abordó temas controvertidos y sensibles, como el mundo de las drogas. La actriz explicó que su principal objetivo con este documental es desestigmatizar este asunto y reconocer que ha cargado con ese peso desde su infancia. También reflexionó sobre la falta de empatía social hacia quienes han atravesado por ese problema: “Me llama la atención que la sociedad te perdone ser corrupto o cometer genocidios, pero no abusar de las drogas porque ya eres un yonqui.”
La intérprete reflexiona sobre la necesidad de analizar con mayor profundidad lo que vivió la generación de su padre, marcada por una época en la que las drogas afectaron a muchos artistas y, en general, jóvenes de cualquier estrato social. Antonio Flores no fue un caso aislado, sino el reflejo de un problema colectivo. Con esa mirada, la actriz afronta su participación en el documental con el propósito de recordar a su padre desde la empatía, la comprensión y el máximo respeto. Alba reconoce que a través de este documental también ha descubierto la capacidad de amor que tiene su familia y, sobre todo, le ha permitido reencontrarse con su padre. "Después de este viajazo emocional, siento que lo conozco muchísimo más de lo que le conocía antes de empezar la peli”, cuenta y pone en valor lo que ha recibido como herencia de él: "Su legado humano, el amor por la creatividad y el arte, el permiso para disfrutar de la vida, el no tener miedo a no seguir la norma".